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— Velika — una voz sombría habló con severidad, haciendo eco por todo el salón vacío. Ambos jóvenes se giraron a mirar a quien los interrumpía, allí la alta y respetable figura de Corbin se hizo presente. El toque que Velika le había proporcionado a Dee se desvaneció en cuanto los interrumpió la voz, y Dee ya comenzaba a extrañarlo.

— Hermano mío, Dee me estaba haciendo devolución de una pertenencia personal — habló Velika sin mostrarse nerviosa por la presencia de su hermano mayor, pero miró de reojo a Dee, quien entendió rápidamente lo que tenía que hacer.

— Oh, sí. Te la doy de inmediato — dijo disimulando y se alejó de la pelirroja en dirección a su cercana mochila, de allí sacó la libreta de la muchacha y la mirada de Corbin se suavizó, al igual que su tono, pero Dee seguía sintiéndose incómodo por su presencia y la energía protectora que emanaba hacia Velika.

«No puedo desaparecer ahora, incluso si me lo pidiera» pensó para sus adentros, excusandose con la investigación que había abandonado días atrás.

— Disculparme ambos el malentendido, confundí su cercanía con un momento más íntimo que trivial. Ven, Dee, acompáñanos a desayunar — Dee tragó en seco, recordando la vez en la que Corbin lo había dejado aterrorizado tras su encuentro en la biblioteca, así como recordó ese libro misterioso, donde el autor se apellidaba igual que aquellos unidos hermanos. Tendría que revisarlo al llegar a casa.

Los tres caminaron hasta el comedor, tomaron una bandeja y se sirvieron desayuno, eligiendo entre unas cuantas opciones. La situación parecía ser incómoda solo para Dee, a quien le perturbaba que nadie hablara en todo el trayecto, así que cuando buscaban mesa para sentarse, rezaba internamente por que ahí comenzara el diálogo.
Se sentaron, Dee quedó en medio de ambos hermanos, sintiéndose nervioso de rozar el brazo de Velika, pero abrumado de sentir tan cerca a Corbin.

Nadie habló por unos dos minutos, solamente comían en silencio, cosa que desesperaba a Dee, pero tratando de mantener la calma y compostura, siguió la corriente despreocupada. Por primera vez en su vida, se alivió de escuchar de repente los gritos de su hermano, quien se acercó corriendo con su bandeja entre las manos.

— ¡Hola a todos! — saludó con una sonrisa, pero en su interior estaba desconcertado de ver a su hermano entre sus dos amigos — ¿Qué haces aquí, Dee? — preguntó sin tratar de ocultar una mueca de confusión, que se transformó en disgusto cuando vio que Velika no parecía interesada en estar lejos de Dee, como lo hacía con él.

— Oh, Heavy, yo lo invité — respondió el pálido pelinegro, sonriendo altivo, una expresión común en el muchacho. Heavy solo levantó una ceja en duda, pero no quiso protestar, solamente se sentó frente a ellos e inició una charla mientras desayunaban, cosa que Dee agradeció, pero sintió una gran satisfacción de verlo molesto por su presencia.

"Puedes intentarlo, pero siempre seré un paso más rápido, o al menos más listo" pensó el rubio cuando Velika le dirigió la palabra, sonrió con satisfacción de verla interesada.

— Dee, ¿Ya tienes pareja de equipo para el trabajo de Filosofía? —preguntó Velika con una voz baja y avergonzada, pero con un rostro sereno e inexpresivo.

— No... aún no, ¿Quieres que lo hagamos juntos...? — la mirada divertida de Corbin le hizo seguir explicándose — El trabajo, hacer juntos el trabajo.

Velika asintió y continuó comiendo, Dee sonrió, pero recordó la presencia de los otros dos muchachos y fingió una tos, volviendo a su tranquilidad habitual. Heavy ardía en celos.

En casa.

La jornada escolar siguió de forma perfecta para Dee, que en cada receso estuvo acompañado por Corbin, Heavy y la bella de Velika, había logrado su cometido, su más grande anhelo, saber de ella por su propia cuenta, hacerse parte de su vida, y si esto se mantenía, podría mejorar su investigación, la que había olvidado hasta que volvió a ver a Corbin.

— Vampiros: ¿Mito o Realidad? — leyó en voz baja, en su habitación imuminada con una lámpara de noche de tonalidad cálida. Abrió la tapa del libro, encontrándose nuevamente con el nombre del autor, y el distinguido apellido que ya era conocido para él: Valtor.
Comenzó su lectura con mucha atención, sin perder ningún detalle en las palabras del escritor, era detallada información de cada mito existente de los Vampiros, investigaciones por época ¿Qué pensaba la gente de los Vampiros en la Edad Media? ¿Y en la época actual? Toda la evolución de estos seres en un libro viejo.

«Velika, bella Rosa roja, ¿Es que eres tú celestial criatura o infernal demonio?» se preguntó a sí mismo, porque entre más se adentraba en la lectura, más podía reconocer esas características Vampíricas en Velika. Es una total locura que Dee crea realmente en seres fantasiosos como esos, pero él necesitaba alguna excusa para disimular el deseo que sentía por estar con la chica, la ladrona de su sueño.

Vampyrist [Dee ٭ Metal Family]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora