Cuando no sabes quién eres, es fácil vivir en un mundo lleno de... mentiras. Pero es peor amar a alguien que no sabe quién es, ni lo que quiere. A través del dolor aprendes que los cambios no solo deben ocurrir en la mente, o en el corazón. También...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No se olviden de votar y comentar, recuerden que es lo que me motiva a seguir adelante con esta historia 😘.
**********
Jamás creyó que alguna vez pensaría algo tan tonto, pero extrañaba el invierno de Nueva York. Por supuesto, en L.A. el viento aún era lo bastante helado como para tener que usar una chaqueta, sobre todo por la mañana y la tarde-noche, pero no era ni de lejos paralizante como los gélidos vientos de la gran manzana.
Ahora bien, lo que definitivamente no extrañaba era la nieve. Eso podría desaparecer para siempre. Muchas personas estaban enamoradas de las imágenes llenas de paisajes nevados de Nueva York; lo que no sabían es que en realidad esos paisajes eran más mentira que verdad. Solo aquellos que habían estado en la ciudad, viendo las aceras llenas de una mezcla de nieve sucia, basura y lodo, entendían que a veces la realidad era demasiado deprimente.
Entonces, tal vez no era el clima lo que echaba de menos, sino la distancia, el espejismo de libertad que había dejado en la costa este. En cambio estaba atrapado en la otra punta del país, viviendo un infierno en vida. ¿Estaba pagando alguna especie de penitencia?
¡Por supuesto! Un castigo por su estupidez.
Mordió su labio inferior con algo de saña, para ahogar su enojo. También para reprimir los recuerdos de la noche anterior, aunque esto último fue casi imposible. Sin importar cuánto lo intentara, los recuerdos seguían volviendo; las sensaciones lo hacían querer esconderse en un callejón, abrazarse a sí mismo y desaparecer. Porque...blyad.
Su relación con Harry Brixton nunca fue amistosa. Desde el momento en que Alaric prácticamente lo empujó en su dirección sin darle la oportunidad real de oponerse, habían estado condenados a detestarse un poco. Y no iba a mentir, nunca se lo puso fácil al jodido Harry. Desde el principio trató de mantener una línea clara que no debía ser cruzada por nada del mundo.
Harry tomó esa línea como una especie de reto, queriendo romperla con tanta frecuencia que era cada vez más difícil mantenerse firme y no ceder a la necesidad de hacerle daño. O la necesidad de rendirse a...el punto es que eso solo le añadió un grado más de estrés a sus interacciones.
Sin embargo, durante años Matvey pudo controlarlo, a la situación y en cierto modo al mismo Harry. Lo cual dejó de ser así hace unos meses, cuando Alaric permitió que Brixton se involucrara en la operación para detener a Dornan Lockley y su red criminal en la costa este.
Cuando se enteró de que su pesadilla personal era parte de dicha operación, Matvey supo que el momento que había estado temiendo desde que conoció a ese hombre de ojos azules con todas las banderas rojas a su alrededor, había llegado. Porque después de todo, Harry Brixton era solo una parte de un todo; el hombre que había sido obligado a ocultarse bajo ese caparazón en un intento de autoconservación, había empezado a despertar.
El problema es que después de años fingiendo ser alguien más, Harry se había creído esa identidad, aún a través de las grietas evidentes, aún a través de la melancolía. Debajo de esa fachada, puede que aún se encontrara un Jessa Hollander que estaba confundido, que no sabía muy bien lo que estaba pasando.
