Capitulo 4

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*Narrador Omnisciente*
La casa era bonita, pero fría, para nada acogedora. Si el exterior era precioso, el interior era una completa belleza. Con tonos grises y negros. Pequeños detalles hacían que todo allí llamase la atención y que nada se quedase en segundo plano.
Pero lo que más llamaba la atención de la sala de aquella mansión, era un enorme cuadro situado encima de la gran chimenea, en el que se podían apreciar a los dueños de la inmensa propiedad. Los tres con una expresión seria y altanera.
Dayana estaba en el centro de la pintura sentada en una silla de oro de 24 quilates y diamantes.
Con la espalda recta, una expresión fría y las manos en el regazo. Arlette estaba a un lado de ella, de pie con una mano en su hombro al igual que su marido, y Antonín a su lado tenía una expresión de suma arrogancia y altanería.

 El cuadro desprendía un olor a riqueza a kilómetros.
-Yunus, lleva a los chicos a sus habitaciones- ordenó la matriarca de la familia sin mirar al elfo.
-Será un placer cumplir sus órdenes Ama Arlette, Yunus obedecerá sus órdenes tal y como lo pidió la Ama- respondió el elfo con voz irritante y chillona- Sigan a Yunus, jóvenes amos, síganle por favor.
Recorrieron muchos pasillos, cada uno más largo que el anterior hasta llegar a sus respectivos cuartos. Pero en vez de meterse cada uno en la suya, todos fueron a la de Dayana. Al entrar, un cuarto enorme les esperaba. Lo primero que saltaba a la vista era la gigantesca cama con dosel. Esta estaba cubierta por una colcha de color gris y plateado con enormes almohadones encima. Grandes ventanales daban a una gran terraza, con sillones, tumbonas y plantas. Y si girabas la vista hacia la izquierda, una puerta llevaba a un gran vestidor. Con varios pisos, miles de bolsos, capas de viajes, vestidos, zapatos, joyas y maquillajes. Un sueño.
Era muy bonita.
-Tu casa es enorme- Pansy fue la primera en hablar, Dayana rio y se encogió de hombros.
-¿Alguno sabe porque vamos a pasar aquí el verano? -Preguntó Astoria con intriga. En ese momento Dayana se dio cuenta, es verdad, porque. Todos negaron, todos menos Draco.
-¿Draco? - interrogó dudosa Pansy- ¿sabes algo? - el chico asintió, y se recolocó en el sillón, en el que posteriormente se había sentado, listo para hablar.
-Ahora que... -su voz tembló ligeramente, se aclaró la voz y volvió a hablar- Ahora que el Señor Tenebroso a regresado, van a planear muchas reuniones. La mayoría en la mansión Sayre, ósea aquí... -
-¡Y por qué nos traen aquí, es peligroso! -le interrumpió Daphne, siendo así, la primera vez que habla desde que llegaron allí.
-Ahora lo iba a explicar- replicó el platinado molesto- Quieren mantenernos cerca, porque, según lo que me dijo mi madre, juntos, tenemos un poder especial.
-¿Especial? -preguntó extrañado Blaise.
-Me contó que cada 1000 años, 7 magos muy poderosos y nacen, eso 7 magos, siempre son amigos, creando así, un vínculo muy poderoso. Estos 7 magos, son nacidos de familias sangre pura, me dijo, que ya sea, vivos o muertos, mientras se recuerden, mientras piensen en ellos, son más poderosos que todos los magos tenebrosos juntos, y que cada generación en mucho más fuerte que la anterior. Lo que el Señor Tenebroso quiere, es mantenernos de su lado. Sabe, que si no estamos de su lado, seremos el arma mortal más poderosa que haya habido en todo el mundo mágico-termina de relatar Draco.
-Joder-dice Theo- esto es muy fuerte- dice aún impactado por la noticia, todos asienten, perplejos.
-Pero, porque... -No pudo terminar, ya que un elfo apareció.
-El ama Arlette a mandado a Rucis, a decirle que va ha haber una reunión y que se tiene que vestir adecuadamente, ama Dayana- todos asienten- pero la ama también a mandado a Rucis a decirles, que no pueden acompañar a la ama Dayana, y mucho menos entrar al comedor. Que sería peligroso- Blaise iba a replicar pero el elfo volvió a hablar- Ama Dayana, el ama Arlette le dijo a Rucis que le avisara que ahora van a aparecerse elfinas en su habitación para prepararla adecuadamente, y que solo las amigas chica de la ama Dayana podían estar en la habitación-pronunció el elfo. Las chicas asienten y cuando el elfo desaparece echan casi a patadas a los chicos. Y justos unos segundos después, ocho elfinas se aparecen en la habitación.
-Ama Dayana, el ama Arlette nos ha enviado ha prepararla adecuadamente- dijo una de ellas- Ama Dayana siga a la vieja Doris hacia la bañera, ya esta preparada. Mientras a ella la meten en la bañera donde la bañan con agua de rosas otras elfinas en la habitación le preparaban la ropa y los accesorios que iba a llevar ese día.
Al salir del baño, la llevan hasta el tocador donde le secan el pelo y se lo peinan, haciendo que sus rizos queden naturales y sueltos.
La maquillan suavemente y la llevan hacia la cama, en donde está un precioso vestido.
Color negro y liso hasta los tobillos. De manga corta y con algunos volantes casi invisibles. Se ajusta a el cuerpo con un corsét a la cintura apretado como los mil demonios. Unos cubre mangas tambien negros con incrustaciones en ellos. Y unos tacones negros, preciosos. Que pegaban con todo. Cogió la pinza de pelo y se la puso en el pelo, recogiendo con ella dos mechones de alante, quedando un recogido limpio y bonito.
Sus amigas estaban sentadas en la cama, con los ojos bien abiertos. Se habían quedado así, desde que vieron cuando le apretaban el corsé. Les extrañaba que siquiera pudiese respirar.
Por último las elfinas le pusieron perfume para después marcharse.
-Chicas ya tengo que bajar- ellas asintieron, pero antes de que se fuera, le hicieron prometer que tendría cuidado.
Se dispuso a bajar las grandes escaleras. Cuando ya estaba a la mitad, desde donde ya se podía ver el salón, pudo distinguir a un joven de ojos azules, alto, de piel blanca, el pelo negro y rizado. Era muy atractivo. Estaba acompañado por Lucius y Narcissa Malfoy. Tuvo que quitar la mirada de ahí porque escuchó unos pasos a sus espaldas. Sus padres. Le sonrieron tiernamente, y terminaron de bajar las escaleras los tres juntos. Ya no había nadie allí. Cuando se giró para preguntar, sus padres le contestaron que tenían que ir a la sala.
Entraron y ella se sorprendió, ya que allí estaban el chico de antes junto con Cissy y su marido.
Ella fue directa a saludar a Narcissa, ya que después de la reunión del cementerio habló con ella y ahora se llevan muy bien.
-Hola Cissy- saludó ella amablemente.
-Hola querida- la estrechó entre sus brazos - que tal estás?- preguntó ella tiernamente.
-Muy bien gracias- ella se giró hacia Lucius- Señor Malfoy es un placer volver a verle- dijo ella cordialmente.
Su padre hinchó el pecho de orgullo.
-Igualmente querida, si. Bueno, a lo que habíamos venido Antonín, este es Alexander Lestrange- ella se sorprendió, no sabía que Bellatrix y Rodolphus Lestrange hubieran tenido un hijo. Ahora que lo veía, el pelo rizo debía ser de Bella. El chico al darse cuenta de la mirada de la chica, dejó de mirar a su "tío" y se giró hacia la chica y y la de pelo rizo se sonrojó y giró la cabeza hacia donde estaban su padre y el Señor Malfoy hablando. Eso arrancó una sonrisa de el chico. Solo dos personas se habían dado cuenta, y esas habían sido las dos Matriarcas de las dos familias.
-Hija, han venido aquí para arreglar tu matrimonio con él- ella se sorprendió- Se que normalmente vienen los padres pero como no pueden, han venido sus tíos- yo asentí aún un poco confundida.
La iban a casar. Sabía que tenía que hacerlo. Pero no quería tan pronto.
¿Y con un Lestrange? Ella nunca había conocido a Bellatrix por lo que no sabía si le caería bien o mal.
-Vamos a mi despacho- habló mi padre.
Al llegar allí se sentaron en los sillones.
-Bueno, lo primero que Bellatrix le escribió en la carta a Narcissa para que casásemos a su hijo es que, obviamente fuera sangre pura, y parte de los sagrados 29, cosas que si son. Quería que tuviesen buena fortuna y pocos antepasados traidores. Cosas que también tenéis. Que vaya a ser mortífaga- miró hacia mi, a lo que yo asentí, después de haber mirado hacia mi padre en busca de consentimiento- cosa que al parecer también. Y que no se deje manipular, que sea respetable pero libre-dijo el con un poco de desaprobación.
-Mi hija es lo que está describiendo esa carta, aparte de hermosa- me elogió mi madre con tono cariñoso.
Dayana pudo ver como el chico miraba hacia ella y asentía mientras sonreía, intentó no sonrojarse.
-Nuestras peticiones, son respeto hacia ella. Cuando estén casados el no podrá estar con otras mujeres o el trato se romperá y la fortuna de los Lestrange será nuestra- el Malfoy asintió un poco disconforme- Y nunca, y repito NUNCA- dijo esta vez mirando a Alexander amenazante- le podrá poner un dedo encima. Ni siquiera amenazarla. -dijo el sin apartar la vista del pelinegro que lo miraba sin expresión ninguna.
La chica se sintió protegida.
-Por supuesto- dijo Narcissa- el nunca haría daño a Dayana. A que no, chico?
- Claro que no. Nunca le haría daño- dijo el mirándome fijamente, con una voz que te baja las bragas a la primera.
Mi padre sonrió complacido.
-Me escribiré con los Lestrange para saber cuando será la fecha de la boda- dijo Antonín. -Mientras todo esto pasa, el chico vivirá en nuestra mansión.
Todos allí asintieron.
-Chico salgan.
Nosotros hicimos caso.
Fuimos al salón y nos sentamos. Cuando pensé que el se sentaría en el de enfrente se sentó a mi lado. Muy cerca.
Apoyó su espalda en el respaldo. Y habló.
-Al parecer estamos prometidos- dijo el con una sonrisa socarrona. Yo tragué saliva y asentí.- no seas tímida, vamos a vivir juntos a partir de ahora. Y nos vamos a casar.
-No soy tímida- dije intentando no mirarle a los ojos.
-Pero si muy guapa-dijo acercándose más a mi.
-Y-o-o-yo- acarició mi mejilla suavemente bajando hasta mi cuello, y acercándose peligrosamente a mi escote.
Pero se apartó, y yo pude respirar tranquila.

𝑐𝑎𝑜𝑠   - a harry potter's world fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora