|•capitulo 46•|
Narra Michael
Después de 2 diasLa incertidumbre y la rabia me consumían mientras Milyen y yo caminábamos hacia la oficina de Rose. A pesar de que Lisa no había dicho mucho sobre el ataque, había algo que no me cuadraba. Desde el inicio, mi mente no dejaba de dar vueltas alrededor de una sola posibilidad, una idea que no quería aceptar pero que, de alguna manera, tenía sentido: Rose.
Desde que Lisa despertó en el hospital, todo en mi interior gritaba que alguien cercano había orquestado esto. Y aunque Lisa intentó restarle importancia y no decirnos nada concreto, sus ojos decían otra cosa: había miedo y una especie de resignación en ellos que no podía entender. Pero si yo estaba en lo cierto, solo había una persona que podría haberla llevado a ese extremo.
Finalmente, llegamos al despacho de Rose. Milyen me miró, con la misma expresión de duda y tensión que llevaba yo. Tocamos a la puerta, y un segundo después, la voz alegre de Rose nos invitó a entrar.
-¡Michael! ¡Milyen! -exclamó con una sonrisa que casi parecía sincera-. ¿A qué debo el placer de esta visita sorpresa?
La observé detenidamente, buscando cualquier señal en su rostro, algo que delatara una intención oculta, pero Rose siempre había sido buena en cubrir sus emociones. Nos invitó a sentarnos, pero ambos nos quedamos de pie.
-Queremos hablar contigo, Rose -dijo Milyen con firmeza, cruzando los brazos-. Es sobre Lisa.
La sonrisa de Rose se desvaneció por un segundo, pero enseguida compuso una expresión de sorpresa.
-¿Lisa? ¿Qué pasó con ella? -preguntó, su tono mostrando una mezcla de confusión y curiosidad.
Sentí cómo la frustración crecía en mí al ver lo convincente que parecía. Era como si realmente no supiera nada.
-Lisa fue atacada hace unos días -dije, manteniendo mi mirada fija en ella, esperando ver alguna reacción en su rostro que la delatara-. Alguien la golpeó y la dejó en el hospital.
Rose abrió los ojos, llevándose una mano a la boca como si estuviera genuinamente horrorizada. -¡Dios mío! ¿Está bien? ¿Por qué no me lo habían contado antes?
Quería gritarle, quería arrancar esa máscara de inocencia que parecía tan perfectamente colocada sobre su rostro. Pero en lugar de eso, tomé un respiro, intentando controlar la rabia.
-Lisa no nos dio muchos detalles... pero tenemos nuestras sospechas. -Mi voz se volvió más fría-. Sospechamos que alguien cercano a nosotros podría haber estado involucrado.
Rose parpadeó, su rostro manteniéndose impasible, aunque podía ver que su mandíbula se tensaba ligeramente. -¿Y creen que fui yo? -preguntó con una risa incrédula, como si la sola idea le pareciera absurda-. ¡Eso es ridículo! ¿Cómo pueden siquiera pensar eso de mí?
Milyen dio un paso adelante, su tono más suave, pero firme. -Rose, hemos notado cómo han sido las cosas entre ustedes últimamente. No podemos evitar pensar que... bueno, tú misma nos has dicho que Lisa ha sido una constante en nuestra relación. Sabemos que has tenido tus diferencias con ella.
Rose suspiró, mirándonos con una expresión de cansancio y decepción. -Sí, claro, he tenido mis diferencias con Lisa, pero eso no significa que le haría daño. ¿Realmente creen que sería capaz de algo así? La relación entre nosotros siempre ha sido complicada, pero nunca haría algo tan vil. No soy una persona así.
Nos miró fijamente, esperando que creyéramos en sus palabras. Por un momento, casi dudé, casi me convenció su tono suave y sus palabras bien escogidas. Pero había algo en mi interior que no me dejaba bajar la guardia.
-Queríamos preguntártelo directamente -dije al final, manteniendo la mirada fija en la suya-. Para que no haya malentendidos.
Rose asintió, con los ojos brillantes y la voz temblorosa. -Michael, Milyen, ustedes son mi mundo. No haría nada para lastimarlos, y menos para lastimar a alguien que ustedes aman.
El silencio llenó la sala por un momento. Milyen y yo intercambiamos una mirada, sin estar seguros de qué pensar. ¿Estaba siendo sincera? ¿O simplemente era tan buena en sus mentiras que nos estaba haciendo dudar de nuestras sospechas?
Finalmente, Milyen suspiró y asintió. -Está bien, Rose. Queríamos aclararlo, eso es todo.
Rose se limitó a asentir, sus ojos llenos de una aparente tristeza, como si le doliera que hubiéramos sospechado de ella. Pero mientras salíamos de la oficina, algo en mi interior seguía gritándome que no me dejara llevar por esa apariencia de inocencia. Había algo que no cuadraba, y hasta que no descubriera la verdad, no podría estar tranquilo.
Justo cuando estábamos a punto de salir, sentí la mano de Rose aferrarse a mi brazo, mientras su otra mano hacía lo mismo con Milyen. Sin darnos tiempo a reaccionar, cerró la puerta de su oficina y la bloqueó, mirándonos con una sonrisa suave, casi melancólica.
-¿De verdad creen que yo sería capaz de algo tan horrible? -preguntó, su tono más dulce y cálido que nunca-. Después de todo lo que hemos compartido... ¿piensan que dañaría a alguien importante para ustedes?
Sus ojos iban de mí a Milyen, con una intensidad que era difícil de ignorar. Parecía herida, dolida, y sus palabras estaban envueltas en un aire de cercanía que hacía difícil mantenernos firmes en nuestras sospechas.
-Rose... -intenté hablar, pero ella me interrumpió suavemente, llevando su dedo índice a mis labios para callarme.
-Por favor, solo escuchen. -Sus ojos parecían brillar con sinceridad-. Ustedes son mi vida, no haría nada para alejarlos de mí, mucho menos para causarles dolor.
Sentí su mano apretando la mía con suavidad, y vi que hacía lo mismo con Milyen, acercándose un poco más. Su voz era baja, casi en un susurro.
-No quiero que piensen mal de mí... ustedes son todo lo que tengo.
Mientras hablaba, su presencia y cercanía parecían envolvernos en un aire cálido y familiar. Sin embargo, a pesar de su aparente sinceridad, no podía sacudirme la duda completamente. La sensación de manipulación era sutil, pero estaba ahí.
Finalmente, Rose bajó las manos y se alejó un poco, dándonos espacio.
-Espero que puedan ver que los amo, a los dos, y que nunca sería capaz de lastimar a alguien que significa tanto para ustedes -dijo con voz temblorosa.
Nos quedamos en silencio por un momento, intercambiando miradas. Por más que intentábamos mantener las sospechas vivas, la barrera que Rose había puesto era fuerte, casi infranqueable.
Cuando finalmente salimos de su oficina, sentía que habíamos dejado más dudas que respuestas en el aire. No sabía si habíamos estado a punto de caer en su juego, pero algo en su comportamiento seguía pareciéndome una cortina de humo. Sin embargo, su habilidad para acercarse a nosotros, para envolvernos en su narrativa, era algo difícil de ignorar.
Al salir del edificio, Milyen y yo apenas intercambiamos palabras, sumidos cada uno en sus pensamientos. ¿Habíamos sido demasiado duros con ella... o tal vez no lo suficiente?
++++++++++
Piquenle a la estrellita y comenten algo plisss
![](https://img.wattpad.com/cover/372212939-288-k902686.jpg)
ESTÁS LEYENDO
compañeros de cuarto
De Todoeres una chica de 21 años que decide independizarse asi que compra un departamento que tendra que compartir con dos personas que al principio los odiaras pero luego? ..