Naruto corría por las calles, con su mochila rebotando contra su espalda a cada zancada. Estaba molesto consigo mismo por haberse quedado dormido una vez más. El sol ya estaba alto en el cielo, proyectando largas sombras sobre el pavimento mientras él se apresuraba a alcanzarlo.
Su mente ya estaba llena de pensamientos sobre el día que tenía por delante: clases a las que asistir, entrenamiento de baloncesto que superar y, tal vez, un sermón de Hinata sobre la puntualidad esperándole en el colegio. Realmente no podía permitirse llegar tarde, no cuando ya había sido advertido de su impuntualidad en numerosas ocasiones.
Con un resorte en su paso y la determinación ardiendo en su pecho, Naruto se empujó a sí mismo para correr más rápido, sus pies golpeando contra el concreto mientras doblaba la última esquina y divisaba las puertas de la escuela en la distancia. Estaba decidido a llegar a tiempo, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.
Mientras Naruto avanzaba por las concurridas calles, no pudo evitar una serie de divertidos encuentros que parecían conspirar contra su llegada puntual a la escuela.
Primero, un perro travieso salió corriendo de un callejón, persiguiendo a Naruto con energía ilimitada, con la lengua fuera en una sonrisa juguetona. Naruto se sorprendió al principio, pero rápidamente se rió al esquivar al juguetón cachorro, zigzagueando entre la multitud de peatones con agilidad.
A continuación, un artista callejero vestido de payaso apareció de repente, haciendo malabares con bolas de colores brillantes en un espectáculo fascinante. Naruto no pudo resistir la tentación de detenerse un momento a observar, riendo junto con la multitud mientras el payaso respondía con una teatral reverencia.
Justo cuando Naruto pensaba que había terminado con las distracciones, se encontró con un grupo de niños jugando a una animada rayuela. No pudo resistirse a participar, saltando de casilla en casilla con gusto, con sus risas resonando en el aire fresco de la mañana.
A pesar de los retrasos, Naruto seguía de buen humor mientras continuaba su camino a la escuela. Cada encuentro inesperado le servía de recordatorio para abrazar la alegría y la espontaneidad de los momentos impredecibles de la vida.
Naruto hizo una última carrera a través de las puertas de la escuela justo cuando la ceremonia de apertura estaba a punto de comenzar. Estaba sin aliento por su improvisado sprint y miró alrededor del ajetreado patio en busca de alguna señal de Hinata, con la esperanza de vislumbrarla antes de que comenzara la ceremonia.
Naruto divisó a Hinata cerca de la entrada del vestíbulo principal y se abrió paso entre la multitud, zigzagueando entre los grupos de estudiantes y los miembros del personal con práctica facilidad. A medida que se acercaba, notó que los ojos de Hinata se iluminaban con alivio y diversión ante su dramática entrada.
"¡Siento llegar tarde!" dijo Naruto, sin aliento, y le dedicó a Hinata una sonrisa tímida mientras se ponía a su lado. "Me despisté un poco de camino hacia aquí".
Hinata rió entre dientes y le dirigió una mirada cariñosa. "No pasa nada, Naruto. Al menos has llegado a tiempo para la ceremonia".
Asintiendo, Naruto enderezó su postura, preparándose para los procedimientos formales que se avecinaban. Cuando comenzó la ceremonia de apertura, echó un rápido vistazo al patio, viendo las caras de sus compañeros y los puntos de referencia familiares de los terrenos de la escuela.
Con un sentimiento de emoción en el aire, Naruto esperaba con ansias el año que se avecinaba. Sabía que podía contar con el apoyo de sus amigos y que las nuevas experiencias le mantendrían alerta.
La voz del director resonó por todo el patio, y la atención de Naruto se dirigió inmediatamente al escenario donde se encontraba el director. Se sorprendió al oír que dos nuevos estudiantes se unían a la escuela, y las palabras del director adquirieron un gran significado cuando describió a estos recién llegados como prodigios del baloncesto, otorgándoles el prestigioso título de la Generación de los Milagros.
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Naruto - El milagro olvidado
De TodoNaruto Uzumaki, un joven con problemas personales, descubre su pasión por el baloncesto tras ver un apasionante vídeo. Ingresa en el Instituto Teikō con el objetivo de convertirse en una leyenda del baloncesto, uniéndose a la legendaria Generación d...