Siempre has sido tú

CAPITULO 52

EMILY

Mi corazón se acelera en cuanto Noah abre la puerta del departamento, la decoración, los muebles, los colores son perfectos. Por un momento me veo aquí con mi bebe, jugando en el centro de la sala, rodeados de juguetes, mientras le ayudó a identificar los colores y enseñarle palabras.

-Pasa- la voz de Noah me hace volver a la realidad, doy unos cuantos pasos asombrada, es amplio y tiene una decoración moderna pero sutil.- El departamento ya incluye los muebles, pero si no te gusta puedes hacer los cambios que te desees- sonríe

-Esta bien así- le aseguro aun viendo cada uno de los detalles que tiene

-Ven- toma mi mano guiándome hacia el pasillos que supongo lleva hacia las habitaciones, lo compruebo cuando abre una de las puertas- Esta habitación puede ser para nuestro hijo- señala, la observo es grande, tiene una ventana por la cual entra la luz del sol la cual la ilumina por completo, tiene un gran armario, aunque tiene una cama individual y muebles, se que es perfecta-¿Te gusta?- pregunta

-Si- asiento

-Vamos- toma mi mano nuevamente guiándome a la última puerta, la cual es la habitación principal- Esta sería nues...-carraspea- Tu habitación

Me muestra cada rincón de la habitación, el armario, el baño, el balcón recalcando que puedo cambiar todo aquello que no me gusta

-¿Qué te parece?-cuestiona con una enorme sonrisa en su rostro

-Me encanta- confieso y en verdad me gusta, todo es perfecto y hermoso

-Quiero que este lugar sea de tu agrado y sobre todo donde te sientas a gusto y segura- se acerca hacia mí tomando mis manos

-Es perfecto, solo necesito pensarlo- asiente

-Ángel- murmura, lo veo a los ojos, esos ojos esmeralda que siempre he amado- Te amo- suelta haciendo que mi corazón se acelere- No puedo más, estar cerca de ti y no tenerte- lleva una de sus manos a mi mejilla- Muero por besarte, abrazarte, tocarte, por demostrarte cuanto te amo

Mis ojos se llenan de lágrimas ante sus palabras porque es un sentimiento mutuo, lo extraño, lo necesito pero ahora no es prudente, no es correcto.

-Noah- murmuro pero su pulgar lo lleva a mi boca para evitar que diga algo más, delinea mis labios estremeciéndome, su solo tacto hace que quiera besarlo, que busque más que un solo beso.

Su mano se desliza dentro de mi blusa acariciando mi vientre, su tacto me eriza la piel provocando que mi corazón se acelere nuevamente, me pega más a él, sintiendo el calor que emana su cuerpo, deja un beso en mi mejilla bajando hacia mi cuello donde comienza a repartir besos dejándome casi sin aliento.

Trago tratando de aclarar mi mente, su cercanía, sus caricias y besos no me hacen pensar prudentemente. Una parte de mi me grita que me deje llevar, que lo necesito, que ansío estar entre su brazos, me recuerda lo mucho que lo amo. Pero la otra parte me recrimina, trayendo a mi mente todo lo que ha pasado últimamente.

Suspiro antes de atraerlo hacia mi para besarlo, decido ignorar a mi lado sensato y dejarme llevar. Tratar de evadir mis sentimientos no me ha funcionado, solo se ha acumulado y mi necesidad ha aumentado.

Intensifico el beso mientras acaricio su cabello, sus manos van a mi cintura, rompe el beso pero nuestros labios se rozan.

-Ángel- murmura, cierro los ojos con la intención de dejarme llevar, porque es lo que quiero y necesito.

Pero el sonido del intercomunicador suena rompiendo el momento, parpadeó tratando de recuperar mi respiración, el aparato no deja de sonar, Noah va atender