𝗛𝗜𝗕𝗥𝗜𝗢𝗦𝗧𝗢𝗙𝗜𝗟𝗜𝗔 // 𝗠𝗔𝗫𝗟𝗘𝗬

𝗜. 𝗠𝗔𝗫 𝗚𝗢𝗢𝗙𝗬

Max Goofy era alguien problemático.

No era un delincuente, o estaba demasiado cerca de serlo, pero realmente era muy problemático.

Quizás se debía a su padre, era demasiado bueno y blando como para ponerle un verdadero alto.

Max no recordaba un castigo verdaderamente significativo, quizás lo último que recuerda fue a los once, cuando su padre lo castigo una semana entera por salir por su ventana en la madrugada.

Pero realmente no volvió a pasar algo así, inclusive a los trece, cuando Max se hizo su primera perforación. La típica en la oreja, algo básico que hizo a todos a su alrededor mirarle con asombro. Pero esa vez su padre no le regaño, si lo sermoneo un rato sobre lo mal que estaba hacer aquello sin permiso y que si quería volver a perforar debía avisarle a su padre.

Y así fue, las siguientes perforaciones fueron conventidas con su padre. Todas y cada una de ellas, bueno, casi todas.

Aun que sus tatuajes fue algo distinto, ya que fue su mismo padre quien le animo a hacérselo, regalándome como regalo de cumpleaños, justo a los diecisiete años.

Fue un dragón, uno de tamaño mediano y más detalle del que le hubiese gustado al azabache, lucia verdaderamente genial y estaba en su antebrazo derecho.

Después de eso vinieron más y más, desde tatuajes con un gran significado emocional, como otros tan tontos y absurdos que Max estaba seguro que se arrepentiría de ellos al llegar a los treinta.

Pero Max realmente creía en disfrutar cada momento, disfrutaba de experiencias absurdas y algunas veces peligrosas. No importaba si podía salir herido o meterse en problemas. Probablemente su amigo Bobby propondría un plan tonto y sin sentido, pero Max diría "¿por que no?" Y se meterían en cuanto problema pudieran.

Y Max no era mal estudiante, o al menos no en todo, tenía notas decentes, solía meterse en problemas, pero nada que un buen rato en detención no solucionará.

En definitiva Max podía ser catalogado por algunos como un chico malo, quizás no uno muy extremo, no usaba chaquetas de cuero ni tenía una motocicleta. Max diría más bien que su apariencia y actitud engañaban.

Y es que el en realidad era casi tan torpe y dulce como su padre, con las personas correctas claro. Aun que realmente no tenía muchas personas cercanas, solo tenía a su padre y mejores amigos PJ y Bobby.

Esto gracias a su fatídica experiencia con el amor, por que si, le habían royo el corazón, de una forma tan cruel y adolecente como fuese posible.

Es decir, el creyó que su primer amor duraría por siempre, a sus quince años el en verdad creía que Roxxane sería la única mujer de su vida.

Después de todo salían desde que tenían doce años, llevaban demasiado tiempo y Max siempre fue un romántico de primera. Por lo cual la devastadora noticia de Roxxane terminando con el había sido demasiado para su pobre corazón.