《Capítulo 9》

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Narrador omnisciente.

—Maldición —murmuró Paula algo irritada, sacudiendo la cabeza hasta girarse a verlo—. Ya para con eso.

—No puedo, ¿okey? No puedo, no-no-no-no puedo... —balbuceó Oliver mirándola con el ceño levemente fruncido, sentado en una silla con sus codos sobre sus rodillas, golpeando con un pie frenéticamente en el suelo.

—Oliver, ya cálmate —dijo Violeta firme y seria.

—¡Que no puedo, joder! —exclamó poniéndose de pie y dando un paso hacia la mesa, golpeando con sus manos la superficie de madera.

Como si eso fuera su señal, Lucas entró a la sala donde estaban todos, por lo que se le acercaron preocupados.

—¿Cómo está? —preguntó Gillian preocupada.

—Está bien, está despierta pero... —Miró a Oliver apenado, que entendió esa mirada enseguida.

—No recuerda nada... —murmuró el peliblanco completando la oración del adulto, mirándolo con pena y tristeza; todos suspiraron entre aliviados y apenados, bajando la mirada. Oliver suspiró girándose mientras negaba con la cabeza, apoyándose con sus manos en la mesa—. Otra vez...

—Pero... ¿Por qué pasa esto? —murmuró Gillian apenada, con sus manos en su pecho.

—A veces —habló Lucas—, la mente bloquea los recuerdos o situaciones que la persona no está preparada para afrontar. Supongo que eso pasa con ella.

—Aún no recuerda nada de la primera vez que mató a un demonio... —murmuró Jacob pensativo.

—Es cierto... —murmuró Sonya apenada—. Y ya han pasado cuatro años de eso...

—Está claro que aún no está lista para ser consciente de lo que ha hecho y pasado... —dijo Zack cruzado de brazos, con expresión seria y pensativa—. Al menos, para su mente no está preparada para afrontar lo que conlleva lo que pasó esa vez.

—No se rendirá... —murmuró Jacob pensativo, con un brazo abrazándose a sí mismo y el codo apoyado en el mismo.

—¿Jacob? —Lucas lo miró con interrogantes en su expresión.

El castaño lo miró y miró a todos.

—Es curiosa y está decidida a ayudar... Lo que incluye usar armas de fuego y ser parte de las reuniones de la resistencia —aclaró, recibiendo una mirada de disgusto y el ceño fruncido por parte de Oliver—. Insistirá en todo esto, como lo ha hecho desde sus seis años. —Miró al peliblanco—. No podemos restringirla de esto, no podemos solo...dejarla fuera. No se rendirá.

—Jacob... —nombró tenso Oliver.

—Sabes mejor que nadie que ella insiste todo el tiempo y debido a que tú se lo niegas, ella corre al bosque —dijo girándose hacia él con firmeza y clara molestia.

—Para —ordenó el peliblanco, cada vez más tenso y molesto, con el ceño fruncido y sus puños apretados a sus lados.

Sus amigos los miraban preocupados y nerviosos, podían sentir la tensión entre ellos como si los estuvieran ahorcando. Lucas miraba la interacción con seriedad y preocupación, sabía de la hostilidad que existía entre esos dos niños desde hacía tiempo: Oliver era el líder designado del grupo y todos lo respetaban y obedecían sin dudar, siendo conscientes del tiempo que él llevaba en ese mundo y lo que sabía gracias a Lucas, pero Jacob era demasiado independiente y rebelde, queriendo hacer todo por su cuenta y nada más colaborando cuando él podía beneficiarse o veía que el resto realmente lo necesitaba; y eso se había incrementado cuando la pequeña pelirroja llegó a Goldy Pond, teniendo en cuenta la protección que Oliver imponía en su persona y el pensamiento de Jacob, contrario a su compañero, de que ella debía decidir por sí misma y ser libre de las decisiones u órdenes del líder.

Cuentos de noche-TPN •Oliver y tú• [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora