unique.

72 9 8
                                    

El sol iluminaba los ojos cafés que empezaban a lagrimear por la risa dándole la mejor vista que pudo presenciar, ahí estaban, en su nido de amor, en la acogedora casa que habían describido cuando planeaban su futuro.

Su alma sentía una paz indescriptible cuando estaba con el ser que más amaba en este plano y todos los que hayan. Es como si el de cabello naranja tuviera algún poder para tranquilizarlo, hacerlo olvidar de las cosas que lo preocupan... Simplemente sacándole conversación o con besos, demostrándole que no estaba solo, recostando su cabeza en su pecho mientras el universo se detiene para admirar las historias que conectó.

Aunque a Heeseung le costara abrirse y demostrar afecto lo hacía sentir amado, o eso creyó. Sin embargo, solía hacerlo olvidar de eso cuando pasaba tiempo con el viendo una película tomados de la mano o simplemente acompañándolo en sus estudios en algunas ocasiones besaba sus mejillas en otras, lo acompañaba con su silencio sentado junto a el; con eso era suficiente.

Cuando se conocieron, el tiempo pareció detenerse en el momento en el que sus miradas se conectaron dando paso a una sonrisa tímida y un rojo tomate tiñiendo las mejillas de los dos. Muchos trataron de separarlos por la notoria diferencia de edad que había entre ellos aunque no lo pareciera, empero, nunca les importó la opinión de los ajenos a su relación; los que no soportaban verlos juntos, los infelices que juraban que Jake le era infiel por el pasado oculto bajo su sombra pasando por alto, el juramento que Jake le hizo bajo las luces navideñas aquella fría noche que le otorgaba el escenario a un nuevo año. Pues, sin Heeseung la vida de Jake sería un completo desastre porque sin el, Jake no era nada.

Heeseung era su salvación, llegando en el momento justo cuando estaba dándose por vencido. El pelinaranja tomó sus problemas y los hizo suyos, con tal de ver al de ojos cansados feliz y sin esa palabra que había estado en su cabeza durante toda su infancia. Se había vuelto una parte fundamental en su vida en tan poco tiempo, su refugio, la columna que prevenía que su templo se derrumbara dejándolo hecho escombros.

Es por eso que no podía evitar unirse cuando escuchaba la contagiosa risa de Heeseung.

Las gotas de agua que se formaron en los pliegues de sus ojos, producto de la risa, no tardaron en llegar pero tampoco tardaron en convertirse en otra cosa. Aún así, Jake siguió hablando sobre cosas totalmente sin valor alguno hasta que se cansó de hablar tanto y decidieron ocuparse en otras cosas.

Sin despedirse con un beso o un buenas noches.

Porque a estas altas horas de la noche es cuando Heeseung se iba durante días aunque volviendo con más amor para darle y recompensar el tiempo perdido. Sus toques eran fugaces, sus besos en su piel se esfumaban como si los estuvieran borrando y su tiempo juntos, era cada vez más limitado.

Heeseung se volvía cada vez más cerrado, iniciando rara vez la conversación o acompañando a Jake como antes. Entendía que era alguien mucho más ocupado que el y con asuntos más importantes pero, el era su novio ¿Qué otra cosa podría ser más importante?

Sus "te amo" empezaban a escasear y si los decía eran soltados de mala gana, insípidos, monotonos, fríos. No quiso sacar el tema porque el pelinaranja estaba muy ocupado, sabía que sería un problema más si decía algo; Heeseung lo amaba, por eso lo guardó para si mismo durante tanto tiempo. Empezaba a sospechar que pasaba tiempo con otras personas al percibir un leve olor diferente en su ropa, al percibir un leve cambio en su actitud pero aún así no dijo nada.

Empezaban a decirle la verdad por su bien para quitarle la imagen idealizada que tenía, para que abriera los ojos antes de que fuera tarde empero, Jake terco como una mula, negó todo y enojado se alejó de todos porque no quería.

teeth ; heejake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora