❝𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐲𝐨𝐮❞

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El destino, ese juguetón arquitecto de las vidas, había decidido que su historia aún no había terminado. Londres, una ciudad llena de posibilidades infinitas, era el escenario perfecto para un reencuentro que prometía cambiar todo.







LAUREN

El embarazo de olivia había transcurrido muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos olivia ya estaba en los días previos al parto. sabía que no podía dejarla sola, aunque la idea de dejarla sola pasó miles de veces por mi cabeza al final no pude decir un "no" y decidí venir, después de todo olivia  había estado para mi tanto en los momentos buenos como en los malos.

Allí estaba olivia esperándome con ansias, buscándome entre la multitud, no pude evitar emocionarme de más. —oli— grite llamando la atención de olivia. Con paso ligero, me acerque a ella. La sonrisa de Olivia se ensanchó al verme. Su rostro, siempre radiante, ahora irradiaba una felicidad aún más intensa. Pero lo que más me llamó la atención fue su vientre, redondeado y luminoso, a punto de estallar. Nueve meses de gestación habían transformado a mi amiga  en una mujer aún más hermosa.

—Olivia —salude, sentándome a su lado—. ¡Estás radiante!

Olivia acarició su vientre. —Y tú también, Lauren. Me alegro mucho de que estés aquí.

Tome su mano y la apreté con fuerza. —No me lo perdería por nada del mundo. Poder acompañarte en este momento tan especial... es un regalo.

—Lo sé. Gracias por todo, Lauren.— me dijo olivia con aquellos ojos verdes.

Jude

Encontrarme con lauren después de tanto había sido algo maravilloso verla y tenerla cerca aunque se sintiera tan lejos es algo que aún no asimilaba.

—jude, ven aquí te mostrare algo— me dijo mi padre mientras caminábamos a la pequeña cabaña familiar. 

El sol se colaba por las ventanas de la pequeña cabaña, bañando el interior de una cálida luz dorada. La chimenea, con su fuego chispeante, ofrecía un acogedor contraste a la fría noche que se cernía sobre el campo inglés. me dejé caer en el viejo sillón de cuero, suspirando. El hogar familiar siempre había sido mi refugio, un lugar donde encontraba paz y tranquilidad.

Mi padre, entró en la sala con una pequeña sonrisa. En sus manos llevaba un álbum desgastado por el tiempo. —Creo que te gustará esto— dijo, acercándose a mi.  tome el álbum y lo abrí con curiosidad.

Las primeras fotografías mostraban a mi junto a Jobe, cuando éramos bebés. Estábamos rodeados de mantas de lana y sonrisas familiares. no pude evitar sonreír al recordar aquellos días. Sin embargo, una sombra de tristeza cruzó mi rostro al pensar en el hijo que nunca conocí, el que hubiera compartido tantas risas y aventuras con Jobe y yo.

—Recuerdo cuando los traje a casa del hospital, Fueron los días más felices de mi vida—, dijo mi padre sacándome de mi trance con su voz cargada de nostalgia. —. asentí, sintiendo un nudo en la garganta. —Eramos tan felices—, susurre. —Lo eran—, confirmó mi padre, colocando una mano en mi hombro —Y tú también lo eras, Jude. Tenías todo lo que un niño podía desear—.

mire a mi padre con ojos llorosos, no podía seguir ocultando todo el dolor que sentía, así que rompí la promesa que le hice a mi madre.

Un silencio se instaló en la habitación, interrumpido solo por el sonido del fuego.  cerré el álbum y lo deje sobre mis rodillas. —Papá, necesito hablar contigo de algo importante—, dije finalmente, con voz temblorosa.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2024 ⏰

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𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 𝐇𝐎𝐔𝐑/ 𝐉𝐮𝐝𝐞 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠𝐡𝐚𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora