01 de septiembre de 2022
Mánchester, Inglaterra
Lisandro;Estaba parado en el portón de mi casa esperando que llegue el camión de mudanza. Ayer Constanza se encargó de buscar esto mismo para poder mudarse a mi casa después de aceptar la relación falsa que le propuse como pantalla para salvar nuestras carreras.
Sé que suena como una locura y capaz lo sea. Decisiones así deberían tomarse con más tiempo, después de hablar más sobre eso y pensarlo. Pero al parecer los dos estamos igual de desesperados por alcanzar nuestros objetivos, y a esta altura no tenemos mucho más para perder. Así que solo queda intentarlo.
Nuestra relación empezó mal, con mentiras e información oculta por parte de los dos. Miento sino digo que me da un poco de miedo convivir de la nada con alguien que no conozco.
Pero si las cosas se complican o salen mal, siempre podemos dar un paso hacia atrás y terminar todo. Digo, es solo una relación. De última ‘cortamos’ y fue, ¿o no?
Mi celular empezó a sonar indicando que me estaban llamando. Lo tomé y ví que era la rubia, así que atendí.
— ¿Que pasó? — hablé con el celular en la oreja
— ¿Ya llegó el camión? — preguntó, y sonaba como acelerada
— Todavía no, ¿por? — respondí, y volví a asomar mi cabeza por el portón a ver si lo veía
— Estoy retrasada en el centro por el transito de mierda que hay — bufó — Quiero llegar antes porque tengo miedo que me rompan algo
— Uh lastima, ya esta acá — avisé, mientras veía el enorme camión acercarse
Le hice señas con mi mano para indicarle que debía estacionar acá. Eso hizo el conductor.
— Bueno, ¿te podés fijar que sean cuidadosos con las cosas? Hay un cuadro que me regalaron acá y es muy importante, que tengan cuidado con eso, por favor — pidió con algo de desesperación
Mientras ella hablaba, dos hombres bajaron del camión para abrir la parte trasera y empezar a bajar cosas.
— Tampoco le voy a andar diciendo a la gente como hacer su trabajo — contesté, sin apartar mi vista de los hombres
— No te dije que hagas eso nene, simplemente que te fijes que tengan cuidado — repitió, y ahora parecía enojada
— Bueno bueno, no empeces a joder y pedir cosas que ni llegaste todavía — hablé de forma rápida
— Anda a cagar, dónde me rompen el cuadro te rompo algo tuyo — dijo, y colgó sin darme tiempo a responder
Qué pesada se pone por un cuadro de mierda. Si es así con eso, no me quiero imaginar con algo más importante.
Después de guardar nuevamente mi celular, ví como uno de los hombres bajaba lo que parecía ser un cuadro, envuelto en papel madera. Lo dejó sobre el suelo para seguir sacando cosas, pero lo hizo de manera brusca a mi parecer.
— Ey, ey, despacio con las cosas — exigí con la voz elevada para que lleguen a oírme, y ellos simplemente asintieron
Después de unos minutos, terminaron de bajar todo, lo cual no parecía ser tanto. Pero es lógico porque la rubia solo se estaba quedando por un tiempo acá y en un hotel, osea muebles y esas cosas no tiene. Aunque con lo loca que es tampoco me extrañaría que tenga un millón de cosas para mudar.
Los hombres empezaron a entrar las cosas hasta el living, mientras yo les indicaba dónde dejarlas.
Ya casi terminaban de entrar todo, cuando ví a Constanza entrar por el portón con un perro. Un perro gigante. La puta que la parió.
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pɑntɑllɑ || lisandro martinez
Fiksi Penggemarpantalla: apariencia falsa que da alguien para impresionar. ambos tienen objetivos que desean alcanzar, personas por recuperar y otras por evitar. así que deciden crear una relación falsa como pantalla para beneficiarse mutuamente. - historia compl...