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Advertencia: Esta historia contiene contenido sexual explícito, lenguaje y situaciones, incluyendo voyeurismo y manipulación emocional. Todos los personajes tienen 18 años o más. Si alguno de estos temas no es de su agrado, proceda con precaución. • megumi tóxico, yuji suave.
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Paseas por el pasillo con poca luz, el eco de los pasos de las aulas distantes es tu única compañía. Un sonido amortiguado llega a tus oídos, débil pero insistente. Es un gemido, definitivamente humano, y definitivamente no de un lugar donde debería estar. Tu curiosidad despertó, te detienes, esforcándote por identificar la fuente.
Una voz suave, la de una chica, flota hacia abajo, "Meg... ¡Megumi!" Es un nombre que conoces demasiado bien: tu corazón se salta un latido mientras las palabras resuenan a través del silencio. Has escuchado ese nombre susurrado en los pasillos, visto la forma en que las chicas de la escuela se ríen cuando pasa, y has sentido el hombro frío de aquellos que saben que ustedes dos están juntos. Pero, ¿por qué lo estaría llamando aquí, en la azotea abandonada de la escuela?
Estás de puntillas más cerca, cada paso se siente como si estuviera resonando a través de tu alma. Tu mano agarra la barandilla, tus nudillos se vuelven blancos mientras te inclinas para mirar a través del estrecho espacio entre las escaleras y el techo. Tu aliento se te da en la garganta cuando los ves, Megumi Fushiguro, tu supuesto novio, con sus pantalones alrededor de los tobillos, y una chica que no reconoces extendida en el concreto polvoriento, con las piernas envueltas alrededor de su cintura. La vista es como un puñetazo en el estómago, y sientes que estás viendo una escena de película que se ha detenido en medio de la acción.
Las lágrimas comienzan a salir bien en tus ojos, la primera se desliza por tu mejilla, dejando un rastro cálido que se siente como una marca. El sonido de tu propia respiración llena tus oídos, pesados y dolorosos, a medida que la realidad de la situación se hunde. No puedes creerlo, ni Megumi, ni con otra persona. La traición es una cosa gruesa y palpable en el aire, que te asfixia.
Mientras te direces a casa, el mundo se siente como si estuviera dando vueltas fuera de control. Tus pies se sienten pesados, cada paso es una lucha mientras reproduces la escena en tu mente una y otra vez. La lluvia comienza a caer, las gotas frías se mezclan con tus lágrimas, creando un desastre triste y borroso en tus mejillas. No te molestas en limpiarlos; no te importa cómo te ves.
