[8] Nosotros

599 81 6
                                    


— estás en mi casa, en mi cama, con mi ropa, crees que diré que no?, la pregunta es, tu me quieres en la tuya?—Observo como los ojos de Izuku reflejaban una pequeña sombra de miedo antes de volverse dulces de nuevo.

—Vuelve bien a casa de esta misión y te responderé— murmuró con suavidad—Esta bien que me tomé unos días? Crees que mi jefe se moleste si me quedo en casa con mi bebé?

Katsuki sintió que Izuku sabía las palabras correctas para hacerlo temblar de emociones, se fijo en la forma en que el Omega miro a su hijo y paso con suavidad su mano por los cabellos del pequeño.

—Si aceptas una cita con tu jefe cuando vuelva de su misión entonces creo que no tendrás problemas por faltar— respondió Katsuki

—Una cita? No será extraño que salga con el jefe?— comento riendo— a dónde iremos Kacchan?

—Sera sorpresa— sonrió— pero creo que te gustará, una vez hace mucho me dijiste que te gustaría ir ahí.

—Hablas de cuando teníamos doce? Aún recuerdas?— pregunto curioso— mencione muchos lugares, también recuerdo que mi momento favorito era cuando mamá visitaba a tía Mitsuki y me dejabas dormir en tu cama

—Apenas te acostabas y ya estabas durmiendo— sonrió Katsuki— nunca entendí por qué, también cuando estabas conmigo solías bostezar mucho

—Es que tu cama olía a ti—le dijo Izuku como si fuera lo más obvio—Pino, menta y el aroma a quemado que surgió con tu quirk, tu aroma en si me daba sueño— murmuró— pero no pienses mal, es que me sentía tan seguro cuando olía a ti que podía dormir sin miedo, en ese entonces me aterraba la oscuridad.

—Y ahora sigue dándote sueño?— pregunto Katsuki con curiosidad. Se sentía feliz de saber que su aroma le daba paz a Izuku

—Mmm, no hemos pasado mucho tiempo juntos, pero me sigue pareciendo un aroma que me da paz, aquí por ejemplo, mezclado con el aroma de Suki se siente como casa y me siento tranquilo— suspiro un poco y con una sonrisa un poco pícara volvió a hablar—apuesto que no solo me hará sentir en casa

—Juegas con fuego— solto Katsuki al sentir el aroma más dulce de Izuku

—Es mi naturaleza— murmuró alzando su mano y dejando que una flama danzara— tienes algún rastreador? Necesito saber si en algún momento vas a necesitar que vaya a rescatarte, no quiero que me falles en nuestra primer cita

Katsuki comenzó a reír y negó, se sentía tan natural como pasaban de un tema a otro y de pronto también aparecían esos coqueteos de parte de Izuku que le hacían sentir algo perdido.

—No llegaré tarde lo prometo, no tengo ningún rastreador que pueda dejarte, no estoy  acostumbrado a ello— explico

—Tengo unos en mi departamento, son pequeños y cómodos, no te estorbaran— comento Izuku mirando al cenizo con cierta pena— pero si no quieres está bien.

—Te sentirás más tranquilo si lo uso?— pregunto Katsuki

—si, eres el héroe número uno de Japón, cualquiera querría hacerte daño, al menos cuando tengas una misión así me hará sentir más tranquilo que estás bien— susurro

—Ok, entonces lo usaré lo prometo— acepto Katsuki

Siguieron hablando por más tiempo, contando pequeñas anécdotas y experiencias de sus tiempos de infancia y de los años que no se vieron.

En algún momento el sueño venció a Izuku y Katsuki se quedó ahí en la cama recostado viendo como Suki se aferraba a Izuku mientras él lo abrazaba, realmente se sentía tan correcto todo, como si siempre debió ser Izuku y por ello en años ni él ni su cachorro se sintieron cómodos con otro Omega.

Se levantó tratando de no hacer ruido y salió a la cocina, sirvió un poco de agua helada en un vaso y bebió de a pocos, su vida cambio en un par de semanas de manera tan rápida y sin embargo estaba bien.

Quería más de esos momentos en casa, sentir a su familia con él, que alguien se preocupe de la manera en que Izuku lo hizo momentos atra, que Suki se sienta seguro.

—Una moneda por cada pensamiento— hablo Izuku desde la puerta— hueles curioso— se acercó lentamente hasta quedar frente al alfa— estás bien?

—Es que nunca había imaginado la falta que me hacía sentir mi hogar completo hasta que llegaste— respondio, dejo el vaso en la encimera y luego atrapó a Izuku para pegarlo a él, encajaba perfecto en sus brazos, como si estuviera hecho solamente para él, se inclino y paseo su nariz por la mandíbula del Omega hasta llegar a su oído y luego desviarse a su cuello, el aroma a mantequilla y naranja era cálido y delicioso, gruñó un poco cuando llegó a la base del cuello justo sobre la zona en que una de las glándulas de olor estaba, el aroma era más concentrado—Como pasaré cuatro días sin tu aroma?

Izuku tenía sus manos en los hombros de Katsuki mientras dejaba que el alfa hiciera lo que quisiera con él, soltó una risita baja cuando escucho lo que dijo.

Se movió pegando su mejilla al pecho de Katsuki comenzando a frotarla contra él, su aroma era más concentrado, pego su cuerpo tanto como pudo al cenizo impregnando con su aroma al contrario

—Esta bien así?— pregunto suavemente.

Katsuki no respondió, se movió y lo beso con deseo, sus manos aferradas a la cadera de Izuku lo alzaron haciendo que el Omega enrede sus piernas a su alrededor, avanzo unos pasos hasta la isla de la cocina y lo coloco ahí, el beso se volvía cada vez más demandante y necesitado , cuando el aire faltó y se tuvieron que separar, Katsuki pego su frente a la de Izuku, deseaba tocarlo más, probar más y descubrir lo que la ropa cubría pero se detuvo.

Izuku respiraba con pesadez, su mano estaba en la mejilla del alfa, su pulgar delineó los labios contrarios y sonrió un poco, él también deseaba más pero Suki estaba en casa y despertaría en cualquier momento con lo incómodo que estaba con la manifestación de su quirk

—Te comeré cuando vuelva— aseguro Katsuki haciendo reír una vez más a Izuku.

—Que sea una promesa mi Kacchan— pidió

☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.

Por la mañana desayunaron los tres juntos y luego Katsuki acompaño a Izuku a su departamento para preparar sus cosas, llevo una maleta al auto y volvieron al hogar de Katsuki.

Cómo si no fuera la primera vez, Izuku ayudo a Katsuki a armar su maleta y luego preparo un vento y justo antes de salir del departamento dejo en las manos del cenizo una cajita, eran pequeños rastreadores que usaban en Londres los más altos mandos, discretos y que no podían ser rastreados con un detector, tampoco su señal podía ser interrumpida por ningún aparato.

—Estare bien— aseguro Katsuki dejando un beso suave en los labios de Izuku y luego viendo a Suki que llegó listo para ir a dejarlo con su mamá a la agencia— cuidas a mamá y te portas bien.

—Si— sonrió Suki tomando la mano de Izuku— atrapa a los malos papá

Llegar a la agencia los tres juntos fue curioso para muchos, además que el aroma de Kats estaba muy presente en el Omega y el de este en el alfa.

—Hola—saludo Shoto acercándose a Izuku que sostenía a Suki mientras esperaba a Katsuki que preparaba su traje— así que el corazón roto se está reparando?

—Si, eso parece— respondió Izuku— cuídate también Shoto.

—Lo haré, estaremos bien, Katsuki es un gran héroe— le recordó Shoto sintiendo los nervios de Izuku en el aroma de este

—Lo se, se que lo es—acepto viendo al cenizo ir hasta ellos.

—Cuidense—pidio Katsuki dejando un beso en los labios de Izuku y uno en la frente de Suki— nos vemos en un par de días.

Es Mamá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora