Para Platón, el amor era un deseo ardiente que aspiración al bien, a esa perfección casi inalcanzable de las cosas. Él veía el amor como una mezcla pura de belleza, verdad y bondad, una fuerza que movía hacia lo más alto, a lo sublime. Era un amor que buscaba más allá de lo superficial, que quería fusionarse con algo eterno, algo esencial.
Para mí, el amor era Kim Taehyung. Él era todo aquello que Platón habría intentado describir y aún más, porque para mí, él era tan tangible como misterioso. Sus ojos dorados, profundos y casi hipnóticos, reflejaban la eternidad y el misterio de la noche. Cuando me miraba sentía que sus ojos intentaban descubrir secretos que yo mismo no conocía, como si su sola presencia pudiera percibir partes de mí que estaban ocultas incluso de mi propia vista.
Sentía su piel fría como el mármol, un recordatorio constante de que no era humano. Y, sin embargo, en su gelidez, mi corazón encontraba una calidez inexplicable. Él era lo que me hacía recordar que la vida y la muerte, lo mortal y lo inmortal, podían unirse de maneras que desafían toda lógica. Su presencia gélida envolvía cada latido mío, cada respiro, cada pensamiento y lograba algo que jamás imaginé: que el fuego en mi interior se avivara, como si él, un ser nocturno, fuera la chispa que me mantenía vivo.
Taehyung era un enigma viviente y sus palabras estaban llenas de sabiduría, de preguntas que no siempre tenían respuestas simples. Cuando hablaba, cada frase suya parecía contener un secreto oculto, algo que me invitaba a cuestionar mi propio mundo, mi propia humanidad. Podía decir cosas tan profundas que aunque en un inicio no comprendiera del todo, resonaban en mí y me dejaban noches en vela, reflexionando, intentando entender no solo su perspectiva, sino la vida misma.
Taehyung no era solo una mezcla de belleza, verdad y un bien que yo comprendía; era una fuerza que me atraía hacia la oscuridad, hacia lo desconocido y al mismo tiempo, era el faro que iluminaba mis sombras. Él no era la perfección, pero tampoco era una simple aspiración. Era algo mucho más complicado, un laberinto de emociones y misterios, alguien que parecía tener todas las respuestas y al mismo tiempo todas las preguntas que yo nunca había sabido que tenía.
Quizás Platón nunca hubiera imaginado un amor como el mío por Taehyung.
🍂
La lluvia nos había empapado completamente. El agua se deslizaba por nuestras prendas mientras los truenos retumbaban en la distancia. Taehyung, siempre tan sereno a pesar del aguacero, parecía ajeno al frío, mientras yo, tiritando, trataba de cubrirme con las manos. Mi cuerpo no podía evitar responder naturalmente a la temperatura, y él lo notó inmediatamente.
—Ven aquí —dijo en voz baja, agachándose frente a mí para darme su espalda. No lo dudé ni un segundo y me subí con rapidez, aferrándome a sus hombros con firmeza.
—¿Sigues amando el frío? —su tono burlón se notó en su voz, un contraste con la gravedad de la situación. Unas horas antes me había contado que, antes de su transformación, era de esos chicos que se sentían completos bajo el sol, buscando siempre el calor. Yo, por el contrario, siempre había encontrado una extraña paz bajo el clima gris y lluvioso.
—Es parte de ti, eso hace que lo ame aún más.
Podía sentir cómo sonreía al escuchar mis palabras, y luego su voz cálida y juguetona me alcanzó.
—Sujétate, mono araña —dijo con una ligera risa, dándome un apodo que, aunque ridículo, se sintió especial.
Estaba a punto de protestar por la forma en que me llamó, pero antes de que pudiera decir algo, cerré los ojos por un momento y sentí cómo, con una velocidad sobrehumana, Taehyung comenzó a correr.
El suelo bajo nosotros se desvaneció rápidamente, el viento cortante me golpeaba el rostro, y las gotas de lluvia apenas alcanzaban a mojarme debido a la velocidad con la que avanzábamos. Pasábamos los pinos y árboles con tal rapidez que ni siquiera tenía tiempo para procesar lo que ocurría. El mundo a nuestro alrededor se convirtió en una borrón de verdes y sombras mientras me aferraba a él.
En un parpadeo, llegamos a mi casa. Taehyung saltó hacia la ventana de mi habitación, y antes de que pudiera reaccionar, estábamos dentro, empapados pero a salvo. La sensación de euforia se apoderó de mí en cuanto mis pies tocaron el suelo de mi cuarto. Me sentía tan lleno de energía que estuve a punto de lanzarme sobre el colchón, tirándome de espaldas y dejando escapar un suspiro de alivio.
Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Taehyung me detuvo con un solo movimiento, inclinado en el aire, sujetándome firmemente de la cintura, para evitar que me tumbara.
—Sigues mojado, toma una ducha con agua caliente y cámbiate de ropa —dijo, su tono suave pero firme. Podía ver la preocupación en sus ojos dorados, y me di cuenta de lo atento que era.
—Tienes razón —respondí, asintiendo rápidamente. No podía estar empapado mucho más tiempo. —Puedes tomar lo que quieras de mi armario para que te cambies mientras me ducho.
Pronto entré al baño de mi habitación y me quedé allí unos minutos, simplemente sintiendo el agua caer sobre mí. Mi mente viajaba a mil por hora, pero lo único que deseaba en ese momento era la tranquilidad de saber que Taehyung estaba cerca, que él estaba ahí.
Después de un buen rato, me di cuenta de que ya era hora de salir. El vapor había comenzado a llenar el baño, tomé la toalla que estaba cerca y me sequé rápidamente, dejándome envolver por el calor de la tela. Me cambié de ropa, la cual estaba seca, y me sentí un poco más cómodo.
Luego de usar la secadora para el cabello salí y lo vi mirando las fotos polaroid que tenía sobre la cabecera de mi cama. Su mirada se alzó hacia mí en cuanto llegué. Al final, se había puesto un pantalón gris de chandal y una remera de color marrón, le quedaban bien, pues teníamos alturas y contexturas similares.
Mi corazón dio un vuelco. No sabía si estaba siendo demasiado atrevido al decir lo siguiente, pero lo hice.
—¿Podrías quedarte esta noche? —pregunté, un poco nervioso.
Taehyung sonrió levemente y asintió acercándose a mí, y sin pensarlo más, me tiré en la cama junto a él. Taehyung me envolvió con unas sábanas y luego en sus brazos, en un parpadeo me sentí completamente en paz.
El cansancio empezó a invadirme poco a poco. La sensación de tenerlo cerca, de estar en sus brazos, me hizo sentir más seguro que nunca. Cerré los ojos, dejándome llevar por el sueño, mientras su fría presencia me arropaba, dándome una sensación reconfortante que nunca había experimentado.
Por un instante vi cómo se ponía unos guantes que hace mucho no usaba, solo para masajear mi cabeza y que no pudiera sentir frío. Somnoliento sonreí ante sus caricias antes de dormir profundamente.
Platón, siempre tuviste la razón.
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Escarlata | KTH + JJK (RESUBIENDO)
Fanfiction┈─𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞 🧛: "La llegada de Jeon Jungkook y su familia a Pyonguk desata una serie de eventos imprevistos cuando los Kim, una familia tan enigmática como poderosa, se mudan al mismo pueblo. Sin sospechar siquiera que Taehyung, uno de los en...