Prólogo

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Eran muy pequeños cuando sus caminos tomaron rumbos diferentes, Katsuki poco a poco entendió que Izuku era el Omega que su alfa deseaba y con esa revelación llegó la cruel realidad pues no había esperanza de que el Omega volviera a Japón alguna vez.

Aquel sentimiento nunca se fue del todo de su corazón, aprendió a vivir con ello y así siguió su camino, se graduó con honores de la UA y apenas a un año de su debut ya era uno de los héroes más aclamados, con la fama vinieron la prensa, las fiestas y los excesos.

En una de esas fiestas la conoció, a una Omega de cabellos rubios como oro y ojos de un azul cielo hermoso, ella era dulce y encantadora y le daba paz a su turbulento corazón.

Se enamoro de ella sin remedio y de ese amor su semilla fue plantada en el vientre de la Omega y la noticia recibida con algarabía, sus amigos y familia estaban encantados con aquella unión, eran una linda pareja que aunque jóvenes ya estaban formando su futuro juntos

Y un día la magia se esfumó, el día del parto se adelantó y aunque había miedo, estaba la esperanza de que todo saldría bien, sin embargo un pequeño temblor en su corazón le decía que no sería así.

El pequeño Kasuki nació, hermoso y fuerte, su Omega lo pudo ver y entonces cuando se lo llevaron para pesarlo y limpiarlo el corazón de ella se detuvo, los médicos hicieron todo lo que podían, pronto la hemorragia comenzó y todo se volvió un caos.

Sacaron a Katsuki del quirófano, el cenizo lloraba en brazos de sus padres, sus amigos veían como alguien tan rudo e imponente se desmoronaba sin importarle que ellos lo veían.

Ella no lo logro y el no entendía como debía seguir adelante, debía hacerlo lo sabía pues su bebé lo necesitaba, sin embargo los primeros meses fueron brutales para él

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—Mira papá— Kasuki dibujaba en una hoja mientras esperaba que su papá terminará su papeleo, Katsuki solía llevarlo a la agencia los días que no tenía mucho que hacer y a su hijo le gustaba.

Katsuki había olvidado que ese día llegaría Izuku pues recién se había transferido a Japón y se entrevistaría para poder trabajar en esa agencia.

—Bro— Eijiro se asomo en la puerta y sintió cuando Kasuki grito emocionado al verlo— hola mini bro— sonrió alborotando los cabellos del pequeño— oye Kats, Midoriya está aquí esperando por su entrevista.

Katsuki casi se atraganta al escuchar aquel apellido

—Si que pase— murmuró— podrías cuidar de Suki un momento— pidió

Eijiro asintió dejando pasar a Izuku antes de acercarse otra vez al pequeño cenizo.

Kasuki sintió el aroma mantequilla y naranja que acompañaba al héroe que entro y se levantó corriendo

—Hola— grito emocionado abrazándose a la pierna de Izuku que se sorprendió al ver al pequeño

—Hola corazoncito— saludo agachándose para ver al pequeño— oye que guapo hombresito, eres idéntico a tu papá cuando era pequeño, soy Izuku y tú?

—Zuzu— sonrió— papá me dice Suki— murmuró apenado viendo al bonito Omega— tienes puntitos en tu nariz

Izuku soltó una risita y asintió

—Son pecas, un gusto conocerte Suki, eres heroe aquí?— pregunto

—No, solo acompaño a papá— sonrió el pequeño

Katsuki observaba perdido en el cuadro como su hijo hablaba con Izuku y como el peliverde le trataba, descubrió en ese momento que su amor jamás se había ido.

Izuku se levantó y miro a Katsuki antes de sonreír con emoción

—Hola Kacchan, me alegra tanto verte de nuevo— sonrió antes de bajar la vista de nuevo al pequeño que se aferró a su mano antes de alzar sus brazos pidiendo que lo alzará, Izuku miro a Katsuki con la pregunta en su rostro— puedo?

—Si claro— acepto Kats observando a su hijo, pocas veces Suki aceptaba contacto con otros que no fueran Mina, Denki, Eijiro, Hanta, Jiro, sus padres y los de Kira.

Izuku sostuvo al pequeño que se negó a bajarse de la comodidad del abrazo de Izuku, respondió las preguntas de Katsuki y sonrió cuando el cenizo le dijo que sería un placer que formara parte de su agencia.

—Lamento si te incomodo— murmuró tomando de los brazos de Izuku a un Suki profundamente dormido.

—No te preocupes adoro a los niños— le dijo Izuku con suavidad antes de dejar un beso en la frente de Suki y despedirse de Kats.

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—Veremos a Zuzu hoy?— pregunto Suki emocionado— quiero verlo— soltó casi al borde de las lágrimas.

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