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Vivió una vida larga... Llena de arrepentimiento y dolor... Obtuvo lo que quería, Obtuvo el poder que anhelaba... Pero a un gran preció que se lamentaba cada día, si no hubiera tomado las decisiones tal vez no hubie...
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Leona corrió hacia la fuente de agua sudando frío viendo el lugar, observó a su suegro jugando ajedrez con otros ancianos haciéndole carrilla de que va a hacer bisabuelo muy pronto y a la gran chamana de la tribu regañando a su nieta por quedarse dormida, también vio a las grandes liebres de tamaño de vacas siendo esquiladas por su pelaje como ovejas mientras eran mimadas por sus cuidadores y a los jóvenes cachorros jugar con un escarabajo y abejitas sin aguijón del tamaño de un perro, está devuelta en el territorio Ultraterra, uno de las pocos lugares donde es habitado por la Mega-Fauna y la Mega-Flora puede existir.
-Esto... Esto no es posible...- Masculló Leona impresionado de lo que veía a su alrededor, así como su reflejo en la fuente.
Otra vez volvió a su "yo" de 25 años, sin arrugas, sin marcas de sus batallas, aun tiene su ojo izquierdo y el rostro limpio de marcas, excepto por una pequeña una cicatriz delgada que va desde su ceja izquierda hasta su mejilla pasando justo por sobre su ojo, la cicatriz que su padre le hizo el día que lo desterró al desierto siendo solo un niño.
-Esto... Esto no puede ser... Nadie puede ir al pasado, a menos que...- Hay Leona se silencio a sí mismo, recordando esa conversación con la entidad en la oscuridad que parecía retarlo -No era un delirio por estar muriéndome... Fue real- Masculló de nuevo el hombre león para sí mismo.
-¿Líder Leona?- Llamó otra voz que no creyó que volvería a escuchar, al girarse a su derecha, encontrándose con Jack Howl, un hombre lobo de ojos dorados, piel morena y pelaje blanco que lo miraba con preocupación, el mejor cazador de la tributo después de él -¿Líder se encuentra bien? Parece enfermo- Volvió a preguntar genuinamente preocupada por su jefe.
-Jack... Si... Estoy bien solo... Solo estoy algo alterado- Dijo intentando desviar la atención de él, aún recuerda a Jack... Cuando él y su grupo de caza fueron por la última temporada de cacería, encontraron todo hecho un mar de llamas y sangre, la guardia real no tuvo piedad de nadie... Ni de los niños, ni ancianos... Ni de su mujer, solo él, Ruggie, Jack y otros 5 cazadores quedaron de la tribu de los Colmillos Blancos...
-Sep, otra vez soñó con el ave gigante comiendo un cachorro de león- Dijo Ruggie que estaba ahí con la lanza de leona y su cuenco de guiso -Dale espacio grandulón, aunque no quiera admitirlo está muy asustado de ser padre~- Bromeó la hiena divertida
Jack aun no estaba convencido de que su jefe estuviera del todo bien, sin embargo decidió darle espacio a Leona como sugirió Ruggie, la hiena se le quedó mirando a su jefe mientras le ofrecía el cuenco de comida y el león un poco con duda lo tomo para comer el desayuno.
-Y dime.... ¿Esa deidad también se burló o fue más respetuosa contigo?- Pregunto Ruggie como si nada, haciendo que Leona se atragantara y comenzara a toser con fuerza -Sep, yo también estuve ahí, un sarcástico ese tipo o tipa ¿No crees?- Agrego conteniendo la risa de ver la cara de espanto de Leona.
-Ruggie... Tu... ¿Tu de verdad recuerdas todo lo que pasó?- Preguntó Leona aun estado de estupor -Lo recuerdas todo.... ¿Y aún así estás aquí?- Volvió a preguntar sin creerse el nivel de lealtad de la hiena.
