Capitulo Final

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Narra Zack

Salimos de la cueva con Alice tambaleante a mi lado, aún en estado de shock. Pero en cuanto respiramos el aire fresco del bosque, algo en ella cambió; miró alrededor con una determinación renovada, como si comprendiera que la batalla no había terminado. Natalie lideraba el camino de regreso al claro, guiando con precisión y rapidez, pero entonces, Alice se detuvo en seco, jalándome del brazo.

—Zack… los niños. Todavía están aquí —murmuró, mirando hacia un sendero que se adentraba en la espesura.

Roger se giró, su rostro pálido.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—No lo sé, solo… lo siento. Es como si estuvieran llamándome —respondió Alice, con los ojos fijos en la distancia.

Natalie, que había escuchado, asintió. Su mirada reflejaba esa extraña conexión que parecía tener con los misterios del bosque.

—Si sientes eso, es porque es verdad —dijo ella—. Algo no nos ha dejado ir. No están todos a salvo.

Aunque el instinto me decía que debíamos irnos, que habíamos logrado lo suficiente, no podía ignorar la mirada de Alice. Sabía que algo la empujaba a regresar. Sin dudarlo, los seguimos, dejando atrás la cueva y adentrándonos de nuevo en la oscuridad.

Hannah

Mis manos temblaban, pero una sensación de calma se apoderó de mí al ver la determinación en los rostros de Zack y Alice. Algo me decía que esto era parte del plan que el bosque mismo había trazado para nosotros, que aún quedaba algo importante por hacer.

Al internarnos en el sendero, el bosque parecía abrirse hacia un nuevo claro. La luna llena iluminaba una serie de figuras pequeñas, inmóviles, esparcidas en el suelo. Me tomó un segundo comprender lo que estaba viendo. Eran niños, envueltos en una especie de trance, como si durmieran. Al acercarnos, uno de ellos abrió los ojos, mirándonos sin comprender.

—¿Están… dormidos? —pregunté en un susurro, sin poder creerlo.

—Están atrapados —dijo Natalie, su voz grave—. Pero ahora que hemos roto el ritual, su vínculo con el bosque se está debilitando. Podemos sacarlos de aquí.

Roger y los demás oficiales comenzaron a despertar a los niños, susurrando palabras tranquilizadoras mientras los levantaban del suelo. Uno a uno, comenzaron a abrir los ojos, algunos llorando, otros simplemente confundidos. Era como si estuvieran despertando de una pesadilla.

Entre los niños, Alice reconoció a una niña pequeña que había desaparecido semanas atrás. La abrazó, susurrándole que todo estaría bien. Zack me miró, sus ojos llenos de alivio y algo más, algo que no habíamos sentido en días: esperanza.

Finalmente, cuando todos estaban en pie, Natalie nos guió de regreso al borde del bosque. Con cada paso que dábamos, sentía que la oscuridad que nos había envuelto se desvanecía, como si el bosque nos estuviera liberando. Al cruzar el límite de los árboles, el susurro inquietante desapareció por completo, dejando solo el sonido tranquilo de la noche.

Narra Roger

De regreso en la comisaría, el ambiente era diferente, como si una nube pesada hubiera sido retirada. Los padres de los niños que habíamos rescatado llegaron, abrazando y agradeciendo entre lágrimas y sollozos. Mientras observaba esa escena de alivio y alegría, miré a Natalie, quien observaba en silencio, con una leve sonrisa de satisfacción.

Sabía que ella había arriesgado mucho por todos nosotros, y aunque el peligro parecía haber terminado, algo en sus ojos me decía que aún vigilaba, aún estaba alerta. Natalie se acercó a mí y me susurró:

—Lo que vimos en el bosque… no desaparecerá. Solo lo hemos contenido. Pero ahora, ellos están a salvo, y nosotros debemos asegurarnos de que el peligro no vuelva.

Asentí, sabiendo que nunca vería el bosque de la misma forma.

Narra Hannah

Después de que todo el mundo se fue, quedamos los cuatro afuera de la comisaría, bajo el cielo despejado. Miré a Zack, a Alice, y finalmente a Roger, todos con el mismo pensamiento en mente: habíamos cambiado. Algo en nosotros se había fortalecido, algo que antes no sabíamos que teníamos.

—¿Creen que esto termine alguna vez? —preguntó Zack, mirando al bosque en la distancia.

Natalie suspiró, su mirada perdida entre las sombras de los árboles.

—No se trata de vencer la oscuridad. Siempre habrá cosas en este mundo que no podremos entender ni controlar. Pero también es cierto que siempre tendremos la fuerza para enfrentarlas, juntos. Ustedes lo han demostrado esta noche.

Reflexioné sobre esas palabras y sentí una paz extraña. Aquella oscuridad en el bosque nos había enseñado que, aunque el miedo y el peligro son reales, el verdadero poder está en no enfrentarlos solos. Aunque aquella noche habíamos sido empujados a los límites de nuestra valentía, habíamos encontrado aliados, y eso, supe entonces, era lo que realmente importaba.

La oscuridad nunca se desvanecería por completo, pero mientras estuviéramos juntos, sabíamos que siempre encontraríamos la manera de salir adelante.




La Sombra Del Amor  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora