Vampyrist [Dee ٭ Metal Family]

#O1O

Punto de vista: Velika.

Era una sombría noche, sabía que al día siguiente me esperaría enfrentar nuevamente mi rutina, y no quería hacerlo. Esperaba inquieta a que amaneciera desde el balcón de mi habitación, no sentía frío, en mi familia la tolerancia a las bajas temperaturas era normal, nos gusta lo fresco.
Estaba sentada en un pequeño sofá, mi casa es grande y disfruto de las vistas de un gran jardín, ¿Cómo consiguió mi padre esta casa? ¿Por qué decidimos mudarnos de repente? En realidad sabía las razones, pero no podía entenderlas, ni mucho menos compartirlas.

Mi vida en Inglaterra era mucho más buena que aquí, gozaba de gente como yo en abundancia, personas con las mismas ropas antiguas de Corbin se paseaban por el Instituto, y chicas hermosas como yo lucían sus prendas góticas y oscuras, me gustaba, ese tipo de gente, ese estilo de vida tranquilo, pasear por mi hogar que era el triple de grande que esta casucha que aún osan de llamar mansión, título que en mi opinión, no merece.

Lo único que me acerca a mi hogar, era Dee, un chico que no hacía mucho que conocí, es apuesto y su personalidad distante me lleva de vuelta a la gente de mi país natal, distanciada, pero elegante y educada. Ese sentimiento de familiaridad por Dee creo que ha cambiado en este tiempo, más bien, evolucionado, mis deseos por tocar su piel y observarlo detenidamente sin descanso me consume de formas que he querido ignorar, pero en realidad no puedo, porque el aparece en mis poemas y en mis sueños.

Mamá me dijo alguna vez que antes de conocer a mi padre, soñó con que él pedía su mano, un hermoso presagio, yo no soñé con Dee antes de conocerlo, pero tenerlo presente en mi subconsciente debe significar algo importante, o me gustaría que fuese algo importante.
Claro, yo era escéptica de las palabras de mi madre, pero ahora que me sucedía con este rubio muchacho, mi corazón se llenaba de esperanza.

Mi visión se mantuvo fija en los jardínes que me recordaban a mi país natal, y de la forma más nostálgica posible, comencé a extrañar el nunca sentirme sola en la oscuridad, cuando pasaba tristes noches en vela, en Inglaterra había otros como yo, me comprendían sin necesidad de palabras complejas o miradas insistentes. Aquí, en cambio, las noches se sienten vacías, y Dee es la única alma que convierte mis tormentos en pasiones.

— Acercarme más a Dee... — murmuré en voz alta mi anhelo, mientras brisas fuertes y sonoras comenzaron a sacudir las hojas de los arboles y a arrancar algunos pétalos de las flores que cultivaban en esta casa, indispuesta a presenciar aquello, me adentré nuevamente a mi habitación, cerrando con pestillo la ventana corrediza que me daba acceso directo a mi terraza.

Mi cuarto era grande, pero no tan enorme como solía ser en mi antiguo hogar, las paredes negras y decoraciones rojas no podían compararse con el oro que permanecía en los detalles más minúsculos de mi habitación en Inglaterra.

«Abandonar nuestro hogar, nuestra dichosa y poco humilde casa, abandonar a nuestra gente, nuestra familia, por un puro capricho de mi padre, no lo entiendo, no porque no quiera, porque no puedo»

Cerré mis ojos sumergida en la frustración, queriendo alejar mis sentimientos punzantes de mi espacio, de mi mente y de mi corazón, pronto un pecoso rostro hizo aparición en mi memoria, una sonrisa involuntaria se escapó de mis labios y un suspiro se deslizo fuera de mi garganta con ilusión y decepción. ¿Cómo puedo desear tanto a quien no puedo tener? que tortura más grande es querer con la incertidumbre de si eres correspondido o no, y es que yo no oculto mis sentimientos, este es mi primer enamoramiento, no puedo dejarlo escapar entre mis dedos, mucho menos cuando en mis sueños puedo verlo.

Me senté en mi tocador, me vi en el reflejo del espejo, odiando mi reflejo inútil, pero sacando un pequeño diario escondido, en el cual desbordo todas las pasiones que mi familia busca evitar, tomé una pluma y me desangré en el papel, como si usara la sangre de mi corazón como tinta.

"Inocente caminas en las sombras, sin saber que mi carne deseo mutilar, queriendo que me pruebes.
Me pregunto qué ves cuando me miras, ¿soy la perfección?, ¿condenada a indiferencia o a abundantes besos dados con cautela?
Mis palabras no llegan a tocarte, pero me pierdo en tus ojos como si ahí pudiera encontrarme a mí misma. Tan ajeno, tan cercano, lejano, lejano, lejano, envuelve en tu manto de indiferencia mi alma.
¿Puedes verme más allá de alguien fugaz? ¿Puedes sentirme cerca si  desearme lejos? ¿Te puedes quedar? Yo no puedo amar en vano, quédate."

Dejé de escribir y escondí nuevamente mi diario, me quedé sentada frente a mi reflejo desagradable, esperando que Dee pudiera apreciarme a pesar de lo que significaba ser yo y de lo que significaba amarme. La intensidad me persigue de formas poderosas, porque quien es condenado en vida busca a alguien que pueda hacer de mi tiempo maravillas, quien no choque contra lo que no se pueda cambiar, sino alguien devoto dispuesto a quedarse.