Alexandra. Mi querida Alexandra, espero que tu espíritu se halle en el más cruel de los avernos y que allí sufras por la eternidad tanto como me has dañado tú a mí en vida.
Eras hermosa y sabías cómo complacerme, pero lo nuestro jamás fue amor.
Tuvimos obsesión. Tuvimos deseo. Tuvimos pasión. Tuvimos un amalgamamiento de emociones que solo parecían ser amor. Vivíamos engañadas, fingiendo que nos necesitábamos la una a la otra. Jugábamos a querernos y a ser felices de a ratos.
Solo eso.
El verano se aproxima. Pronto arderás junto con nuestros recuerdos compartidos.
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Siempre soñé con matarte
HorrorEsta carta es una oda a lo que fuimos, a lo que somos, a lo que pudimos ser y a lo que jamás seremos. Es mi manera de deshacerme de las hilachas descosidas del infierno en el que vivimos por tantos años. Porque te amé. Porque te odié. Porque aún hag...