Capitulo 11

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Chicas, aquí el capítulo 11 espero les guste...

Quería recordarles lo importante que es para mí sus votos y comentarios por párrafo, así podré saber que piensan si le está gustando o que les gustaría cambiar algo de la trama.

Sin más, disfruten el cap.

Ethan

—Mira, Hadesito, es sencillo —replica April, con una sonrisa de suficiencia y los brazos cruzados, mientras él se frota el tabique con gesto de exasperación—. Solo le das un pequeño susto, ¿sí? Puedes creer que me rechazó, como si no supiera con quién se estaba metiendo.

Sheol baja la mano de su rostro y le clava una mirada fulminante.

—April, lárgate —le espeta, apretando los dientes tan fuertes que se le marca la mandíbula—. Tienes quince malditos años. ¿Qué sabes tú de gustar de alguien, ¿eh?

Ella, molesta, cruza los brazos con más fuerza y frunce el ceño, la típica expresión de una Zeuqram que detesta que la contradigan. La única princesa en la familia además de mi madre, y bien que lo sabe.

—Ah, ¿pero tú sí puedes andar tras una de quince? —le lanza, con veneno en la voz. Hades levanta la mirada, sus ojos como dagas que, de poder, le atravesarían el alma. April se echa ligeramente hacia atrás, pero no retrocede.

—No me mires así —insiste, ahora con una sonrisa sardónica que oculta cualquier rastro de miedo—. Ares le dijo a mi papi la otra noche que te tiene loco una chica... y que no es mayor que yo.

Él apenas contiene el impulso de gruñir, y los músculos de su cuello están tan tensos que parecen cables a punto de romperse. Ares suelta una carcajada burlona, que no puedo evitar compartir. Con resignación, mi primo se levanta, toma a April del brazo y la saca de la habitación, a pesar de sus protestas.

—¡Sheol, ábreme! —golpea la puerta desde el otro lado—. No seas mal hermano —sigue insistiendo con sus golpes.

Sheol ignora los llamados y, en cambio, se vuelve hacia Ares, señalándolo con el dedo.

—Debería matarte, bocón de mierda.

Ares se encoge de hombros, como si no le importara en absoluto.

—No dije nada que no fuera cierto.

Sheol solo frunce el ceño, y su semblante se endurece aún más.

—Deja de hablar estupideces y vayamos al grano —dice con tono seco.

—Valka sigue dando problemas —informo—. Han pasado once meses desde que la dejaste plantada, y en todo ese tiempo ha estado tratando de reorganizar el grupo rebelde. No se cansa de insistir.

Sheol se encamina al pequeño bar en la esquina de la habitación y se sirve una copa.

—Valka no me preocupa mucho. Es ingenua. Todos sus movimientos están motivados por su "venganza por la muerte de su padre" —dice Ares, haciendo comillas en el aire—. ¿Cómo no se da cuenta de que fue ella misma quien lo mató?

Ares lo observa con interés.

—¿Qué quieres decir con que Valka no te preocupa mucho?

Ares toma la tablet y proyecta información en la pantalla.

—Lo que realmente me preocupa son los movimientos del coreano —explica—. Se ha comprometido con una mercenaria poderosa en Japón y hemos interceptado varios contenedores de joyas provenientes de Colombia. Está consolidando alianzas.

Sheol deja la copa en la mesa con un golpe seco.

—¿Por qué no hemos atacado? Fui claro con la orden de mantener el control. Te envié a hablar con Sandoval en Colombia, ¿qué pasó con eso?

OSCURIDAD [ 2DO LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora