❤︎ Flufftober 2024 ˗ˏˋ MOB PSYCHO 100 ˎˊ˗ ❤︎

From the coveted touch of a girl in love

Notas: Esto es un AU dónde Mob no tiene poderes y sólo es un chico con mucha fobia social. He estado leyendo mucho en Reddit acerca de como ligar en los supermercados y vaya que es otra cosa. 

Le tengo algo de resentimiento a Emi por cómo trato al principio a mi bebé, pero la perdonó porque al final a ella si le gusta mucho Shigeo ㅤ/ᐠ - ˕ -マ

Día 8 del Flufftober: Compras domesticas
Ship: Emi&Shigeo

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

Shigeo suspiró profundamente.

– Mejor no – se dió la vuelta considerando seriamente volver a su casa. Sin embargo se detuvo.

¿A qué le tenía miedo? ¿A qué todo saliera bien y consiguiera una cita?

Desde que leyó aquellos post en Mobddit acerca de la nueva moda de ligue en supermercados no pudo evitar pensar que tal vez 25 años de soltería ya habían sido muchos. Sin embargo su ansiedad social le jugaba en contra siempre que intentaba invitar a alguien a salir.

Para empezar ¿funcionaría?

Apretó sus puños, tenía que intentarlo. De todas formas debía llevar parte de la despensa para comer esa semana.

Recordó el modus operandi:

Debía llevar un carrito, no importaba si sólo iba a pasearlo. Después era importante considerar la forma en la que lo haría.

Colocar una piña al revés para algo casual, o artículos variados para comenzar a conocer a alguien. Cualquiera era una invitación, pero no sabía cuál ocupar.

Escoger la primera... ¿lo haría ver desesperado? o de optar por la segunda ¿se notaría muy intenso? Ahora, si se iba por ese camino ¿qué debería poner? ¿Algo dulce o salado? ¿Cuál era su personalidad?

El artículo en internet decía que colocar legumbres significaba que iba en busca de algo formal, y pizza para todo lo contrario. Pero ¿cómo sabía que quería algo formal si ni siquiera conocía a la persona con la que chocaría su carrito?

¿Por qué tener una relación era tan complicado?

Se decidió por la piña. Pero no se atrevió a caminar al área de vinos, lugar dónde se concretaban los encuentros.

Pronto se vió absorto en sus pensamientos en la zona de congelados. Tal vez se quedó ahí porque así se sentía, frío, o quizás porque le apetecía comer pollo en la semana.

Volvió a respirar, sin darse cuenta a quién incomodaba o sin tener cuidado de si le estorbaba a alguien.

– Los precios subieron mucho desde la semana pasada ¿verdad? – Una chica castaña se colocó a su lado – ¿Cómo has estado Kageyama? Hace muchísimo que no sabía de tí–

Shigeo se sobresaltó, no la escuchó llegar. Y debido a la sorpresa no pudo articular palabra alguna.

– No me digas que no me recuerdas – hizo un puchero y chocó su carrito con el de él haciendo que la piña que estaba cuidadosamente acomodada se girará – ah llevas una piña... no me digas que...–

–¡¡No es nada de eso, Fukami-san!! Por favor no pienses que estoy así de desesperado – se defendió rápidamente de una acusación que ni siquiera se formuló.

– ¿Qué? ¿No te gusta la piña y su sabor ácido? – preguntó ella algo confundida.

– Ah... no... eso si – contestó completamente apenado – pensé que dirías algo sobre lo de conseguir citas y así –

Ella lo miró aún más confundida y sacó su celular para buscar rápidamente la información.

— Aaaaaaaaaaah, a esto te refieres – intentó aguantar la risa pero fue imposible y soltó una sonora carcajada – perdóname — dijo ante un Shigeo completamente avergonzado – Supongo que ahora ya no es seguro comprar piñas porque cualquiera podría hostigarte –

El pelinegro la miró de reojo y también sonrió, no había considerado las implicaciones que ahora tendría comprar frutas y legumbres entre  las 7 y 8 de la noche.

La castaña limpió las lágrimas consecuentes a la estruendosa risa.

– No sé si sea algo que le pueda funcionar a alguien, pero tal vez lo intente alguna vez – se inclinó para tomar un paquete – ¿Qué significaría llevar pollo congelado? – miró divertida al pelinegro, pero él sólo se giró apenado.

Ella se sintió un poco frustrada, y es que siempre le había gustado Mob. Su forma taciturna de ser, su sonrisa cándida y lo atento que era al escuchar y dar consejos. Para ella encontrarlo en el supermercado de esa forma tan furtiva era cómo si el cielo hubiese escuchado sus plegarías.

Pero ahí estaba él, nuevamente ajeno a los sentimientos de Emi.

– Bueno, fue lindo verte – se despidió ella sin darle oportunidad a Shigeo de decir algo.

Para él también había sido sorpresivo encontrarla después de tanto. Emi le gustaba y mucho, pero cuando se dió cuenta de ello fue demasiado tarde. La vida los envió por caminos diferentes y no pudo declararse nunca.

Y esa tarde , dejó ir la oportunidad de volver a acercarse a ella.

Recogió un paquete de pechuga congelada y retomó su triste paseo por la enorme tienda.

Pensó en la comida de la semana, era martes 8 de octubre. Las tarjetas de felicitación le llamaron la atención. Hace más de una semana fue el cumpleaños de Tome, su roomie y en dos días sería el de su mejor amigo. Tal vez ese era un estupendo pretexto para reunirse con ellos y dejar de pensar un poco en su soltería y en lo agobiante que se estaba volviendo. Llevaría un vino definitivamente. 

Primero pasó por algunas verduras y las dejó en su carrito. Miró la piña, la pobre no tenía la culpa de que le causara tanto pánico hablar con otros seres humanos. La llevaría, podría hacer jugo con ella o quizás comerla en una ensalada.

Se sentía un poco más animado.

Ya podría intentarlo otro día, además, tal vez la encontraría una vez más. 

Eso le dió un poco de esperanza.

Llegó a la cava de la tienda y analizó las opciones que estaban frente a él. Uno tinto, uno blanco o uno espumoso... no sabía que llevar, es más lo único que sabía de vinos es que embriagaban.

– Tal vez deba llamar a Ritsu – susurró.

Estaba en eso cuando alguien chocó con su carrito de compras.

Se le había olvidado por completo el protocolo y no quería pasar por malentendidos.

Pero al mirar quién impactó contra él, su rostro se volvió carmesí.

— ¿Entonces? ¿Buscas algo casual pero formal? — le sonrió Emi — creo que puedo con eso... ¿Qué dices Kageyama? ¿Lo intentamos? – su actitud siempre fue más temeraria que la del azabache y eso comúnmente lo dejaba en jaque.

— Sí quiero — contestó él sin pensar mucho — Siempre lo he querido – susurró al final.

La chica lo escuchó y terminó aún más apenada que él.

Ambos ahora estaban hechos un par de idiotas, sonrojados.

Dando el primer paso para la mejor parte de sus vidas. 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

Lento pero seguro :3