dejó que él la condujera hacia el sofá y la ayudara a sentarse. No era necesario pero le agradó que él lo hubiera hecho. Hasta parecía que estaban en medio de una cita romántica y él estaba actuando como el perfecto caballero.
«No es una cita, y menos una romántica», se recordó mientras se ubicaba en el centro del sofá junto a Frank, que ya se había dormido. Tampoco debía olvidar que, tal vez, todo aquello solo era parte del papel que Liam estaba cumpliendo frente a ella, solo estaba haciendo su trabajo, aunque este incluyera una cena con vino blanco y una película de terror de los años treinta.
Él se sentó junto a ella y _______ se movió inquieta en su lugar. En realidad, entre Liam y Frank no le quedaba mucho espacio disponible para moverse.
—¿Estás cómoda? —Una media sonrisa curvaba sus labios.
_______ asintió en silencio.
—Será mejor que empecemos a comer antes de que se enfríe. —Le entregó una porción de pizza a _______.
—Gracias —balbuceó ella y sujetó la porción con ambas manos.
—Espero que te guste la película que he elegido para esta noche. —Apoyó la espalda contra el sofá y estiró las piernas hacia adelante.
—Yo también lo espero —respondió ella y esbozó una sonrisa.
—Bien. —Tomó el control remoto, lo apuntó hacia la pantalla y la película comenzó a pasar.
_______ descubrió enseguida que se trataba de una de las tantas películas protagonizadas por Frank. M Karloff. Liam había elegido para esta ocasión, La momia.
—He visto otras versiones de esta misma película —comento ella después de darle un gran bocado a la pizza.
—Seguramente sí, pero solo son eso, versiones. —Sirvió el vino en las dos copas—. Ahora verás una verdadera obra maestra del gran cine de terror, aquel que no usaba los efectos especiales exagerados que se usan hoy y que terminan robando el protagonismo de los propios actores.
_______ sonrió. Realmente era un apasionado de aquellas películas. Podía comprender aquel sentimiento, porque a ella le pasaba lo mismo con las obras de arte. Tomó la copa que Liam le entregó y bebió un sorbo; el vino le hizo cosquillas en la garganta.
—Está delicioso.
—Sin duda lo está —comentó él y la miró. Los labios de _______ se habían humedecido por el vino y resultaban mucho más tentadores aún.
_______ miró hacia la pantalla, trató de concentrarse en la película y rogó, en silencio, que él hiciera lo mismo. Lanzó un ligero suspiro de alivio cuando por fin Liam apartó los ojos de su boca.
La película, como era de esperar, estaba en blanco y negro y estaba ambientada en Egipto en la década de los años veinte.
_______ observaba con atención.
Whemple, uno de los personajes que se veía en la pantalla, preso de la curiosidad y la codicia, abre el cofre que contiene el rollo de Thoth. Después de quitar la cinta roja que lo sujetaba desenvuelve el antiguo pergamino y así desafía a la maldición. Cuando comienza a leer aquellos jeroglíficos egipcios la momia de Im ho tep, que descansa en su sarcófago, abre sus ojos.
Liam notó que _______ se movía inquieta. Intentó no reírse y procuró seguir atento a la película.La momia no solo mueve sus ojos, ha separado los brazos del pecho y comienza a caminar hacia el hombre que, sin saberlo, la ha despertado de su sueño de más de tres mil años.
_______ dejó la porción de pizza sobre la caja, estaba empezando a perder el apetito.
La mano de la momia, lentamente se va acercando a su objetivo y cuando, por fin, logra alcanzarlo, el profanador comienza a gritar aterrado.
Liam observó a _______ por el rabillo del ojo. Sostenía la copa casi vacía de vino con las dos manos. Estaba inmóvil.
Los gritos luego se mezclan con fuertes carcajadas; el hombre ha perdido la razón y mientras continúa riendo la momia de Im ho tep desaparece del lugar.
—¿Estás bien? —preguntó Liam y se esforzó por no hacer algún comentario burlón.
_______ asintió mientras bebía el último resto de vino que le quedaba. Extendió la copa.
—Sírveme otra.
Liam obedeció y volvió a llenar con vino blanco su copa vacía.
_______ se lo bebió casi de un sorbo. Liam la miró asombrado.
Volvió a concentrarse en la película.
La pantalla mostraba el primer plano de la cara de Im ho tep, sus ojos sin vida reflejaban una luz aterradora. Un perro ladraba en medio de la noche al percibir su presencia.
_______ dio un salto cuando Frank comenzó a ladrar a su lado.
—¡Por Dios, Frank! —exclamó _______ y se llevó la mano al pecho.
Liam ya no pudo controlarse más y se echo a reír.
—¡Frank, no vuelvas a hacer eso! —lo regañó—. ¿No ves que _______ teme que la maldición de la momia pueda llegar hasta ella?
_______ le lanzó una mirada asesina y por un segundo, deseó tener el mismo brillo maligno de Im ho tep en los ojos para mostrarle lo enfadada que estaba.
—¡No es gracioso!
—¡Oh, sí lo es! —dijo y se mordió el labio—. Eres delicioso Francamente graciosa.
_______ dejó la copa sobre la mesa y buscó entretenerse acariciando la cabeza de Frank, que parecía estar más asustado que ella. Pero solo era consciente de que Liam la estaba mirando, de que la película seguía avanzando y de que ninguno de los dos le estaba prestando atención ya.
En el momento en que se inclino para besarla _______ volvió la cabeza hacia otro lado. Liam era demasiado encantador pero ella debía resistirse. La tomó de la barbilla para obligarla a mirarlo a los ojos, _______ dejó escapar un gemido que pretendía ser una protesta. Pero ambos sabían que no lo era. Debería apartarse, pero su cuerpo no parecía estar en sincronía con su sentido común.
La oposición, débil como era, cedió cuando sus labios entraron en contacto. Él aún mantenía sus dedos en la barbilla de _______ para obligarla a entreabrir su boca. Su lengua no cruzó el límite de la línea de sus dientes y solo acaricio el interior del labio inferior, pero _______ sintió que se hundía en un mar de deleite. La mano grande y fuerte de Liam se apoyó sobre su espalda para acercarla más a él.
La naturaleza tierna de aquel beso fue cambiando lentamente, se hizo más intenso y demandante. La mano que la sostenía por la parte trasera del cuello avanzó por debajo de su cabellera y se enredó en sus hebras para llevarle la cabeza hacia atrás.
—Eres increíblemente dulce, _______. Dulce y delicada —murmuró él contra su garganta. Su boca estaba tibia y dejó una huella de besos ardientes por la piel hasta el hueco de la clavícula. Liam alzó la cabeza para mirarla y ella trato de moverse.
_______ colocó las palmas de las manos contra el pecho fornido para alejarlo de ella.
—Liam... —Intentó recobrar el aliento para hablar con él. No iba a permitir que volviera a suceder.
—¿Qué pasa? —Clavó sus ojos verdes en los suyos.
—No... no voy a dejar que lo hagas de nuevo.
Él sabía con claridad de qué estaba hablando.
—No hablemos ahora —le dijo con la voz ronca—. Es tiempo de sentir, no de conversar....