*Narración de Papulince.*Leía tranquilamente un libro de los miles que habían en la biblioteca del palacio. Se sentía realmente cómodo estar acostado al lado de mi papu. Veía a veces de reojo como se aburría sin hacer nada, pero decidí no intervenir para darle un descanso mental. Sin embargo, él se lo había buscado solo. Sentí como me inspeccionaba para ver si había alguna reacción de mi parte, y sí la hubo. Era como si lo estuviera pidiendo a gritos... tan adorable. <;).
Lo miré directamente. No sé como pero se dió cuenta. Su expresión fue una de ligera sorpresa al entrar en contacto visual. Parecía tener algo de miedo en anticipación con lo que saldría de mi boca. Tal vez sobrepensaba demasiado mis comentarios gays. :V
—Quieres echar un vistazo? —Le pregunté, arreglé a propósito mi tono de voz para que sea ligeramente más grave y pegue más fuerte. xD.
—Soy demasiado basado como... —Empezó a decir él.
—"...para leer libros." Sí, ya me lo habías dicho cuando te mostré la biblioteca. —Reí un poco, no me equivocaba, no supe cómo pero lo recordaba bien. :V
Estuvo a punto de decir algo cuando ambos escuchamos que alguien golpeaba la puerta dos veces, la puerta de mí habitación. Grité "pase." Era el mayordomo de mi madre.
*Fin de la narración.*
*Narración de Panafresco.*
Estuve a punto de tirarle en la cara el mejor argumento de toda mi vida cuando fuí interrumpido por un hombre que se asomaba a la puerta de la habitación. Era un hombre alto y flaco, tenía un bigote bastante pronunciado, una pelada deslumbrante con escasos mechones de pelo corto a los costados de su cabeza y un traje bastante elegante.
—Disculpe, mi señor. Ha llegado su orden, la cama que usted pidió. —Dijo el que parecía ser el mayordomo. Se veía bastante fresco (o se vería si no fuera por ese peinado tan horroroso.)
—Gracias, pero... —Hice una pequeña pausa, pensando en lo que iba a decir luego, pero pensando con los pies al parecer. —Estaría bien si se la llevaran.
El señor sin más nada que decir se retiró. Y tan pronto como lo hizo sentí el peligro aproximandose. Ví como el príncipe se sentaba en su lugar y colocaba su cuerpo en el aire, ¡encima del mío! Se acercó y me susurró algo, mis oídos atentos. De hecho, todos mis sentidos, sensibles debido a que me sentía vulnerable como una presa.
—Osea que cambiaste de opinión... —Dijo el estúpido del príncipe con un tono de voz en el que no acostumbraba a hablar.
Estaba tan cerca que juraba sentir su respiración cálida chocando contra mi cuello y me sentí tan extraño, incómodo. Huí tan rápido como pude, corriendo hacia el mayordomo el cuál estaba apunto de salir del gigantesco comedor, empujando la cama en una especie de carreta tan grande como para un carruaje. Le grité fuertemente que se detenga, que me arrepentía. Ni siquiera le presté atención al hecho de que Luis se asomaba por la puerta de su habitación, presenciando todo el espectáculo con una sonrisa.
*Fin de la narración.*
*Pov del narrador.*
El príncipe Luis se asomaba por la puerta de su habitación. Le hubiera gustado, en verdad, la idea de aue lo hubiera dejado acercarse un poco más. Pero algo que guardaría en secreto es que lo había hecho a propósito para que su sirviente escapara, pues ya se imaginaba que era por la profundamente escondida alegría de sentirse seguro al fin. Pero también sabía que tarde o temprano se arrepentiría de sus palabras, así que más o menos le dió el empujón mientras no era muy tarde. No conocía esa faceta de él mismo, el de tener piedad, pero no siempre sería así. No iba a dejarlo vivir tan fácilmente.
———————☆
Y ahí termina el 1er día de nuestro querido Miguelito en el palacio. Lo que no sabe es que esto solo está comenzando...
Bye \(^♡^)/
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Mí señor...(Papulince x Panafresco)
FanfictionUn chico pobre llamado Miguel con falta de interacción social y de clase baja se entera un día, caminando por allí, los rumores de que la clase alta (osea, la realeza) busca desesperadamente a un sirviente para el caprichoso príncipe Luis. Si es que...