Capítulo 10

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NARRADOR OMNISCIENTE.

La mirada de todos los presentes en el Gran Comedor recayó sobre la pareja, como siempre. Su aura imponente cautivaba las miradas de ahí a donde iban. Sin embargo esta vez, quien se llevaba casi toda la atención era la jovencita rubia, que con su mirada angelical y su cuerpo candente levantaba pensamientos tórridos en todo aquel que la miraba. 

La rubia se separó de su prometido sacando un gruñido de su parte y comenzó a caminar en dirección a la mesa de las serpientes, contoneando sus caderas y sonriendo con suficiencia. 

No tardaron en escucharse silbidos, gritos, invitaciones y hasta algún que otro suspiro. Todo el colegio se había dado cuenta de el gran cambio que había dado la Sayre a lo largo del verano. Se había convertido en toda una mujer, y lo más peligroso de ello, es que ella sabía que la gente lo notaba y sabía lo que provocaba en ellos, mas su mente astuta y perspicaz, sabía que era un beneficio que podía serle de mucha ayuda.

Dayana llegó hasta donde pelinegra y rubia esperaban con una sonrisa en la boca, esperando con ansias una explicación detallada de su parte. 

-Parece que hoy te has levantado especialmente juguetona, Sayre- vaciló su amiga Pansy.

-No se de lo que me hablas- dijo con fingida confusión Dayana-¿a qué te refieres, Pansy?- terminó de formular con una creciente sonrisa ladeada en su rostro. La vista de los que estaban sentados al lado del trío se fue hacia el lunar al lado de su boca, admirando como este subía y bajaba con cada expresión de la chiquilla.

-¡Oh, Vamos!- exclamó Daphne- ¡No te hagas la tonta Sayre! Toda la Sala Común habla de lo tuyo con Pucey, y de los gritos que pegabas desde tu cuarto. ¿Con que un trabajo de pociones no?- siguió inquisitivamente.

La joven heredera rio al ver la cara de sus amigas- Pues sí, hicimos el trabajo, pero una cosa llevó a la otra...Y bueno, acabamos acostándonos. No os voy a mentir, el chico sabe lo que hace- confesó con una sonrisa picarona. 

Sus amigas emitieron un grito al unísono, haciendo que todo el Gran Comedor volviera a poner su atención en ellas, y causando que Dayana riera otra vez. 

-Pero, ¿y Alexander? Dayana, se va a terminar enterando y sabes que no le va a gustar un pelo- dijo preocupada su amiga rubia.

-Ya lo sabe. De hecho, si el y nuestros queridos amigos no hubieran interrumpido en la intimidad de mi habitación, probablemente seguiría con el- los ojos de sus amigas se abrieron de par en par, provocando una vez más su risa.

Antes de que su conversación siguiera su curso, sus cuatro slytherins favoritos quitaron del lado de las chicas a la fuerza a varios hombre ocupando acto seguido el lugar que calentaban. 

-Sayre, has sido una chica muy mala- rio Blaise nada más servirse un trozo de pollo en el plato. 

El prometido de esta bufó y comentó- Ha sido una guarra.

-Perdona, pero yo no fui la que me tiré primero a alguien en los baños. Desde el primer momento en el que decidiste humillarme de tal manera nuestro compromiso ha pasado a ser un simple negocio. Y agradece a Salazar que no se lo digo a mis padres y a tus tíos- dijo ella hecha una furia, sorprendiendo a el grupo entero.

Acto seguido, su mirada recorrió la gran mesa verde y plateada, encontrándose con la figura de Pucey hablando con su grupo de amigos. Uno de ellos se dio cuenta de la mirada de la chica,  y le dio un codazo a su amigo, seguido de una sonrisa seductora. Ese chico también era bastante guapo. Pucey giró su cabeza encontrándose con la mirada intensa de Dayana. Esta le miró fijamente a los ojos, para acto seguido levantarse del banco y empezar a caminar hacia la puerta. Este, captó el mensaje y rápidamente chocó  las manos con sus amigos, quienes le daban palmaditas en la espalda como si hubiera ganado un permio, bastante acertado ciertamente, para seguirla. 

𝑐𝑎𝑜𝑠   - a harry potter's world fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora