Cuando se despertó a la mañana siguiente, Salazar volvió a sentir un fuerte dolor de cabeza en el cráneo. Se incorporó con un gemido y se frotó suavemente los ojos. Después de apoyar los pies en el borde de la cama, Salazar se quedó sentado unos instantes para recuperar la compostura. Luego dio un suspiro y se puso en pie antes de dirigirse al cuarto de baño contiguo. Supuso que tardaría algún tiempo en acostumbrarse a las cañerías, pero tenían su utilidad. En cualquier caso, era más higiénico que los orinales y los agujeros de retrete a los que estaba acostumbrado. Además, la ducha ya había demostrado ser mucho mejor que un amuleto de limpieza.
La ducha, por suerte, lo dejó sintiéndose fresco y ligeramente mejor, lo cual era otro punto positivo. Aun así, iba a necesitar otro calmante para el dolor de cabeza si quería seguir funcionando. Los dolores de cabeza recurrentes se debían probablemente a lo agotadas que estaban sus reservas mágicas en ese momento. Aun así, tendría que tener cuidado con la cantidad de pociones que tomaba para los dolores de cabeza, ya que demasiadas en poco tiempo harían que su magia creara una inmunidad contra ellas. Y con sus dolores de cabeza, podía soportar un poco de dolor por agotamiento mágico si eso significaba que las pociones seguirían siendo efectivas. Sólo una dosis más para aliviarse, y luego no podría tomar más que eso durante al menos otro día. Dicho esto, necesitaba dejar que su núcleo mágico se recuperara. Incluso el uso de la magia más básica estaba prohibido hasta que su núcleo se repusiera lo suficiente. Aunque como estaba en Hogwarts, un lugar mágicamente saturado, eso ayudaría.
Cogió uno de los viales de poción y se lo bebió con una mueca. El efecto fue inmediato, así que guardó el frasco vacío y se dirigió hacia donde había dejado los diarios del maestro de pociones. Salazar se acomodó frente al escritorio y abrió uno de los libros. Mientras leía, pasaba los dedos por la enjuta escritura. Al cabo de un rato, sin embargo, tuvo que llamar a un elfo doméstico para pedirle algunos instrumentos de escritura con los que tomar sus propias notas. Estaba acostumbrado a madrugar, ya que a menudo los utilizaba para investigar o corregir los trabajos de los alumnos, así que era un comienzo de día bastante normal.
Para cuando decidió que estaba cerca de un buen punto de parada, ya que su estómago se había hecho notar, había decidido una serie de cosas basándose únicamente en el trabajo que tenía ante sí. En primer lugar, el trabajo de aquel hombre le había hecho merecedor del título de Maestro. Algunos de los atajos -(en rojo en la receta original)- que había ideado eran revolucionarios. Sin embargo, un tal profesor Severus Snape no era un buen maestro. Salazar sabía muy bien que un profesor necesitaba mano dura cuando se trataba de enseñar magia a niños pequeños. Las pociones, en especial, eran una materia que se aprendía mejor bajo supervisión debido a su potencial volátil. Incluso el más inocente de los brebajes podía tener resultados desastrosos si no se manejaba adecuadamente.
Sin embargo, era bastante obvio que a Snape no le gustaban los niños. Las notas al margen de los diarios contenían comentarios mordaces sobre la competencia percibida de varios estudiantes. Él hizo caso omiso de ellos, pues no quería tomárselos a la ligera ni entrar en clase con opiniones preconcebidas.
Salazar también había notado la aparente falta de instrucción más allá de las pociones y sus usos, ya que éstas se esbozaban, pero los detalles de los ingredientes se pasaban por alto. No había encontrado nada sobre técnicas prácticas, aparte de algunos trabajos planificados sobre su importancia, pero eso no garantizaba que los alumnos aprendieran la materia. Por lo que veía, tendría que dedicar una lección entera sólo a la importancia de la preparación de los ingredientes. Incluso los más mayores iban a tener que volver a algunos aspectos básicos, ya que no estaban al nivel que él prefería. Había muy pocos alumnos en sus clases de los cursos superiores, pero haría lo que pudiera para fomentar el interés por el arte.

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MOEBIUS PAST
FanfictionEn matemáticas, una banda de Möbius es una superficie que se puede formar uniendo los extremos de una tira de papel mediante un medio giro. La banda de Möbius es una superficie no orientable, lo que significa que en su interior no se pueden distingu...