Cuando Ami llego a Kyoto fue directamente a hospedarse al hotel con la idea de ir a primera hora a la dirección que aparecía en el papel que le fue entregado. Estando en su habitación por fin pudo mirar la piedra que Helios le había entregado, era una Zoisita y entonces recordó a su antiguo enemigo; aun recordaba a Zoisite el General del Reino Oscuro, lo recordaba despiadado y cínico, quizás el único general que realmente les dio problemas a unas chicas que recién despertaban sus poderes, se quedó dormida pensando en cómo podría haber sido como un Shitennou del Reino Dorado.
Ese día acompaño a Venus a la Tierra, la Princesa Serenity había logrado escaparse nuevamente a la Tierra y aun no sabían porque, apenas llegaron decidieron separarse para buscarla y tras caminar por un tiempo lo vio. Estaba recostado en una rama baja de un árbol leyendo, en una mano sostenía el libro y la otra la tenía detrás de su cabeza; sus rizos dorados sobresalían de su espalda y brillaban al sol, ella decidió esconderse detrás de otro árbol para seguir observando.
Su primera impresión fue que se trataba de una chica, pero su amplio y plano pecho así como sus brazos realmente torneados que se notaban incluso a través de su uniforme delataron su género; aun así pensó que era hermoso, también pensó que era extraño definir a un hombre como hermoso en lugar de guapo pero tampoco creyó que existiera una mejor palabra para describirlo.
El grito de Venus la saco de su abstracción y también lo hizo con el joven del árbol que solo miro en dirección del grito pero no se inmuto mucho más regresando a su lectura casi de inmediato.
- Creo que tu compañera necesita algo de ayuda – Dijo en voz alta pero tranquila sin mirar en su dirección – Tu princesa suele ser obstinada cuando se trata de Endymion.
- ¿Endymion? – Pensó - ¿Endymion el Príncipe de la Tierra? – Sin esperar más y sin salir de su escondite se dirigió hacia dónde provino el grito dejando atrás al joven del árbol y miro a Venus con la Princesa - ¿Venus?
- ¡Ah! Mercury – Dijo Venus un poco sonrojada – Encontré a la Princesa
Mercury miro a los dos hombres que estaban con ellas, ambos eran altos y atractivos, a juzgar por sus ropas pudo darse cuenta que eran personas importantes o parte de la realeza pero extrañamente seguía pensando en el joven del árbol, él también tenía un uniforme similar a uno de los hombres que estaban con Venus y Serenity.
- Es hora de irnos Princesa – Dijo Venus mientras se llevaba del brazo a Serenity que iba a regañadientes, apenas llegaron a la colina y ambas desaparecieron en destellos de luz. Mercury inclinó ligeramente hacia los hombres a manera de despedida y las siguió.
Una semana después Venus las cito para una junta en su oficina – Bien, como saben Serenity ha seguido escabulléndose a la Tierra y la razón es porque está enamorada del Príncipe Endymion.
- ¿Qué? Eso no puede ser posible – Dijo Mars sorprendida – Eso no puede terminar bien de ninguna forma.
- Los terrícolas no nos quieren – Añadió Júpiter – Piensan en nosotros como monstruos terribles.
- Bueno, aparentemente el Príncipe Endymion no piensa de esa manera puesto que corresponde los sentimientos de la Princesa. He estado en contacto con el comandante a cargo de la guardia del Príncipe y al no encontrar una manera de mantenerlos alejados hemos llegado al acuerdo de vigilarlos durante sus visitas, por lo que trabajaremos en conjunto con ellos para salvaguardar la integridad de nuestros Príncipes – Les informo Venus
Mercury pensó nuevamente en el chico del árbol, quizás él formaba parte de la guardia del Príncipe pero tan pronto llego ese pensamiento otro la invadió ¿Por qué le importaría que él fuera parte de la guardia real? Simplemente no era lógico que él le hubiera dejado alguna clase de impresión en ella ¡Ni siquiera hablaron!
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Contingencia
FanfictionEl mundo esta siendo azotado por varios fenómenos naturales que son causadas por cuatro bestias sagradas; las senshi solo pueden detenerlos sellándolos en cuatro jóvenes que aunque eran importantes en su vida pasada, en esta no los recuerdan.