El camino hacia la casa de Salazar fue largo. Al menos los hombres encargados de recogerlo eran del tipo silenciosos, nada de pláticas de imbéciles tratando de alardear o de sacarlo de quicio. Así que pudo tomarse el tiempo que duró el viaje, para centrarse y asentarse en su papel de Jett. Le costó un poco más de la cuenta, y sabía que eso se debía a su mala noche de sueño, sin mencionar que estaba un poco molesto por no haber tenido más que una taza de café. Necesitaba como mínimo otras dos, bien cargadas para que se sintiera menos propenso a meterle un puñetazo a alguien.
Su humor también había decaído un poco luego de contarle a Matvey sobre la invitación de Killian. El ruso no había estado feliz como esperaba. Y de hecho trató de persuadirlo para llevarlo de todos modos, aun cuando resultaba evidente que lo mejor era si seguían el juego de Killian para darle la falsa sensación de que tenía el control.
—No confío en ti a solas con ese tipo— esa declaración dicha con un tono bajo y peligroso, había tocado una fibra sensible, le había sentado mal.
No tenía la esperanza de un día de verdad agradarle del todo a Matvey Petrov, porque habían sido años de animosidad y convivencia forzada como para que surgiera algún tipo de camaradería entre ellos. Sin embargo, una parte ilusa de él esperaba que esta vez, ya que estaban trabajando más juntos que nunca con su pellejo en juego, podrían hacer una tregua y apoyarse el uno al otro.
Bueno, las palabras de Matvey esa mañana habían asentado la realidad sobre Harry como un puñetazo. Es como si tratara de restregarle en la cara su casi crisis de la madrugada. Como si pensara que Harry era tan estúpido y poco profesional para ir hasta Killian y bajarse los pantalones frente a él solo porque sí.
Matvey seguía juzgándolo por lo que pasó con Jude, por la manera en que decidió ir en contra de las órdenes para lograr mantenerlo con vida. ¡Eran situaciones totalmente diferentes! Jude era su hermano, su gemelo, tenía una deuda inmensa con él, no era lo mismo que con Killian. Quiso gritarle eso, pero se encontró incapaz de hacerlo. Y en cambio, terminó guardando silencio, demasiado enojado y...herido, para que sus palabras funcionaran.
En verdad no entendía por qué Alaric lo emparejó con Matvey de esta manera. El maldito hombre sabía que ellos no congeniaban demasiado bien.
El daño ya estaba hecho de todos modos. Y cambiar los planes de manera tan drástica a esa altura, sería más riesgo que beneficio. Lo sabía de sobra. Es solo que no sabía cuánto de eso sería capaz de soportar antes de perder los nervios.
El cambio de panorama lo alejó de sus pensamientos, se sentó más recto en cuanto la lujosa camioneta negra en la que viajaba se desvió de la carretera principal para tomar una un poco más estrecha que los llevaba por una sinuosa colina serpenteante. Era un camino largo y solitario, de seguro privado. No se equivocó, lo supo cuando varios minutos después, luego de una curva pudo ver cómo se alzaba una edificación en lo que parecía ser la cima de la colina.
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Metanoia (Love & Pain #1)©
RomansaCuando no sabes quién eres, es fácil vivir en un mundo lleno de... mentiras. Pero es peor amar a alguien que no sabe quién es, ni lo que quiere. A través del dolor aprendes que los cambios no solo deben ocurrir en la mente, o en el corazón. También...