—13, 14, 15, 16. ¡Te gané!El ser alto, delgado, andrógino. Que cubre su contorsionado cuerpo deforme con una túnica negra. Menea la cabeza mientras maldice por lo bajo. Luego, exhalando un bufido de frustración y señalándole con la puntiaguda uña de su dedo índice, le contesta a su compañero:
—¡Pero, no vale! A mí me dió el peor lugar donde ir.
—Ah, nosé. Háblalo con la jefa –responde el aludido.
—Siempre te toca los mejores trabajo. El sábado pasado te tocó un accidente de tren. Hoy un avión que calló –voltea la cabeza hacia el amasijo de hierros y butacas retorcidas que se incendian detrás de su espalda. —Así es fácil ser un recolector de almas.
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«Cuentos para NO dormir». El Cuento te lo regalo, el susto te lo debo
Fiction généraleSi quieres que el terror se cuele por cada fibra de tu cuerpo. Si ansías sentir cómo late desenfrenado tu corazón al simple roce de la puerta entornada. Si deseas que tus dientes castañeteen por aquella sombra deforme que está detrás de tu espalda. ...