Lo que más odio de ti es esto en lo que me has convertido. Detesto saber que mereces mi desprecio y que, al mismo tiempo, soy incapaz de arrancarte entera de adentro mío.
Eres parte de mí, de mi pasado y de mi presente. Siempre quedará una semilla de tu presencia aquí, en mi corazón, incluso en el futuro. Te extrañaré algunas noches, embargada por la soledad y el silencio. Querré atarme a los mejores recuerdos, aunque sean pocos. También me enfadaré conmigo misma por pensarte, por ser incapaz de odiarte tanto como mereces.
Maldita seas, Alexandra. Es imposible deshacer lo que has hecho conmigo o volver el tiempo atrás.
Nada queda de la muchacha de campo que alguna vez fui. En este mundo no hay para mí un hogar al que regresar ni una persona a la que considerar parte de mi familia.
Sin ti, me volveré una falsa página en blanco, con borrones de un texto previo que alguien quiso esconder. Seré una hoja de segunda mano, usada y gastada, teñida de sepia por el paso de las décadas, pero dispuesta a que alguien vuelva a escribir sobre ella una nueva historia.
Te prometo, al menos, que haré todo lo que pueda por mantener encendida la furia que sentí cuando intenté asesinarte. Cada mañana me despertaré y repetiré como un mantra cuánto te detesto, hasta que el mensaje quede grabado en mi alma.
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Siempre soñé con matarte
HorrorEsta carta es una oda a lo que fuimos, a lo que somos, a lo que pudimos ser y a lo que jamás seremos. Es mi manera de deshacerme de las hilachas descosidas del infierno en el que vivimos por tantos años. Porque te amé. Porque te odié. Porque aún hag...