MOEBIUS PAST

Capítulo 7

-¿Profesor Evans?- La voz de una mujer interrumpió la lectura de Salazar y, cuando levantó la vista, fue para ver a Granger en la puerta de su aula. La saludó suavemente, pero esperó a que ella anunciara lo que necesitaba. -El director ha vuelto y ha convocado una reunión de personal-, le dijo ella, lo que respondió a su pregunta no formulada. Salazar podía ver que ella estaba preocupada, él mismo había sentido la corriente de preocupación a lo largo del día. El Director había desaparecido del castillo con la mayor parte de su Orden a primera hora. No había sabido nada desde entonces, aunque Salazar había intentado ocupar su día. Había dedicado la mayor parte a los preparativos de sus clases, aunque había preparado pociones para la enfermería a petición de los alumnos. En cuanto a Granger, no la había visto en absoluto, pero Salazar sabía que su amigo Weasley había ido con Dumbledore. Se preguntaba si el hombre habría regresado sano y salvo, aunque suponía que debía de haberlo hecho o, de lo contrario, Granger probablemente habría estado a su lado o no tan serena. Pero dejando eso de lado, tal vez por fin se enteraría de lo que había sucedido.

Cuando se puso en pie, Salazar asintió con la cabeza. -Dadme un momento- dijo mientras desterraba los libros a su despacho y miraba a los dos alumnos, que lo miraban esperanzados. Seguramente esperaban que los libraran de su castigo. Él no los dejaría ir tan fácilmente. -Señor Holmes y señor Brooke-, les dijo con la cabeza. -Terminen su trabajo. Esto es un castigo, después de todo-. Intentó no sonreír al ver sus expresiones desanimadas. -Asignaré a un elfo doméstico para que los vigile. Cuando terminen con los calderos, el elfo los acompañará a su dormitorio-, les dijo con severidad mientras se dirigía a la puerta. Inmediatamente llamó a un elfo y le ordenó que vigilara a los dos estudiantes. Seguramente acabarían antes de que pasara mucho tiempo.

Con eso ya fuera de su mente, Salazar cerró la puerta tras de sí y le dedicó a Granger una sonrisa cortés. -¿Vamos, entonces?- Le hizo un gesto para que lo acompañara y se puso a su lado. -¿Sabes algo?- preguntó Salazar al cabo de un rato, mientras ambos caminaban por los pasillos hacia la sala de profesores. Vio que Granger fruncía el ceño, preocupada. Ella lo miró sorprendida ante su pregunta, sacándola de sus pensamientos, pero negó rápidamente con la cabeza. -Ya veo- dijo Salazar lentamente, antes de detenerse junto a la puerta del despacho. -Bueno, entonces lo averiguaremos juntos-. Le dedicó una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora, aunque no sabía hasta qué punto le había salido bien.

Salazar cogió entonces el picaporte y los dejó pasar, y abrió la puerta de la sala de profesores a tiempo de oír a Snape exclamar -¡Por Salazar, mujer, cálmate! Tu lloriqueo no ayuda en nada-. Salazar no pudo evitarlo, no pudo contener su sonoro bufido. Snape se abalanzó sobre él inmediatamente -¿Crees que esto es gracioso?- Exigió y Salazar levantó una mano apaciguadora en respuesta. Pudo ver que las tensiones estaban un poco altas. No era su intención causar más conflictos.

-Perdóname, pero es el uso del nombre de Slytherin lo que me hace gracia. ¿Los Gryffindors usan el nombre de su fundador de forma tan irreverente?-. Le preguntó esto a Granger mientras se volvía hacia ella. El resto de la sala parecía observarlos, pero no parecía dispuesto a intervenir en la conversación.

Ante la pregunta, Granger respondió a Salazar con un confuso encogimiento de hombros y un simple -Algunos lo hacen-. Cerró la puerta tras ellos mientras hablaba. -Algunos usan el nombre de Merlín, como la mayoría de la comunidad-.

Fue entonces cuando Weasley se asomó desde donde estaba sentado en una silla con aire petulante -Mi favorito es '¡por el sudoroso huevo izquierdo de Godric!-. Salazar se sintió confundido por la fraseología sólo un instante antes de sentir que palidecía y se ponía un poco verde. Aquella no era la imagen que quería tener en la cabeza. Debido a la inevitable convivencia con el hombre durante tanto tiempo en el camino antes de que se establecieran en Hogwarts, había tenido la desafortunada suerte de haber visto los genitales de Godric en todo su nauseabundo esplendor. No era algo que quisiera volver a ver.