twenty-𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧

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Karl me llevó a casa, ninguno se atrevió a decir nada después de aquel mini discurso que me dijo. Este chico seguía confundiéndome bastante y por más estúpido que sonara, me gustaba eso

Me acomodé viendo a la ventana de su auto; al parecer habíamos salido de la fiesta a tiempo porque había empezado a llover, igual no era una gran tormenta, solo unas pequeñas gotas deslizándose

—_____.— me llamó, ni siquiera lo miré —Lamento hacer esta salida incómoda, yo no quería que las cosas resultaran así. Aunque no lo creas me había esforzado, pero salió el tema de tu amiga, pensé que ser honesto me sumaría puntos y aferrándome a esa idea te dije bastantes cosas que sentía. Es de las primeras veces que elijo abrirme tanto, no me hagas sentir como si lo hubiera hecho mal, por favor.— 

No quería que Karl se sintiera mal, aún iba conduciendo, pero podía sentir que su mirada estaba sobre mí así que decidí girarme a verlo 

—Las cosas son nuevas para ti, pero también para mí.— hablé por fin —No sabes expresar tus sentimientos, pero yo tampoco lo tengo claro. Es la primera vez que alguien me confunde tanto; primero me odias, luego me quieres y al final me haces sentir como si nada hubiera valido la pena porque no era yo a quien buscabas.— 

—Pero escúchame.— pidió —Busqué cobre y encontré algo más valioso que oro. Quizás es una frase muy cliché para este momento, pero así son las cosas, te puedo prometer que no buscaré a nadie más ahora que te encontré a ti.—

—Karl, deja de hacer esto.— pedí y frenó, miré rápidamente por la ventana, ya habíamos llegado a mi casa

—¿Hacer que?.— cuestionó

—Parece que me estás declarando tu amor desde que salimos de la fiesta, y creo que lo estoy sobre pensando, pero siento que son "patadas de ahogado". Es como si decirme cosas lindas lo arreglarán.— intenté explicar —No quiero eso.— 

—¿Entonces que quieres?.— preguntó algo alterado —No sé que más hacer para demostrar que me importas.— 

Realmente no sabía lo que quería, ¿realmente quería tiempo? ¿quería espacio?

—Solo quería honestidad.— solté sin pensarlo tanto 

—¡Y es lo que te di!.— se exaltó, pero no me gritó

Desde pequeña sabía que estaba mal escapar de los problemas, pero aproveché que había quitado el seguro de las puertas y salí. La lluvia estaba más fuerte, pero solo tenía que atravesar una pequeña calle para entrar a casa 

—¡Espera!.— gritó Karl

Bajó corriendo del auto y sacó un paraguas de la parte de atrás, lo abrió y me cubrió. Le agradecí con una pequeña sonrisa, pero me preocupó ver como al cubrirme él se estaba mojando

—¿Me dejas llevarte hasta la puerta?.— pidió —Perdón si con cada cosa que hago te confundo, intenté hacer las cosas a mi manera sin detenerme a pensar que podría dañarte aunque no fuera mi intención, no te digo palabras bonitas para arreglar lo que acaba de pasar, ni siquiera entiendo la situación en la que estamos. Puedes dejar de hablarme algunos días, respetaré que te tomes tu tiempo para pensar tranquila en todo lo que dije hoy, porque no debe ser fácil de procesar... y sé que tal vez no sea el momento de decirlo, pero...—

Soltó un suspiro, yo intenté hacer que se cubriera atrayéndolo más a mí, así ambos estaríamos bajo el paraguas y no solo yo 

Me gustas.— acompletó lo que estuvo diciendo. Yo estaba tan enfocada en como se estaba mojando que simplemente no le hice caso, pero esa pequeña frase me hizo regresar a la situación —No sé desde cuando empezó este sentimiento, pero me gustas. Quizás soy un estúpido por decírtelo aquí y no rodeada de flores, pero...— 

Empezó a trabarse en sus palabras, como si auténticamente estuviera nervioso. Karl físicamente era alguien muy tierno así que verlo en esa posición aumento un poco esa imagen linda

—También me gustas.— dije para darle un poco de paz —Pero aún así necesito pensar en todo, estamos bajo una tormenta... tanto metafóricamente como literalmente.—

Ambos reímos, la situación había dejado de ser incómoda. Era como si confesar aquellos sentimientos me hubiera quitado un gran peso... Nadie sabía que él me gustaba, ni siquiera lo había podido admitir así que decírselo a él por primera vez fue especial 

—Entonces te llevo a la puerta de tu casa y me voy.— indicó y asentí —Después tomate el tiempo que necesites, pero no te olvides de llamarme.—

—No lo olvidaré.— prometí 

Era la primera vez que estaba en esta situación; me gustaba alguien y extrañamente también le gustaba, para muchas sería un sueño, pero para mí se estaba convirtiendo en una noche de insomnio segura, ¿cómo podría dormir después de esto?

Caminamos hacia mi casa, él volvió a darme prioridad así que nuevamente se estaba mojando, había visto escenas como esta en algunas películas románticas, por primera vez estaba siendo la protagonista de algo

Llegamos a mi casa y simplemente me dio el paraguas

—Ya me voy.— indicó cubriendo su cabeza con sus manos para no mojarse tanto

—Ve con cuidado.— pedí, asintió y se marchó caminando

Al mirarlo irse me entró un instinto de protección así que corrí para alcanzarlo, no quería que se fuera sin su paraguas, después de todo yo ya estaba prácticamente en casa

—¡Karl!.— le grité y se detuvo

Lo alcancé y le di el paraguas, él parecía confundido 

—Llévatelo tú, creo que es justo porque te estuviste mojando todo este tiempo.— justifiqué 

—¿Me lo das para que te mojes tú mientras corres a tu casa y así sea "justo"?.— se burló —Yo ya estoy empapado, no pasa nada, llévatelo.—

Necesitaba buscar un pretexto para evadir su terquedad  

—Amo la lluvia.— soltó de repente, él me miró —Mojarme unos segundos me hace sentir libre, por eso, no tengo problema en que te lo lleves.—

—Es la excusa más boba.— empezó a reír —Pero valoro que me lo quieras dar.— 

—No es solo una excusa... yo..— intenté formular otra idea 

Me miró atento y fue inevitable preguntarme, ¿qué harían otras protagonistas en este momento? Cuando lo tuve claro me abalancé sobre él y lo besé. Al parecer lo tomó por sorpresa por como soltó el paraguas y aún en medio del beso me atrajo a él para evitar que me mojara demasiado

Me separé y simplemente recogí el paraguas, aprovechando que parecía seguir en shock, se lo di y corrí en dirección a mi casa. El velo de mi vestuario me ayudaba a cubrirme, aunque estaba un tanto roto... Cuando llegué a mi casa fue imposible no soltar un pequeño grito alegre, no sabía cuanto tiempo tardaría mi cerebro en quererle dar una oportunidad, pero mi corazón ya estaba listo

𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍 [Karl Jacobs X Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora