El día de la despedida había llegado mi vuelo estaba programado para las 11 am, y la verdad no me sentía nada bien. Hace treinta minutos estaba abrazada a Jude aferrándose a nuestros últimos minutos juntos y aunque el tratará de tranquilizarme sabía que la realidad sería difícil de afrontar.
-no te preocupes amor cuando tú no puedas viajar yo viajaré, hablaremos todos los días y siempre tendrás un mensaje mío- me dijo Jude mientras me abrazaba, sus suaves manos delineaban mi cabello con pequeños y tiernos movimientos, para el tampoco estaba siendo fácil la despedida sabíamos que no nos veríamos en un buen tiempo y se me hacía imposible no dejar de sobre pensar miles de estupideces, pero la mayor de todas tenia nombre y ese era Karen napoly. Escuchar ese nombre me daban ganas de vomitar y es que no era para más desde que Jude subió las fotos en Ibiza no paraba de recibir halagos de Karen lo cual me fastidiaba, aunque debo admitir que Jude fue honesto conmigo al contarme todo lo que aquella rubia le escribía, y es que era imposible no pensar en como la rubia le coqueteaba descaradamente a Jude pero había algo que me alegraba dentro de toda esta situación y eso era el rechazo de Jude hacia Karen.
El último llamado de mi vuelo había llegado y con el mis lagrimas, estaba tratando de respirar y calmarme un poco para despedirme de Jude. -es que no puedo parar de llorar, te quiero mucho Jude tenía mucho tiempo soñando con esto que tengo contigo, y se me hace difícil pensar que estaremos tan lejos uno del otro, y es que ni siquiera puedo dormir sola ya, porque me acostumbré a dormir contigo- dije sin poder contener las lágrimas, me costaba mucho hablar en ese momento, mi refugio eran los abrazos de Jude me sentía segura y amada, finalmente Jude me separo de él y tomo mi cara con sus suaves manos -Lauren, amor, yo también te quiero mucho y también voy a extrañar dormir contigo, amor a tu lado es justo aquí donde me vi porque me traes paz, por eso estoy aquí te adoro Lauren Austin- dijo Jude dándome un pequeño y hermoso beso en la frente. Era increíble lo que este hombre me hacia sentir, no podía creer lo que en tan poco tiempo significaba Jude para mí y el impacto que este mismo tenía en mi vida -solo te puedo decir que te quiero, te quiero, y te quiero jude bellingham, eres mi calma, mi corazón es tuyo- le dije mientras me limpiaba las lágrimas del rostro y le daba un último abrazo que fue compensado con un beso, y así tome mis maletas, seguí el camino hacia aquel avión que me llevaría a Londres de vuelta a mi realidad.
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