Advertencia: el capítulo contiene escenas 🔞 si deciden saltarla está bien, no influirá en nada la historia.
Anahera Malyshev.
Abro mis ojos al sentir la molestia de su peso. Bostezo mirando a mi alrededor, Ethan se encuentra en una esquina con sus manos en la cara, se pensaría que esta llorando por los quejidos bajos.
—Ethan —mi voz sale rasposa, me duele la garganta con solo formular una palabra sencilla.
Su cara se levanta y su rostro palidece, se que estamos en el hospital por el olor que lo caracteriza y las paredes blancas.
—Sacame de aquí —sonrie pero mantengo mi cara sería—. Parece que estuviera en un psiquiátrico.
—No juegues con eso —se levanta acercándose de inmediato entregando en mis manos un vaso de agua—. Porque si no yo terminaré contigo en una habitación con paredes acolchonadas y camisas de fuerza.
Me atraganto con su afirmación repentina, aún con el agua en la boca la saco con fuerza, cuando se pone a pensar y luego pronuncia un:
—Terminamos juntos en ese lugar e intentando no matarnos —sonrie y me ve—. Aunque no sería nada grave, igual estaríamos amarrados.
Para que hable, ahora no se va a callar hasta no tener la mínima posibilidad de que cualquier escenario que se imagine pueda suceder.
—¿Que sucedió, Ethan? —cambio de tema antes de que continúe con sus cosas—. Solo recuerdo salir de la sala del juzgado y todo se vuelve negro después
—Te desmayaste.
—Yo siento que me dormí.
—Claro yo también me dormiría para que el extraterrestre esté histérico —se burla.
—Cállate Ethan.
La puerta se abre exaltando me terminando de botar el poquito de agua mojando a Ethan, se levanta rápido sacudiendo su ropa. Cristal entra llorando casi corriendo si la mano de Draven no la detienen se llegaría a caer.
—¡Mami! —su voz quebrada llega a mis oídos haciendo que abra mis brazos esperando.
Draven la levanta y ella llega hasta mi acurrucándose, sonrío y la abrazo con fuerza. Las ansias de tenerla en mis brazos, me carcome aunque solo fué un día.
—El doctor vendrá a evaluarte y luego nos podremos ir —asiento ante la información.
Sale junto a Ethan dejando que entre Laina en su lugar, jugamos con Cris para distraerla y que no llore. Cris tiene hambre y por lo que dijo Laina, no le guardo la cafetería del hospital.
Me quedo sola en la habitación, en el fondo solo se escuchan mis pensamientos, el chirrido de la puerta se escucha pero sin voltear espero a que pase la persona frente a mi.
Unas manos frías agarran mis pies, me exaltó por el toque repentino. Al ver quién está agarrando mis pies me encuentro a Draven con una mirada cómplice, algo oculta dentro de esos ojos bicolor, no me cansare de repetir que son hermosos, si algun dia tengo hijos quiero que uno de ellos salga con esos colores peculiares.
—A ver —me jala de mis pies hasta tenerme frente a frente—. Esos labios están secos, ¿Tomaste agua?
—Sí —afirmo y los aprieto al ver su intención—. Se que quieres besarme, Draven. Solo hazlo.
Y eso fue suficiente para que sus labios estén encima de los míos, su lengua junto a la mía danzan en un baile feroz y muy mordaz. Me dejó llevar, el toma el control, agarra mi cabeza para profundizar el beso. Su otra mano baja a mi cintura por encima de la bata de hospital y acaricia lo que puede. Sus manos bajan hasta el borde sacándola de mi cuerpo dejando por completo a su disposición. Sus besos bajan por mi hombro haciéndome cerrar mis ojos, muerdo mis labios para no soltar algún sonido.
Sus besos se hacen húmedos al terminar encima de la sortija de matrimonio, al abrir mis ojos lo veo repartiendo besos desde mis piernas hasta llegar a esa zona en específico, mi respiración es errática, sus ojos se fijan en los míos sin dejar de dar besos en esa parte.
El pecado debe ser rico desde el centro de la manzana podrida.
En ningún momento aparto mi vista de la suya, sonríe, deja de dar besos húmedos y vuelve a mi cara en cuestión de segundos.
—El angel y el diablo.
—En la misma habitación —completo recorriendo su rostro hasta llegar a sus labios.
La ferocidad de sus besos es enigmático, como si me quisiera hacer sentir todo en pequeñas porciones, en carne propia. Corromper me junto a él y entregarle mi alma pecadora. Acepto que el deseo es más grande en estos momentos que en algún punto, la ropa está pegada en el suelo sin saber en que momento paso, solo se que disfruto de cada una de sus caricias. De cada palabra en ruso que susurra en mi oído mientras la estocadas se vuelven más fuertes, más cruda.
La segunda vez que intento venirme el para su vaivén, al mirar su cara se lo que se aproxima. Su sonrisa ladina lo hace ver sexy o no se si solo es la excitación y el deseo que produce en mi y que nubla mi mente. Su boca juega conmigo, su dedo acaricia mi botón hinchado. Cuando lo aprieta con más fuerza no pongo resistencia y todos mis fluidos terminan en su boca.
—Dulce —es un susurro audible, mi cuerpo está cansado, pero mi ser no se apacigua. La llama está encendida y la tentación de él me carcome la vida.
Agarra mis muslos, acariciándose de arriba abajo para luego levantarme y llevarme con el hasta el sofá que hay, me coloca encima de sí.
Me agarró de sus hombros cuando me baja sin aviso, su verga en esta posición me llena por completo, me muevo lento, me ayuda a moverme con sus manos en mis caderas, al subir y bajar me caso más rápido pero no me dejó vencer, el se viene si o si.
Su risa ronca llena mis oídos, mis ojos están fijos en los suyos y los suyos en mis tetas, su boca se dirige a ese lugar, succionando fuerte arrancado me gemidos que parecen gritos, su mano libre tapa mi boca, él se aparta de mis senos, su mano le da paso a su boca.
Su polla se ensancha en mi interior y siento una presión creciente en mi vientre, estamos en la cúspide cuando aceleró el ritmo, el se contiene lo más que puede, giro mis caderas arrancando de el un gemido arqueó mi espalda rasguñando la suya en el proceso, me corro montando lo, él se corre en mi interior en ese momento.
Me levanta en sus brazos llevándome al baño de la habitación, prepara la tina conmigo en sus brazos, sonrío cansada. Él coloca un poco de champú en mi cabello masajeando mi cabeza, haciendo que me relaje demasiado tanto que me llegó a dormir por segundos.
—Duerme —no hace falta más que decir para que mis párpados se cierren y mis pensamientos se apaguen.
Información: falta un capítulo y nos vemos mañana, espero actualizar más o menos a estas horas. Disculpen los errores ortográficos.
Gracias a las personitas que interactúan, se les quiere un montón.
Nos leemos luego. Los quiere.
–Vicky.
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En la misma habitación que el Diablo
Casuale-Cuidado, no es mala persona. Pero no sabe amar -fue esa su advertencia pero me deje llevar por el color tan raro de sus ojos. Cada palabra que decía la guardaba en una bóveda. No fue la única advertencia que me dieron pero igual caí por el. Ahora...