[10] Sentimientos reales

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La misión se demoró en total diez días, para el día final cuando les dieron bandera blanca para atacar y desmantelar el grupo delictivo Katsuki estaba ya hecho una fiera

Su carácter de por si bastante voluble estaba en su límite, atacó sin piedad a los villanos, salvo uno que se escapó, nadie supo que el Omega del líder de aquel grupo había salido a tiempo, el alfa había quedado bastante mal herido, nada que con un tiempo en el hospital de la prisión no se arreglará

—Al fin somos libres— soltó Hanta cuando regresaban a Musutafu, llegarían a plena madrugada.

—Dormire por una semana— soltó Shinso bostezando — no vayan a molestarme hasta que al fin mi cuerpo se reponga.

—Como si quisiera verte más tiempo— bromeo Hanta recargandose en Shoto que ya pestañeaba de cansancio

—Al menos ustedes dos se dieron sus momentos de liberación— atacó Shinso— que creen que son silenciosos? La siguiente vez comprare tapones

—Casi los explotó la última noche— señalo Katsuki

—Se llama envidia— hablo al fin Shoto haciendo reír a Hanta— al menos a Kats y a Eijiro lo esperan en casa, pobre de ti Shinso que estás solo con tus gatos

—Quien dice que nadie me espera?— comento el malva llamando la atención de los demas— pero ahorita estoy muerto en serio, además aún no sana la herida en mi costado. Cómo va la tuya Kats?

—Tendre que ir al hospital mañana, ojalá Izuku no se enoje al verla— señalo— palmeando su costado donde una vara metálica había atravesado, le curaron tanto como fue posible pero con sus otras heridas, forzar su cuerpo para recuperarse sería contraproducente

—Vaya que raro es que tengas a quien te controle— comento Shoto— y que tú te dejes

Katsuki soltó una risita y miro por el ventanal.

—Siempre ha sido así, nunca he podido decirle que no a Izuku, cuando éramos pequeños solía regañarme por ser demasiado duro con otros niños o muy imprudente— les dijo—es como si él fuera la lámpara y yo solo un mosquito a su alrededor, incluso fue idea suya este traje, fue lo último que discutimos antes de alejarnos

—De verdad, parece que conocía bien tu quirk— murmuró Eijiro

—Lo hace, Izuku es una mente brillante que adora analizar quirk, sus análisis son tan perfectos que con solo verte luchar un par de veces puede prevenir tus movimientos de manera acertada y tomar ventaja de ello, es alguien que por suerte no escogió ser un villano o nadie podría contra él— había una nota de orgullo en aquellas palabras que hizo que los chicos sonrieran, pocas veces Katsuki hablaba de esa forma de alguien, con tanta veneración.

El resto del trayecto Katsuki se perdió en sus recuerdos.

**FlashBack**
Recordaba aquel día cuando el examen de castas llegó, Katsuki deseaba con fervor que su hoja dijera Alfa.

Para todos era evidente su casta, con lo voluble y mal humorado que era, además del aroma que comenzaba a surgir de él eran claramente indicios de que será un alfa.

La revisión se hacía entre los 12-14 años que era la edad en que la casta se revelaba, ese día espero a que Izuku llegará a la escuela, pero no se presentó, ni al día siguiente así que al final del tercer día de la ausencia de Izuku decidió ir a su hogar.

—Hola Katsuki, lo siento pero no puedo dejar que veas a Izuku— murmuró Inko con suavidad— su casta se ha revelado y no creo que sea buena idea que estén juntos en este momento.

Katsuki asintió sabiendo que era por seguridad de ambos, no quería despertar su primer celo ahí fuera de su hogar y lastimar a alguien.

De igual manera volvió cada dia por una semana, llevaba dulces, flores y comida para Izuku, Inko los recibía y le agradecía por la dedicación. Izuku paso dos semanas más en casa por su aroma que aún no se regulaba y cuando al fin le permitieron a Katsuki verlo ya había pasado casi un mes.

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