Escarlata | KTH + JJK (RESUBIENDO)

ONCE

Capítulo dedicado por sus comentarios <3

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vetagold3002
MarianelaJimenezarge

Tenía clase de Química con el profesor Seokjin. No era cualquier profesor, era uno de los padres adoptivos de Taehyung. Aunque sabía que debía comportarme de forma natural, había algo en la situación que me hacía sentir fuera de lugar, como si estuviera bajo una lupa. No era tanto el hecho de que él fuera un vampiro, sino que estaba relacionado con Taehyung y yo me estaba acercando más de lo que jamás habría imaginado a su hijo.

Con los cuadernos en brazos, caminé hacia la puerta del laboratorio. Jay estaba esperándome, distraído con su teléfono hasta que notó mi presencia. Me ofreció una bolsa de mis papas favoritas con una sonrisa.

—Pensé que después de tantas visitas ya te habrías mudado con los Kim —bromeó, aunque había un tono extraño en su voz.

Fruncí el ceño y tomé la bolsa, algo desconcertado. —Entonces, lo sabes.

Jay se encogió de hombros, cruzando los brazos de manera protectora, como un hermano mayor a punto de darme un sermón. —Creo que todo el campus lo sabe. Ahora te la pasas con él.

Sentí un calor incómodo subir por mi cuello y desvié la mirada. —No es lo que parece, Jay.

—¿Ah, no? Porque parece que estás… —Se interrumpió al mirar detrás de mí, su rostro endureciéndose de inmediato.

Me giré para ver a Taehyung entrando al laboratorio con esa confianza silenciosa que siempre lo acompañaba. Caminó directo hacia el pupitre de Jay y dejó su mochila allí, acomodándose en el asiento como si le perteneciera.

Jay tensó la mandíbula y avanzó hacia él, colocándose frente al pupitre con los brazos cruzados. —Ese es mi asiento.

Taehyung alzó la mirada con una sonrisa apenas perceptible, pero sus ojos brillaron con ese destello dorado que reconocía demasiado bien. Estaba usando sus habilidades, intentando medir a Jay o quizás algo más.

—Cambié mi horario —dijo con calma, inclinándose ligeramente hacia él—. Y este asiento me conviene más. Tengo problemas de vista.

El murmullo en el aula aumentó. La tensión era palpable y cada segundo que pasaba hacía que mi incomodidad creciera. Jay no se movió, su postura rígida era una clara señal de que no estaba dispuesto a ceder.

—Busca otro lugar —respondió Jay con frialdad.

Antes de que pudiera intervenir, la puerta del aula se abrió de golpe. Chanyeol, otro de los Kim, entró con un guardapolvo en la mano y una sonrisa tranquila.

—Disculpe la interrupción, profesor Kim. Olvidó esto.

El profesor le agradeció mientras tomaba el guardapolvo, pero Chanyeol no se retiró de inmediato. En cambio, su mirada se dirigió a Jay y sus ojos comenzaron a brillar con el mismo resplandor dorado que los de Taehyung.

Jay parpadeó, como si algo en él cambiara de forma repentina. Su expresión desafiante se desvaneció, sus hombros se relajaron y retrocedió un paso.

—Quédate el asiento —murmuró, con una voz tan baja que apenas lo escuché. Se giró sin más y fue a sentarse al fondo del aula junto a Heeseung, como si nada hubiera pasado.

Chanyeol me lanzó una mirada antes de irse, una sonrisa juguetona asomándose en sus labios, como si disfrutara del pequeño espectáculo.

Suspiré y caminé hacia el pupitre, sentándome junto a Taehyung. Lo miré con reproche y le susurré: —¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que nos veríamos después de clases.

Me miró con tranquilidad, como si nada fuera fuera de lo común. —Te lo dije, cambié mi horario.

—¿Por qué? —pregunté, bajando la voz para no llamar la atención del resto.

Me sostuvo la mirada, sus ojos aún brillaban con una chispa dorada. —Porque quise.

Abrí la boca para responder, pero el profesor Kim comenzó la clase, dejando mis preguntas sin respuesta.

Durante toda la lección, la presencia de Taehyung a mi lado era imposible de ignorar. Sentía su mirada fija en mí en momentos en los que creía que nadie estaba mirando, como si estuviera analizándome de una forma que me hacía sentir expuesto.

Finalmente, cuando el profesor pidió formar parejas para el experimento, Taehyung habló antes de que pudiera moverme.

—Seremos compañeros.

Intenté protestar, pero su tono firme no dejó lugar a discusión. Nos acercamos a la mesa de experimentos y aunque intentaba concentrarme, mi mente seguía nublada por lo que había pasado.

—¿Por qué hiciste que Jay se fuera? —le pregunté en voz baja, preparando los materiales.

—No hice nada que no quisiera hacer.

—Eso no es cierto. Vi lo que pasó.

Él sonrió de lado, tomando el matraz con una calma irritante. —A veces es mejor no hacer preguntas, Jungkook. Las respuestas podrían complicar las cosas.

—¿Por qué estás aquí? —pregunté al fin, alzando la voz un poco más de lo que pretendía.

Taehyung se inclinó hacia mí, tan cerca que su aliento rozó mi piel. —Porque no quiero estar en otro lugar que no sea cerca de ti.

Su respuesta me dejó sin palabras, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Su mirada era intensa, como si quisiera grabar cada reacción mía en su memoria.

—Cuidado —murmuró, colocando su mano sobre la mía.

El contacto breve fue suficiente para que me estremeciera. Bajé la vista al experimento y me di cuenta de que estaba a punto de cometer un error. Rápidamente corregí la medida, agradeciendo en silencio que él lo hubiera notado.

Taehyung se apartó, pero no antes de susurrar: —Deberías prestar más atención, Jungkook. Sino, tendré que salvarte cada vez que estés en peligro.

Esa frase quedó resonando en mi mente mientras continuábamos el experimento. Había algo en sus palabras, en la forma en que las dijo, que me hacía sentir que hablaba de algo mucho más profundo. Y aunque intenté convencerme de que todo era parte de su enigmática personalidad, no pude evitar pensar que había un propósito mayor detrás de su repentina presencia en mi vida.