no está tan mal

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"Tsk. Diles que no y que se vayan." Tsukishima intenta desviar tu atención de la puerta. Estabas apunto de gritar lo que te dijo Tsukki cuando del otro lado de la puerta se escucha una voz grave. "Princesa, sal. Quiero hablar contigo." ¿Por qué vino hasta aquí? Un rubio confundido te bajó de sus piernas mientras se sentaba y preguntó lo mismo que tú pensabas. "Dame un segundo, Rintarō." Dijiste poniéndote tu ropa de vuelta. Antes de salir de tu cuarto, le diste a entender a Tsukki que no tardarías. Estaba molesto por la interrupción, pero no se podía permitir enojarse mucho si, por tu prisa, te pusiste su playera. "¿Qué pasa? ¿Acaso estás viendo a un extraño?" Bromeó aún estando afuera de tu habitación. "Princesita, quiero hablar contigo. ¿Por qué no entramos y nos ponemos cómodos?" "Sí, Suna. Entra y ve a Tsukishima desnudo." Pensaste.

Sin decirle nada, empezaste a caminar por el pasillo. Estaba extrañado pero aún así te seguía. "Mi cuarto está hecho un desastre, Suna. Justo cuando llegaste estaba acabando una tarea que me tenía loca. Creo que no quiero volver a mi escritorio en mucho tiempo." Fue una excusa barata, pero supiste que funcionó cuando se reía mientras pasaba su brazo por tus hombros. "Bueno, yo quería algo de privacidad pero no puedo obligarte a volver a tu calabozo." Su sonrisa se fue cuando hizo que se detuvieran en los escalones de la entrada de tu edificio. "El otro día no supe qué decirte." Empezó. "Créeme que escuché lo que me dijiste sobre cambiar a todos por mi, me pareció muy lindo porque yo también pienso así. Solo que, fue más fácil para mí centrarme en lo otro e irme por la conexión física. Pero, princesa, siento lo mismo que creo que sientes sobre mi. Con el tiempo te he tomado cariño y nunca he dudado sobre lo bien que te ves, quiero decir, eres de las chicas más bonitas que he visto. Perdón si me tomó mucho tiempo decírtelo." ¿Es un sueño o una pesadilla?. Mientras el pelinegro te declaraba su amor, no podías evitar pensar en que por estas palabras baratas dejaste a Tsukki en tu habitación. Seguro la estuvieras pasando mejor con él ahora mismo. "Suna, ¿estás seguro de lo que me estás diciendo?" No era que no le creyeras que gustara de ti, eras una chica fantástica y obvio que le gustarías a cualquiera, pero, dudabas por el hecho de que besó a su ex la misma noche que estaban en la sala juntos.
"Literalmente vine corriendo a decirte esto, preciosa. ¿Por qué mentiría?"

Mmm alguien se está desesperando. Tsukishima volteaba a ver su celular como si mientras más viera la hora, más rápido regresarías. Desgraciadamente no te llevaste tu celular y él chico no le veía sentido llenarte de spam si no lo verías en ese instante. "¿Por qué Rintarō vino así a su habitación?" Su mente lo torturaba haciéndolo molestar más. De pronto cayó en cuenta sobre algo: estaba en tu habitación, el set de grabación de sus videos favoritos. Esto hizo que su miembro volviera a la vida. Pensar que en esa misma cama donde él se encontraba sentado era donde sucedía la magia. A Tsukishima le gusta que juegues con él y lo molestes, pero también amaría hacerte lo mismo y ruegues por él. Decidió que te daría un castigo por hacerlo esperar mucho y antes de marcharse de tu dormitorio, tomó tu celular y empezó a imitarte.

Justo cuando ibas a responderle a Suna, ves a un chico con un hoodie familiar y unos shorts que deberían estar en el piso de tu habitación. En caso de que fuera Tsukishima, ¿por qué lleva tu sudadera? y, peor aún, ¿qué hace yéndose? Esto te hizo darte cuenta de que llevabas mucho tiempo afuera con Suna, seguro ya habías sobrepasado tu hora de dormir. "Suna, en serio agradezco que hayas venido hasta aquí solo por mi. Te mentiría si te digo que no estoy bastante sorprendida, pero, ahora mismo deseo ir a dormir." Rintarō te entendía pero no se iría a su edificio solo con eso. "Está bien, bonita. Te acompaño a tu dormitorio. Traje ropa cómoda de igual manera." Lo último te tomó por sorpresa, no esperabas para nada que quisiera quedarse contigo a dormir. "Princesa, pensé que eras más ordenada. Pareciera que alguien tuvo una batalla en esta cama." Se burló mientras entraban a tu habitación y se recostaba en tu cama. "Hace nada estaba apunto de ganar una guerra." Recordaste en tu mente lo que pasó antes de que Suna interrumpiera. "¿Es seguro que te quedes aquí? Juro que no te estoy corriendo, solo no quiero meternos en problemas." Sí querías correrlo, simplemente no te satisfacía la idea de que sea él quien está ahí acostado. "Tranquila, bonita. Soy un experto escabulléndome entre edificios. Además creo que sería lindo dormir contigo." Para nada te tranquilizó eso, ahora ya sabes que ha estado mucho en el edificio de las chicas. "Bueno, ninja. Iré a darme una ducha rápida y vuelvo. No te duermas."

"Por favor que se duerma." Deseabas que el universo escuchara tus plegarias mientras entrabas al baño. No querías lidiar con él. ¿Por qué sientes rechazo por tu sueño hecho realidad? Seguro fue porque Tsukishima robó tu energía, te tratabas de convencer que fue por su culpa. Como si lo hubieras invocado, te mensajeó. "El idiota de Rintarō me puso de mal humor, pero que lo prefirieras a él me mató. Así que te dejo un adelanto de tu castigo. Ve a tu galería." En menos de un segundo ya estabas observando el video que te dejó. Sin duda aprendió de la mejor. Todo lo que se observaba era su ceño fruncido mientras escupía palabras sucias y se masturbaba con tus bragas adornando su pene. "Bonita, pudiste haberte tenido esto en tu boquita pero a veces eres un poco tonta." Murmuró agitado al venirse sobre tu prenda. Así había finalizado el video, con su preciosa sonrisa engreída en la cámara.

Si a él le gustaba jugar, a ti más. Lo único que recibió como respuesta fue una linda foto tuya sin su playera. Hasta ese momento te diste cuenta de que la tomaste por equivocación. Pusiste en silencio tu celular y te metiste a la ducha. Al salir, afortunadamente, un bonito zorrito ya estaba acaparando toda tu cama. Honestamente no sabes qué está pasando dentro de ti. Verlo ahí, dormidito, hizo que tus sentimientos por el revivieran. "Aww, bebé bonito." Pensaste. Levantaste la manta calentita para entrar a la cama, solo que era imposible si había un gran cuerpo extendido en toda esta. "Suna... Hey... Muévete un poquito, bonito." Sin decirte nada, se movió hacia el lado de la pared y abrió sus brazos para ti. Hace nada odiabas la idea de dormir con él pero ahora no podrías estar más cómoda. Te acurrucaste en sus brazos mientras se acomodaban de cucharita. "Hasta mañana, princesa." fue lo último que te dijo y le respondiste con un besito en su mano.

P☆rnstar - Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora