Tras un rápido masaje y después de que Erin consiguiera por fin terminar su papeleo del día, las dos se dirigieron por fin al coche de Alexia.
Erin gime aliviada cuando se acomoda de nuevo en el asiento del copiloto mientras Alexia se desliza tras el volante.
"Gracias a Dios que por fin ha terminado este día...", respira Erin agotada, cerrando los ojos mientras se pone cómoda, mientras la capitana arranca el motor.
"Todavía no me puedo creer que sólo haya quedado 2ª en la prueba de fuerza", era lo único que Alexia podía pensar desde el momento en que vio las estadísticas en el monitor del terapeuta.
Sus ojos se centraron en la carretera mientras sacaba el coche del aparcamiento y lo dirigía hacia el cruce. Pero su mente estaba ocupada repitiendo mentalmente las pruebas de fuerza.
¿Por qué no había sido la mejor?
"Me arrepiento un poco de haberte dejado ver esas estadísticas. Ahora no dejarás de pensar en ello el resto del día", suspira Erin mientras abre ligeramente los ojos y gira la cabeza hacia Alexia, cuyos ojos color avellana estaban fijos en la carretera.
"No entiendo por qué. Durante los últimos meses he estado trabajando muy duro, así que pensé que sería la más fuerte", Alexia se encoge de hombros asombrada.
"Pero Alexia, ganaste todas las pruebas de fuerza. Excepto esta. Y eso está bien", discrepa Erin, impresionada por la obsesión de Alexia con el perfeccionismo, pero sin ver realmente el problema.
Alexia contiene la respiración un momento y se detiene en el siguiente semáforo en rojo.
"Si gano todos los partidos, pero pierdo la final, ¿he ganado entonces?", pregunta Alexia en voz baja, deseosa de aclarar el porqué de su reacción.
Erin sacude la cabeza y asiente.
"No", responde ella.
"Bueno, al menos esa última hora fue un poco más relajante y de alguna manera también... entretenida", Alexia finalmente se ríe mientras pone el coche en marcha de nuevo y coloca suavemente su mano sobre el muslo de Erin.
¿"Entretenida"? Lo único que puedo decir es que me has hecho tardar mucho más porque no dejabas de preguntarme por todas esas estadísticas", responde Erin con severidad, rodeando con sus fríos dedos la cálida mano de Alexia mientras ésta vuelve a cerrar los ojos, disfrutando del suave contacto.
No había forma de que le soltara la mano hasta que llegaran a su destino.
"¿Estás diciendo que te he impedido trabajar? Teniendo en cuenta que fui yo quien te ayudó a relajarte...", murmura irónicamente la capitana, pero ella supone que Erin estaba bromeando.
"Yo... bueno, no importa. Lo único que espero con impaciencia es la noche que no tendrá nada que ver con el trabajo", responde Erin con un suspiro de alivio.
"Hablando de eso, ¿qué tal si recogemos a Nala del apartamento de mi madre y vamos a dar un paseo por la playa? Seguro que te ayudaría a despejarte. Yo también debería aprovechar el tiempo libre mientras siga lesionada", sugiere Alexia nerviosa, no segura de que a Erin le parezca bien la idea de que las dos... estén juntas al aire libre.
La terapeuta abre mucho los ojos y gira la cabeza hacia la morena, con una sonrisa en los labios.
"¿Hablas en serio? Nunca hemos salido juntas", asegura Erin, sonando bastante sorprendida, pero claro que quería hacerlo.
De hecho, ella y Alexia han pasado bastante tiempo dentro.
"Sí, quiero decir. A Nala le encanta la playa, y supongo que no has llegado a ver mucho aparte del trabajo y tu casa. Las playas de aquí son...", explica Alexia tímidamente y sigue intentando convencer a la rubia.