En un mundo donde la opresión y el miedo han sido su única realidad, Xiumara se atreve a soñar con una vida diferente. Huyendo de la tiranía de su madre, que la ha mantenido prisionera de su propio miedo, Xiumara se embarca en un viaje hacia la libe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando llegamos a Roma, todo era muy bonito. La ciudad era hermosa, y los cuatro habíamos llegado emocionados de empezar una nueva vida.
-Esto es increíble -dijo Tathiana, mirando a su alrededor con una sonrisa en su rostro.
-Sí, es hermosa -coincidió Fernanda, tomando una foto con su teléfono.
-Vamos a empezar de nuevo -dije, sintiendo una sensación de libertad y emoción.
-Sí, sin las maldiciones de nuestra madre -agregó Santiago, sonriendo.
Me sentí un poco triste al recordar a mi madre, pero sabía que había tomado la decisión correcta al dejarla atrás.
Después de salir del aeropuerto, pedimos dos taxis para llegar a un hotel para pasar la noche. Mientras tanto, buscamos un apartamento barato y bueno para los cuatro.
Al día siguiente, nos levantamos temprano y nos preparamos para ir a la universidad y buscar trabajo. Cuando me levanté, me sentí un poco cansada, pero emocionada de empezar este nuevo capítulo de mi vida.
-Buenos días -dije a las chicas, cuando me reuní con ellas en la sala.
-Buenos días -respondieron, sonriendo.
-Vamos a empezar este día con energía y positividad -dije, tomando una taza de café.
-Sí, vamos a hacerlo -coincidió Tathiana, sonriendo.
Mientras caminábamos hacia la universidad, decidí bajar a la recepción del hotel para pedir un mapa de la ciudad.
-Voy a bajar un momento -le dije a las chicas-. Voy a pedir un mapa de la ciudad.
-Vale, nosotras te esperamos aquí -respondió Tathiana.
Bajé al lobby del hotel y me dirigí a la recepción.
-Hola, ¿puedo pedir un mapa de la ciudad, por favor? -pregunté al recepcionista.
-Claro, aquí tienes -respondió, entregándome un mapa.
Me di la vuelta para salir del lobby, pero en ese momento, chocó con alguien.
-Lo siento, no te vi -dije, apenada, cuando caí al suelo.
-Fíjate por dónde vas -dijo una voz muy ronca y muy molesta con acento italiano.
Levanté la vista y vi a un hombre muy guapo, con un rostro tallado por los mismos dioses del olímpico. Me sentí un poco sonrojada al verlo, pero me enojó cuando me dijo que fue mi culpa.
-Perdón, pero si fuiste tú el que chocó conmigo, como si no vieras por dónde caminabas -dije, muy enojada.
El hombre me miró con una sonrisa de medio lado y muy coqueta.
-Non è colpa mia, è colpa tua(No es mi culpa, es tu culpa)-dijo, encogiéndose de hombros.
- gran Malparido -dije, cuando pasó por mi lado sin decir ni siquiera una disculpa.
Él se detuvo y se volvió hacia mí, mirándome de arriba a abajo con una sonrisa.
-Quella bocca da bambola è molto sporca -(Esa boca ,muñeca ,está muy sucia).dijo, con una voz muy sexy.
Me sentí un poco sonrojada al escuchar sus palabras, pero no dije nada. Solo lo miré con una expresión de enojo y desdén.
Con eso, desapareció de mi vista, dejándome con una sensación de confusión y enojo.
Me levanté del suelo y me sacudí la ropa. Me sentí un poco estúpida por que me quede como boba mirando a ese hombre tan odioso.
-Vamos a olvidarnos de él -me dije a mí misma, mientras subía las escaleras para reunirme con las chicas.
Pero no pude evitar pensar en él durante todo el día. Me sentí un poco sonrojada cada vez que recordaba su rostro guapo y su sonrisa coqueta.
-¿Qué pasa? -preguntó Tathiana, notando mi expresión.
-Nada -respondí, sonriendo-. Solo estaba pensando en algo.
-¿En qué? -preguntó Tathiana, curiosa.
-En nada -repetí, sonriendo-. Solo estaba pensando en ese hombre que conocí en el lobby del hotel.
-¿El que te hizo caer? -preguntó Fernanda, riendo.
-Sí, ese mismo -respondí, sonriendo-. Me dijo algo en italiano que no entendí.
-¿Qué dijo? -preguntó Tathiana, curiosa.
-Dijo: "Quella bocca da bambola è molto sporca" -repetí, intentando pronunciar correctamente la frase italiana.
-Eso significa: "Esa boquita muñeca está muy sucia" -tradujo Santiago sonriendo ya que el es el único entiende italiano, .
Me sentí un poco sonrojada al escuchar la traducción de la frase. Me di cuenta de que ese hombre había estado insinuando algo que no era muy agradable.
-Ese hombre es un verdadero cretino -dijo Tathiana, enfadada-. No te preocupes por él, Xiumara. Tú eres una persona mucho mejor que él.-
Me sentí agradecida por las palabras de Tathiana. Me di cuenta de que tenía razón, y que no debía preocuparme por ese hombre.
-Gracias, Tathiana -dije, sonriendo-. Me siento mejor ahora.
-De nada, amiga -respondió Tathiana, sonriendo-. Ahora, vamos a centrarnos en encontrar un apartamento y empezar nuestra nueva vida en Roma..