Jungkook estaba listo. Desde su posición en lo alto de un edificio abandonado, miraba fijamente a través de la mira de su rifle de precisión, observando el ajetreo en el muelle debajo. Sabía que solo tenía una oportunidad para arruinar la entrega del explosivo. Su misión era clara y crucial: un disparo perfecto que podría evitar un desastre catastrófico en la ciudad.
La entrega del explosivo debía ser interrumpida sin detonar la carga letal que contenía. Jungkook había sido elegido para esta misión por su habilidad sin igual para realizar disparos imposibles. El peso de la responsabilidad se sentía como una carga tangible sobre sus hombros, pero su determinación era inquebrantable.
A través de su mira telescópica, observaba los movimientos calculados de los traficantes. El hombre robusto que manejaba la caja metálica, acompañado por sus guardaespaldas, era su objetivo. Cada paso que daban era analizado meticulosamente. Jungkook sabía que debía esperar el momento exacto para disparar.
— "El paquete está en el segundo vehículo," —la voz de su coordinador resonó en su oído.— "Tienes que golpear el punto exacto para desactivar el detonador sin hacer explotar el dispositivo."
Jungkook asintió, sus ojos nunca dejando el objetivo. Ajustó la mira, tomando en cuenta el viento ligero y la distancia. Su respiración se volvió lenta y medida, sus sentidos afilados por la adrenalina y la urgencia de la misión. El hombre con la caja metálica empezó a caminar hacia un almacén cercano, escoltado por otros dos individuos armados.
Jungkook se preparó. El momento de la verdad se acercaba, y no podía permitirse ningún error. Respiró hondo, dejando que el aire llenara sus pulmones antes de soltarlo lentamente. Cada detalle en su entorno se volvió nítido, cada sonido amplificado.
— "En tres... dos... uno... fuego."
Jungkook apretó el gatillo. El sonido del disparo resonó en la azotea, pero abajo, el impacto fue inmediato y silencioso. La bala atravesó la caja metálica en el punto exacto, desactivando el detonador sin detonar la carga explosiva. Los hombres a su alrededor quedaron paralizados por un momento, incapaces de comprender lo que había sucedido.
— "Objetivo neutralizado," —confirmó la voz en su oído, con un tono de alivio palpable.
Jungkook observó por un momento más, asegurándose de que no hubiera reacciones imprevistas antes de recoger rápidamente su equipo. La ciudad se desplegaba ante él, una malla de calles, edificios y vidas entrelazadas en un bullicio constante. Pero justo cuando estaba a punto de desmontar su rifle, un movimiento en el horizonte captó su atención. Una columna de humo denso se elevaba desde el bosque, formando una siniestra mancha negra contra el cielo. Jungkook frunció el ceño, su mente ya calculando las posibilidades.
— "¿Ves eso?" —señaló su compañero, un agente veterano con mirada aguda.— "Parece que viene de la dirección de la fortaleza en el bosque."
El corazón de Jungkook dio un vuelco, una oleada de preocupación lo golpeó como una marea imparable. Sus pensamientos comenzaron a correr, imágenes y posibilidades pasando a gran velocidad. ¿Qué podía haber causado una explosión tan grande? ¿Un ataque? ¿Un accidente?
— "Es... el lugar donde trabaja Derek," —murmuró para sí mismo, la preocupación empezando a tomar forma de miedo tangible.
— "¿Qué dijiste?" —preguntó su compañero, acercándose para escuchar mejor.
— "Es el lugar donde trabaja Derek," —repitió Jungkook, esta vez más fuerte. La realidad de la situación empezó a asentarse, la urgencia creciendo dentro de él.
— "No podemos abandonar la misión," —recordó su compañero, intentando razonar.— "Es crucial para la operación."
Pero Jungkook ya había tomado una decisión. La imagen de la columna de humo se quemó en su mente, y con ella, la posibilidad de que alguien a quien le importaba estuviera en peligro. No podía quedarse y esperar, no cuando sabía que cada segundo contaba.
— "Lo siento," —dijo con determinación, ya dirigiéndose hacia la salida.— "Tengo que irme."
Saltó de la azotea, descendiendo rápidamente por la escalera de incendios. Su mente seguía corriendo, tratando de procesar todo lo que esto podría significar. Mientras bajaba, los rostros de Jimin y Derek pasaban ante sus ojos, mezclándose con sus propios miedos y esperanzas. ¿Estarían a salvo? ¿Qué había sucedido exactamente?
Una vez en la calle, corrió hacia su auto. El rugido del motor al encenderse fue como un latido de su corazón, fuerte y urgente. Se abrió camino a través del tráfico, ignorando las miradas curiosas y las bocinas irritadas. Cada minuto parecía alargarse, cada segundo una eternidad.
— "Ese idiota no puede estar involucrado," —se dijo a sí mismo, pero la duda seguía acosándolo. Jimin siempre estaba en el centro de las tormentas, siempre involucrado en los peligros que acechaban a Derek. La preocupación por ambos lo estaba consumiendo, una ansiedad que se mezclaba con la adrenalina mientras aceleraba hacia el bosque.
El paisaje urbano empezó a desvanecerse, dando paso a los frondosos árboles y la carretera sinuosa que llevaba a la fortaleza. El humo negro seguía siendo visible, una señal ominosa que hacía eco en su mente. Apretó el volante con más fuerza, sus nudillos blancos, mientras trataba de mantenerse enfocado.
A medida que se acercaba, el olor a quemado y la vista del humo aumentaban su urgencia. Llegó a la entrada de la fortaleza, los guardias sorprendidos por su aparición repentina. Ignoró sus preguntas y siguió adelante, su mirada fija en el objetivo: encontrar a Derek y asegurarse de que estaba bien. Y en el fondo de su mente, la preocupación persistente por Jimin seguía creciendo, una sombra que no podía ignorar.
Finalmente, el auto se detuvo bruscamente. Jungkook salió, sus ojos escaneando frenéticamente el área. Vio a los militares a la distancia movilizándose, la confusión y la tensión eran palpables.
¿Qué demonios había sucedido?
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"Abyssus" | Jikook
Teen FictionEn un mundo donde el peligro acecha en cada esquina, Jungkook es un agente de fuerzas especiales, un francotirador que ha enfrentado misiones de todo tipo, desde las más sencillas hasta las más desafiantes. Sin embargo, ninguna tarea se compara con...