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Estás a mitad de tu segundo año de colegio. Vas relativamente bien, excluyendo un par de molestias. Las clases empiezan tan temprano como debería ser ilegal. Los pasillos llenos de ruido y concurridos. Y lo peor de todo: Tsukishima Kei. No estás segura de cuándo comenzó su pequeña rivalidad/disputa. Tal vez fue cuando encontró una manera increíble de derramar toda su botella de agua sobre ti en la primera semana. O quizá fue cuando arruinó por completo tu proyecto final de primer año con él, ya que se negó por completo a trabajar en equipo contigo. Podría ser que él siempre pide prestado tus borradores con forma de dinosaurio y nunca te los devuelve. Hay pocas razones más, solo que, no sabes y no te importa. Una cosa que sí sabes es que Tsukishima Kei no es tu amigo y nunca lo será.

Cansada, suspiras mientras frotas desesperadamente tu ojo, tratando de ignorar el aura molesta que se acerca a ti. Un rubio nada difícil de ver. "Si frotas tus ojos así, te lastimarás". Tsukishima te advierte con un tono de superioridad. Evitas prestarle atención, se lo haces saber al momento de voltearle los ojos y revisar tu reloj descaradamente. "¿Por qué estás tan desesperada, bonita?" Tsukishima podría ser un hombre de pocas y groseras palabras, pero su actividad extracurricular favorita era molestarte con palabras atrevidas, para nada dignas de él. Por eso te molestaba tanto. "¿Cuántas veces tengo que decirte que pares con los apodos?" Te quejas, verdaderamente harta. Tsukishima solo chista como lo sabe hacer. "¿No te gustó ese tampoco?" Te pregunta mientras dobla cuidadosamente las mangas de tu suetercito. "¿Qué opinas de mi nombre?" Preguntas.

No puedes decir que pasó de un día a otro, semanas de trabajo en equipo llevaron a esta extraña relación.

"¿Dónde está la diversión en esto, bebé?" Él bromea. Te quejas en respuesta, casi casi golpeando tu cabeza contra el escritorio. Tsukishima solo sonríe con adulación bajita. Cualquier cosa y todo lo que haces parece encantarle. En realidad, él está obsesionado contigo. Cada vez que lo llamas, cada vez que le das una bofetada o una mirada de disgusto, le encanta. Le encanta la atención. Él no puede evitarlo, no cuando eres tú, la chica más linda que ha visto nunca. Pero, ¿por qué no puedes darte cuenta de eso? 

El día finaliza rápido. Sales con calma dirigiéndote al edificio de chicas para llegar a tu dormitorio. Estando ahí, te dispones a estudiar, por el otro lado, Tsukishima está en el suyo, sorpresivamente, no está estudiando del todo. Tal vez no está metido en su libro de biología, tal vez está en paginas +18 estudiando anatomía. Sus delicados dedos tiemblan ligeramente mientras escribe en su teléfono. Se siente culpable porque sabe lo que pasa por su mente al sexualizarte así. Solo que no puede evitarlo mientras busca en cualquier sitio web porno, "Chicas universitarias..." "Colegialas nerds..." "Chicas pelirrojas..." "Chicas delgadas en uniforme..." Se desplaza decepcionado sin ver nada que le guste, pues no tendría la dicha de ver contenido de quien en verdad le interesa, o eso creía.

P☆rnstar - Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora