El bullicio de la gente se podía escuchar desde el estacionamiento. Era inútil que hiciéramos fila dos horas antes de que tan siquiera abriera el parque para tan solo entrar a Dreamland, pero claro, ese era uno de los atractivos: entrar primero a las atracciones para tener un estúpido pin temático.
Estaba completamente aburrida; mi madre tenía su atención en mis hermanos más pequeños y mi padre solo tenía ojos para el absurdo mapa. Este iba a ser un día muy largo. Miré hacia la entrada del parque, que tenía un arco gigantesco repleto de flores y adornos de primavera. En los muros de piedra se notaban pequeñas enredaderas brotando de entre las uniones. Miré hacia el cielo, que apenas estaba perdiendo los matices violáceos de la noche. Maldita sea. Volví a mirar la entrada y vi la botarga de Howlee el lobo a lo lejos, saludando. Lo saludé de vuelta y miré a mi papá.
—¿Vamos a hacer cosas solo para niños pequeños? —me extendió el mapa y tres plumones. Tomé el azul—. ¿Qué quieres que haga? —sonrió y me dio una palmada en la espalda con cariño.
—Señala los lugares que quieras visitar. No solo voy a consentir a los más pequeños —le di un breve abrazo y me dediqué a analizar el mapa.
Comencé a señalar y garabatear un poco para matar el tiempo. Vi de reojo que la gente se movía poco a poco; supongo que estaban dando preferencia a las familias con niños más pequeños, y avancé sin levantar la mirada del mapa.
—Wo, ho, ho ho —levanté la vista instintivamente al escuchar esa risa tan característica y me topé con Howlee caminando hacia mí—. ¿Qué tal, amiguita? No te ves muy contenta de estar en Dreamland —di un paso hacia atrás.
—Solo es muy temprano —murmuré con incomodidad.
—Oh, entonces, ¿por qué no entran antes y les doy unas pulseras especiales? —comentó en tono juguetón.
—¿No te traerá problemas? —pregunté en tono alto para llamar la atención.
—Shhh —puso su dedo índice sobre mis labios—. No me meteré en problemas si tú no dices nada, princesa —me tomó la muñeca y abrochó una pulsera de plástico dorado.
—Te lo agradezco —murmuré mirando con detenimiento la pulsera, en la que se leía "Birthday Princess" en letras nacaradas junto a una corona en brillantina rosa pastel.
—Dale estas a tu familia —me entregó un montón de pulseras azules y me despeinó amistosamente.
—Muchas gracias —le sonreí, y se fue dando brinquitos a la par que saludaba a los niños en su camino de regreso a la entrada.
Miré las pulseras y vi que solo tenían escrito "V.I.P" en letras negras rodeadas de brillantina blanca simulando estrellas.
—Mamá, papá, miren —mi madre me miró de mala manera.
—¿Qué pasa, Andrea? —le extendí las pulseras y me las arrebató con prisa—. ¿De dónde las sacaste, mocosa? —señalé a la botarga que saludaba animosa desde la entrada.
—¿Es amigo tuyo el que está debajo, hija? —preguntó con calma mi padre mientras tomaba una pulsera para sí.
—No que yo sepa, pero dice que no hay ningún problema. Supongo que las regalan al azar para que la gente siga viniendo temprano a probar suerte —asintió con la cabeza dándome la razón.
—Pues más te vale que sea eso y no nos las vayan a cobrar —me miró la muñeca—. ¿Por qué la tuya es diferente? —alcé los hombros.
—Me encantaría saber lo mismo —mi hermanita miró mi muñeca y se le llenaron los ojos de lágrimas.
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Concurso de Escritura "Halloween 2024"
Horror¡Bienvenidos al Concurso de Escritura de Halloween 2024! Este año hemos reunido a escritores talentosos de todas partes de mundo, quienes se han sumergido en los rincones más oscuros de su imaginación para traernos relatos espeluznantes y llenos de...