Bradley era un chico bueno y minado de los suburbios, que fue a la universidad a estudiar derecho, justo como su padre.
Max es solo Max, despreocupado, que fue a la universidad con el único propósito de adquirir experiencias nuevas.
Bradley era pulc...
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- ahhhh mierda Max - gimió el castaño gustoso, el azabache aumento sus embestidas, deleitándose con los sonidos del mayor - Esper-ahhh estás, estás mu-ahh profundo - gimió.
Max apretó el agarre en la cintura del mayor, sonriendo al confirmar lo que ya sospechaba, sus dos manos rodeaban casi en su totalidad la cintura del castaño.
Se acercó a su cuello comenzando a morder y chupar.
Perungtandose como había llegado hasta ahí, como el castaño podía hacerlo perder el control tan rápido.
¿Por qué su control desaparecía si se trataba de Bradley?
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- No patinan mal - comento el azabache acercándose al castaño.
Su práctica había terminado, ya casi todos los miembros del equipo se había ido, dejando a Bradley recoger el equipo.
El más alto sonrió con soberbia - Mejor que tú patinamos - se burló, Max sonrió.
Ahí iba de nuevo, ese dulce tono que Bradley usaba y lo volvía loco, sin soberbia, sin burla, sin demanda. Solo su suave y casi cariñosa voz.
- Lo dudo mucho - afirmo, ambos rieron - Lindo traje - se burló el azabache.
Aún que muy dentro de si de verdad lo creía, lindo y bendito traje que se ajustaba al delicioso cuerpo del mayor.
Bradley y miro y sonrió coquetamente, soltó una risa y se acercó a el.
- Gracias Max - comento con tono dulce, acercándose a los labios de Max.
El azabache cerro los ojos, esperando compartir un beso con el castaño, pero una risa lo saco de sus pensamientos, abrió los ojos y vio a Bradley alejarse de el.
- Creí que no vendrias - confesó, recogiendo parte del equipo que habían usado.
Max mordió su labio al ver cómo el más alto se agachaba, mostrando su enorme y lindo trasero ante su para nada lujuriosa vista.
- Lo hize - comento sintiendo unas enormes ganas de sujetarlo y pegar su polla a el.
Bradley aún agachado le miro y sonrió, Max sintió que iba a tener una erección, Bradley era tremendamente caliente.
- ¿Y que opinas? - pregunto, con un tono menos dulce que antes, acercándose a Max.
Al azabache se encogió de hombros.
- No lo sé, supongo que lo mismo que antes - admitió.
El ceño del castaño se frunció.
- Ayudame con esto - Max bufo al sentir como el castaño tiraba equipo sobre sus brazos.
Nuevamente ahí estaba, ese maldito tono.
Bradley dándole órdenes otra vez, actuando como niño berrinchudo, que al no tener lo que quería se molestaba y hacía un drama por ello, tan malditamente infantil.
- Sígueme - volvió a demandar.
Max iba a decir que no, iba a soltar el estupido equipo que le habían dado y se alejaría totalmente enojado, pero su cuerpo, cual perro con su amo, solo pudo seguir a Bradley.
En un camino silencioso y casi incómodo.
Llegaron a una puerta, al abrirla Max pudo ver un montón de equipo, todos con tonos rojos y negros, algunos con la palabra 'Gamas' escrita en ellos,era la bodega de equipo de la fraternidad, quizo suponer.
- Déjalo por ahí - le dijo el castaño.
Max sin cuidado alguini tiro el material al piso, Bradley le miro molesto.
- Te cobraré toda esa mierda - le reprochó.
Max se acercó molesto - No uses es maldito tono Bradley - se quejo - Me haces irritar - soltó entre dientes.
El castaño sobrio burlonamente, adoraba ver a Max enojado, lo ponía jodidamente caliente.
- ¿O que harás? - pregunto con tono burlón, tono que hizo irritar aún más a Max - ¿Me irás a acusar con tus tontos amigos? - pregunto con gracia acercándose al menor.
Max lo sujeto del cuello del traje, Bradley sonrió nuevamente.
- ¿O acaso irás a acusarme con tus papis? -
Y Max no lo pudo soportar más, de verdad no pudo, azotó a Bradley contra una pared, el castaño gimió gustoso.
- Cierra la maldita boca, eres una puta molestia - le gritó, Bradley mordió su labio inferior.
- ¿O que? - cuestiono burlón - Yo puedo hablarte como quiera Max, tú no eres nadie - se burló, Max sintió su sangre hervir.
El castaño río, aún que su burla se vio interrumpida al sentí como Max le daba vuelta y apoyaba de forma violenta su rostro contra la pared, no pudo evitar gemir.
Max bajo su mirada hasta el culo ajeno.
Sonrió ante la vaga idea que cruzó su mente.
- Te voy a mostrar quien soy - soltó entre dientes.
Los ojos de Bradley casi se ponen en blanco, y un suspiro de sorpresa lo invadió al sentir a Max romper sus mallas en la parte trasera.
Un escalofrío lo recorrió al sentir el frío viento chocar contra su culo, suspiro al sentir una de las manos del moreno acariciar su culo.
- Oye maldita perra - lo escucho decir, Bradley empujó su trasero hacia atrás, acercándolo más al menor - Traes una maldita tanga - se burló, disfrutando la vista.
Bradley le explicaría que era para mera estética, que de otra forma su ropa interior se marcaría en el traje, pero la fuerte palmada de Max contra su retaguardia lo hizo saltar.
- Ahhh - gimió con fuerza, sintiendo un ardor expandirse por su culo.
Cómo adoraba que le dieran un par de golpes durante el sexo.
- Te voy a enseñar a hablarme bien Bradley - amenazó el pelinegro.
Y mierda, en verdad quería que Max le enseñará como debía hablarle, quería que lo comprara hasta que su culo doliera por sentarse.
Mierda, lo deseaba tanto.
Deseaba ser follado por Max.
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