Peleas infernales

Los Celos

Nova había descubierto la verdad sobre Sofía y su venganza contra Ross. Ahora quería saber más sobre su pasado.

Ross aceptó contarle todo.

—Sofía y yo nos conocimos en la universidad —empezó—. Éramos jóvenes y enamorados.

Nova escuchó atentamente.

—Parecía perfecto al principio —continuó Ross—. Pero pronto me di cuenta de que Sofía tenía problemas de celos.

—¿Celos? —preguntó Nova.

Ross asintió.

—Sí, era posesiva y controladora. No podía soportar que yo tuviera amigos o familiares cercanos.

Nova se sorprendió.

—¿Y tú la soportaste? —preguntó.

Ross suspiró.

—La amaba, Nova. Pensé que podía cambiarla.

Pero Sofía empeoró con el tiempo.

—Empezó a seguirme, a espiarme —dijo Ross—. No podía trabajar ni salir con amigos sin que ella me llamara cada cinco minutos.

Nova se enfureció.

—Eso es abuso —dijo.

Ross asintió.

—Lo sé ahora. Pero entonces no sabía cómo salir de la relación.

Un día, Ross descubrió que Sofía había destruido su proyecto de tesis.

—Eso fue el límite —dijo—. La dejé.

Sofía se volvió loca de rabia.

—Me amenazó, me acosó —dijo Ross—. Tuve que cambiar de número de teléfono y dirección.

Nova se sintió horrorizada.

—Lo siento, Ross —dijo—. No sabía.

Ross la miró.

—No te preocupes, Nova —dijo—. Estoy libre de ella ahora.

Pero Nova sabía que la historia no había terminado.

—Todavía hay que hacer justicia —dijo.

Ross sonrió.

—Gracias, Nova. Tú eres mi justicia.

Nova y Ross estaban sentados en un café, hablando sobre su pasado.

—Ross, tengo que contarte algo —dijo Nova.

Ross se inclinó hacia adelante.

—¿Qué es? —preguntó.

Nova respiró hondo.

—Sofía me confesó que te dejó las pruebas falsas en tu casa —dijo.

Ross se enfureció

—Esa mujer es peligrosa —dijo.

Nova asintió.

— ella me odiaba, por no ser perfecto y claro que no lo era pero no era para tanto de vengarse de mí e inculparme de un accidente sabiendo que Axel era mi mejor amigo.