En mi mente rogaba porque no pararas
Sentia que estaba en el cielo
En la novena nube
Y tenia miedo de caer
Tus manos abrieron mi camisa con cuidado e inocencia
Que contrastaban con el travieso brillo de tus ojos
Y seguiste con tu juego y tus maniobras
Hasta que una fina sábana blanca nos tapaba
Y solo se escuchaban nuestros suspiros
Llenado la habitación
Sólo esto me hacia falta para sentirme vivo