Capitulo 22: Maratón 2/?

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—Y yo a partir de este momento, confieso que estoy a tus pies y ya no puedo hacer nada pará retroceder el tiempo y no llegar a sentir lo que siento.

Draven Sokolov.

Por ahora han estado bebiendo sin parar, me levanto para ir a ver a Cris. Al parecer si quieren cumplir de hacer de hacer un película más de que paso ayer.

Laina viene con Cris en brazos, me la entrega cuando me ve, su pequeño cuerpo cae en mi hombro, sostengo su cabeza con mi mano, sus ojos se cierran y sus manitos se aferran a mi camisa.

—No se quería dormir si no es con uno de ustedes —suspira empezando a caminar pero parece que recuerda algo—. Mamá dijo que se la llevará, están por irse, su maleta ya está en el auto.

Asiento, paso entre las personas, la mayoría conocidos y otros simples invitados de Ethan que ni sus nombres ha de acordarse, Hendrick me intercepta paro en seco. Abre la puerta y me deja salir, viendo a mi madre parada a un lado del vehículo, mi padre a su lado sonriendo extiende sus brazos cuando me acerco.

—Esta nena se va unos días —la carga y se introduce en el auto dejando a mi madre fuera.

Su mirada indica que no está nada feliz, suspiro cerrando los ojos.

—Nos iremos de viaje unos días con ella, resuelve los problemas legales.

—Esta bien, nos vemos —abro mis ojos extendiendo mi mano.

Sonríe a medio lado aceptándola, sabe que seguiré al pie de la letra cada parte del plan, se sube en el auto para que este arranque y salga del perímetro.

—Seguridad —el crugido de las piedras me avisa su llegada—. Hombres las veinticuatro horas del día, que jamás la dejen sola.

—Sí, señor —me doy vuelta viendo su cara, pongo mi mano en su hombro.

—Desaloja la villa, la fiesta acabo.

Asiente y empieza a movilizar a todos los hombres, me quedo en mi lugar observando como todas las personas salen de la casa, la gente se alborota por lo que Cronos ladra mordiendo al primero que intenta acercarse a él. El olor a alcohol es demasiado fuerte apresar de estar al aire libre. La Villa queda libre en cuestión de segundos, Hendrick dirige a todo el equipo de seguridad ubicandolo en sus lugares.

Me adentro a la casa y todo está hecho un desastre, vasos desechables en el piso y en cualquier parte que uno se pueda imaginar. Colilllas de cigarros en el suelo por doquier.

—Ethan —murmuro su nombre bajo pero aún así es suficiente como para llamar se atención.

Susana se dispone a limpiar con ayuda de alguien que contrato Anahi de manera temporal,sigo mi camino a la sala, al estar en el umbral lo primero que veo es como el par de locos se ríe de Ethan quien se ha caído  Laina esta sentada negando.

—Han bebido lo suficiente, un vaso más de alcohol y les da un coma etílico —retira todas las botellas fuera de su vista.

Me siento frente a la cuerda de locos, Anahi se deja de reír y se pone sería corriendo sale de la habitación, me levanto de un salto siguendola. Llega hasta el baño de la planta baja, al abrir la puerta directamente va al retrete vomitando todo lo que ha ingerido, sostengo su pelo con cuidado. Termina de vomitar y se sienta en el piso riendo mientras se limpia la boca.

—¡Permiso que ahora voy yo! —el grito de Ethan me hace mirarlo mal ruedo los ojos y levanto a Anahi del suelo.

Abro la llave manteniendo su cuerpo agarrado con sumo cuidado, mojo mi mano y la paso por su boca limpiando el rastro de vomito que tiene.

Ethan entra al salir nosotros del bañó, estaba a punto de vomitar el suelo. Niego y me dirijo de nuevo a la sala, está vez dejando a Anahi caminar por si sola.

Se siente en el sillón, su cuerpo va callendo de espacio recostando se. Me mira con los ojos aguados, suspiro viendo cómo una sonrisa se estira por su rostro.

—Dame chocolate, por favor. Draven, tu sabes cuánto te quiero —se que es chantaje de su parte, no puedo evitar reírme—. No te rías, es sería Draven Sokolov. No estoy jugando.

—Solo uno y ya no hay más —extiemdl mi mano para formalizar el trato.

—Dos, o no hay trato —saca la lengua, se cruza de brazos.

—Bien —es la primera vez en mi vida que hago un trato pasivo con un borracho.

Estira su mano aceptando la mía, sonríe y se vuelve a recostar cerrando los ojos.

—Muevete —demanda con una de sus manos moviendo la en dirección a la salida—. No tardes y que no sea de avellana.

Agarro mi entre cejo haciendo caso, apresar de estar borracha no pierde esa actitud demandante y retadora. Aunque a veces un poco sumisa.

Salgo de la sala a la cocina, Ethan está que no puede con su vida intentando subir las escaleras.

—¡Me voy a morir, Draven! —se agarra el pecho como si le faltará el aire.

—Deja el drama, siempre dices que te vas a morir y nunca te mueres —me de tengo frente a las escaleras metiendo mis manos en mis bolsillos.

—Por eso Laina dice que soy una cucaracha, no muero. Me multiplicó —se ríe como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo.

—No sabes restar y te quieres multiplicar.

—Calla Draven, es un secreto. Tu solo guardalo.

Ya no se cuántas veces he suspirado está noche pero se que son los suficientes como para querer dejar de hacerlo. Lo dejo en las escaleras con Hendrick quien venía bajando.

Tocó la puerta de la cocina y Susana la abre de inmediato, me recibe un aroma a Pirozki horneado. Carraspeó retomando la compostura, veo como la ayudante se mueve con demencia por la cocina.

—Dos barras de chocolate, sin avellana.

Susana asiente y va en búsqueda de mi pedido, paso cerrando la puerta detrás de mi. Susana me entrega los chocolates junto a un plato con un Pirozki tibio.

—Gracias.

—¡Draven, ven aquí hijo de, no sé pero ven aquí!























Información: les quise actualizar ayer pero mas salada no puedo ser (se fue la luz) 😔✋🏽 Si se pregunta si hay actualización hoy, lo confirmo si hay. Dos capitulos más un capítulo de los diarios.

En la misma habitación que el Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora