Capítulo 12: Sirvientes

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Capítulo 12: Sirvientes

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Capítulo 12: Sirvientes

La llegada de Tao Yuan al palacio Daming se retrasó un poco, ya que debió seguir los pedidos de su maestra. Su hermana Xiao Xin lo había seguido al igual que Jin Mo.

El emperador Liao Wěi qí, que había dado la orden a la guardia real de detener al hombre llamado Tao Yuan cuando entrara en la ciudad imperial, fue hasta el calabozo para verlo y al estar frente a él fue una sorpresa que no estuviera solo.

Liao Wěi qí, echó una mirada a su subordinado Hao Deshi y expresó en voz baja.

- Detén todo lo que puedas a la señora Li Nuo.

El subordinado lo miró confuso por un momento, no creyó que realmente la mujer pudiera enterarse de que su gente había sido retenida, aun así respondió.

- Si, su majestad.

Tao Yuan, se acercó a los barrotes de la celda y alzó su voz sin temer algún castigo.

- Deseo ver a mi señorita.

El emperador que se giró hacia el hombre se irritó con solo escucharlo y respondió intentando mantener la compostura.

- Recuerdo haberte dicho que no serían necesarios tus servicios, hay suficientes sirvientes que velen por la comodidad de mi mujer.

El joven Tao Yuan, sin retroceder dijo con voz firme.

- Solo cumplo con las órdenes que se me han dado.

Liao Wěi qí, apretó uno de sus puños y entonces expresó con voz fría.

- Bien, puedes cumplirlas en este agujero.

Xiao Xin, dio un paso hacia adelante y dijo intentando calmar el ambiente.

- Solo deseamos estar junto a nuestra maestra, le debemos demasiado, debemos pagar todo lo que nos ha ayudado, por favor, ayúdenos a cumplir nuestras promesas.

La joven se arrodilló y Jin Mo, que permaneció en silencio, se agachó y bajó su cabeza en una reverencia, pronto Tao Yuan hizo lo mismo.

El emperador que los miró con frialdad les respondió con voz grave.

- Bien, si así lo desean permanezcan arrodillados hasta cumplir sus promesas.

Al terminar de decir esas palabras se alejó y dejó a los tres sirvientes postrados, al cabo de una hora, Tang Li Nuo, entró en la prisión para la sorpresa de Hao Deshi, este intentó detenerla sin resultado, el emperador que se mantuvo en el lugar cuando vio a su mujer caminar hacia las celdas revisándolas una por una, este la siguió unos pasos atrás y la detuvo de la muñeca sorprendiéndola.

- ¿Wěi-Er?

El emperador entonces le advirtió en un tono algo amenazante.

- ¡No deberías estar aquí!

La emperatriz villana vive dos vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora