Tales Of A Lost Prince And A Forgotten Daughter

INTERMISION. Tercera Parte

1983

Pensó que sería buena idea inscribir a Athena al jardín de niños desencantado, quizás, únicamente mientras no mostrara signos de magia accidental.

Tres años habían pasado desde el final de la guerra mágica en Reino Unido y era como si en México no hubiera pasado absolutamente nada.

En realidad, tuvo oportunidad de publicar otros dos libros y, según lo que sabía, habían tenido un muy buen recibimiento en México, España y Colombia, volviéndola una clase de mini-celebridad entre la comunidad mágica hispana.

Cierto día que regresaba de dejar a Athena en el jardín, un cuervo esperaba en la ventana de la cocina, con una carta en su pico. Cass la tomó y esperó hasta que ella le hizo una caricia.

Estimada Cassiopeia Black,

Voy al grano, como siempre he hecho. He seguido de cerca tu trayectoria, y es evidente que tu habilidad y conocimiento en la historia mágica son sobresalientes. No soy de las que dan rodeos, así que lo diré con claridad: necesito a alguien de tu calibre aquí, en el Colegio Chapultepec de Magia y Hechicería.

Nuestra escuela ha sido un faro de sabiduría mágica desde su inicio en 1975, y como bien sabes, la historia es la columna vertebral de nuestro entendimiento mágico. Desgraciadamente, el puesto de docente de historia de la magia ha quedado vacante, y no soy de las que se conforman con cualquiera. Necesito a alguien audaz, que entienda la magia no solo desde los libros, sino desde la vida misma. Tú eres esa persona.

Por supuesto, no te pediré que tomes una decisión a la ligera. Pero te lo advierto: oportunidades como esta no suelen presentarse dos veces. Lo que ofrezco no es solo un puesto, es la posibilidad de ser parte de algo grande, algo que dejará huella en éste país, en el que has sido acogida. Un reto digno de alguien de tu nivel.

Espero que esta carta te haya llegado en un momento de reflexión. Sé que tienes mucho en qué pensar, pero confío en que tu respuesta será la correcta.

Y recuerda, querida Cassiopeia, la grandeza está reservada para quienes tienen el valor de tomarla.

Con admiración y en espera de tu respuesta,

María Félix

Directora General

Colegio Chapultepec de Magia y Hechicería .

Cassiopeia cayó desplomada en la silla más cercana. En primera, María Félix era una actriz de renombre, muy talentosa y amada en México, por lo que obviamente había visto varias de sus películas en la televisión, que le había mostrado Art, y escuchado hablar de ella múltiples veces en el periódico encantado. En segunda, ¿maestra de historia? ¿Acaso era tan buena? Y en tercera, ¿María Félix admiraba su carrera?

Definitivamente tenía que contarle a Art.

Subió corriendo las escaleras hacia el estudio de él. Abrió la puerta sin tocar y de manera tosca —recordó a Regulus cuando lo hizo— y notó que lo asustó.

—¿Qué pasa? —Art se levantó asustado de su silla, detrás del escritorio. Cass se acercó y le entregó la carta, para que la leyera. Los ojos de Art pasaron rápidamente por el documento y cuando terminó, abrió los ojos ampliamente mientras miraba a Cassiopeia— ¿Supongo que dirás que sí?

Cass estaba emocionada, pero fingió desinterés y se encogió de hombros, mientras inspeccionaba sus uñas.

—¡Cass, tienes que! —Art rodeó el escritorio y la tomó de los hombros, sacudiéndola—. ¡Debes aceptar!