5: Carta

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Sentada rumbo a Vienna, Victoria permanecía cómoda en su asiento del Jet, jugando con una nota entre sus dedos. El día donde el secretario Ross les planteó la idea de los acuerdos, Ivanov recibió una misteriosa carta que la había movilizado de forma estrepitosa, y, ahora, no podía despejarse de aquello.

La castaña estaba acostada en la cama de Wanda, quien estaba sentada en el suelo mirando una película de terror junto a Sam, que estaba al lado de Victoria, solo que bajo la gruesa sábana de felpa de la pelirroja, asomando su cabeza.

—Vamos, todos sabemos que la mejor de "El Conjuro" es la dos, Wilson. ¡Además, deberían estar pensando en los acuerdos de Sokovia! —reprochó la hija de Stark, apuntando la pantalla con desgano—.

—Tu y Tony me tienen hasta aquí —señaló su frente—, con lo de los acuerdos. Solo quiero terminar la película, ¿Okey? Déjame concentrarme en los Warren por esta hora y media que le falta.

Wanda no respondió, pues estaba inmersa en la película.

Luego de unos minutos, Visión atravesó la pared de mármol que poseía la habitación de Wanda, quien junto a Sam casi suelta un grito de terror por el susto. La pelirroja estaba por molestarse con Visión cuando este habló.

—Señorita Stark, le llegó una carta. —indicó el androide, extendiéndole un sobre—.

—Gracias, Vis. ¿Necesitas algo más? —preguntó amable la femenina—.

—Eso es todo. —mencionó y se retiró, traspasando la pared—.

Su mirada viajó al arrugado sobre, y sintió como el aire de sus pulmones era arrebatado cuando vio grabado el símbolo de la calavera roja con seis tentáculos, circulada. Sus ojos se ampliaron, su ceño se frunció y un nudo se apoderó de su garganta. Tragó en seco, mirando el fino papel.

Esto no podía estar pasando.

No, no, no.

Se había alejado, había dejado todo eso atrás y ahora venía a ella.

No podía escapar, siempre estaría conectada a ellos.

A HYDRA, a la Red Room.

Siempre sería una Widow, una de ellos, un arma. Se intentó recordar que no lo era pero su pasado pisoteaba sus talones cada vez que intentaba alejarse de la atrocidad que vivió, cada vez que se ocultó en los brazos de su papá para que la resguarde, cada vez que lloró hasta dormir mientras Nat trataba de consolarla. Cada vez que Sam se quedaba con ella hasta que estuviese completamente relajada, mientras Wanda le preparaba su postre favorito.

IRON WIDOW | MCUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora