JUN RYUSAKI

77 9 1
                                    

Rei se encontraba viajando en autobús hacia Jozankei onsen mientras se arrepentía de no haber permanecido por lo menos esa noche en la ciudad de Sapporo; su vuelo llego por la noche pero dando un vistazo al papel que Helios le entrego noto que Jadeite se encontraba en aquella localidad que se encontraba a 50 minutos en autobús.

Sabía que se trataba de Jadeite porque miro la piedra y era una Jadeíta, sin duda sería un encuentro incomodo; ella fue quien lo había eliminado en esta vida. Con algo de suerte, pensó, él no la recordaría y explicarle la situación sería relativamente sencillo y si la recordaba definitivamente las cosas se pondrían más incomodas de lo que ya serían.

Cuando llego finalmente volvió a mirar el papel, aparecía el nombre de un ryokan de nombre Pyro; sin duda era un nombre extraño para una posada tradicional japonesa, creyó que Helios lo había agregado pensando en que necesitaría un lugar donde hospedarse mientras encontraba su objetivo.

Parada frente a la posada pensó en el extraño sentimiento que la invadió al leer ese nombre por primera vez, ese nombre despertó en ella una especie de compunción y no se explicaba porque; de sus clases de secundaria recordaba que esa palabra significaba Fuego en griego pero no podía relacionar el nombre a la estructura tradicional del lugar. Finalmente agotada por su recorrido tocó la campanilla del lobby.

- Voy en un momento – La voz del hombre se escuchaba salir de una habitación contigua, Rei tomo esos momentos para alistar el poco equipaje que llevaba consigo llevaba poco tiempo agachada cuando volvió a oír esa voz masculina – Lamento la demora ¿En qué puedo ayudarla?

Cuando Rei se incorporo supo que las cosas no serían fáciles, su cara de sorpresa solo fue eclipsada por el rostro desencajado de Jadeite que la miraba con incredulidad y palidez desde el otro lado del mostrador - ¿Jun Ryuzaki?

- Mar... ¿Qué estás haciendo aquí? – Pregunto aún sorprendido

Rei volvió a mirar el papel y noto por las tarjetas en el mostrador que ambas direcciones eran la misma – Yo... vine a buscarte.

Las mejillas de Jun se azoraron ligeramente - ¿Viniste a buscarme... a mí?

Antes de que Rei pudiera responder una linda chica entro a la posada y se colocó al lado de Jun – Puedo hacerme cargo cariño, ya es noche deberías ir a descansar ¿En qué puedo ayudarla señorita?

Rei salió de su abstracción – Yo, necesito una habitación por dos noches

Cuando la chica se disponía a realizar la reserva Jun la interrumpió – Yo me haré cargo Yuri, es mejor que te retires... llegas tarde a tu turno de cualquier forma, puedo hacerme cargo solo – La mujer se hizo a un lado de mala gana y se sentó en uno de los sofás que estaban cerca de la entrada renuente a irse. Jun comenzó con la reserva – Entonces te quedarás

- Si, por dos noches – Rei miro de reojo a la mujer sentada cerca de ellos y noto que estaba prestando atención – Necesito hablar contigo – Dijo finalmente en voz baja.

- Te llevaré a tu habitación, debes estar agotada por el viaje – Jun miro a la chica sentada – Yuri... si estas dispuesta a quedarte te dejo a cargo – La chica volvió a incorporarse de mala gana y tomo su lugar en la recepción.

- ¿No la registrarás? – Dijo la chica mientras Jun se acercaba a Rei

- ¡Espera! – Dijo Rei mirando a Jun que tomaba sus maletas - ¡Ni siquiera he pagado por el hospedaje!

- No es necesario – Respondió Jun a ambas chicas – Ella es una invitada especial, su cuenta correrá a cargo de la casa – Dijo levantando la maleta.

- Tú no puedes hacer eso – Le respondió Rei

- Puedo hacerlo porque soy el dueño, ahora sígueme... te llevaré a tu habitación.

ContingenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora