Una mujer de cabello corto, con un corte de máquina en un costado, llevaba un tatuaje en la cara que se extendía hasta donde comenzaba su corte de pelo. En sus brazos también tenía tatuajes, cuatro rosas, cada flor con un nombre. Uno de ellos era el suyo: Cloui. Ella estaba sentada en la comodidad de su casa, con las luces apagadas, mientras miraba televisión y revisaba los mensajes de sus amigos en su celular.
La televisión transmitía un noticiero que informaba la muerte de varios jóvenes de ambos sexos. Aún no había sospechosos, pero la forma en que encontraron los cuerpos los hacía considerar un peligro extremo.
Cloui se sintió asqueada y horrorizada al escuchar esas noticias, por lo que simplemente decidió apagar el televisor. A lo lejos, se escuchaban los reproches de una tormenta seguida por un relámpago que iluminó la sala de estar. En ese preciso momento, una amiga le marcó por celular. Cloui se asustó al escuchar su teléfono, pues se había quedado expectante a la tormenta. Atendió y respondió en voz baja, mientras subía las escaleras para revisar si sus hijos estaban despiertos.
Su amiga comenzó a contarle el chisme del día. Había escuchado de su esposo, el mejor amigo del ex de Cloui, que tenía pensado dejar de pasar la manutención de su único hijo. Cloui respondió que si él llegaba a hacer eso, lo denunciaría por abandono y no pasar los bienes para su hijo durante cuatro años. Su amiga afirmó y respondió: "Eso fue lo que le dije a mi esposo, Jimmy".
Cloui, al bajar la escalera, notó desde la ventana que se encuentra el inicio de la escalera desde el pasillo, un hombre vestido todo de negro, encapuchado, muy cerca de la entrada. El hombre miraba por la ventana vertical de la puerta.
Cloui cortó la llamada por instinto y le gritó al sujeto:
—¿Qué buscas? —
El hombre, sin voltear, quedó parado en la puerta. En ese momento, comenzó a llover.
—¿Quién eres? —
Cloui, asustada, volvió a gritarle, pero se dio cuenta de que el hombre la estaba ignorando...
—¡Tengo el celular en mis manos, llamaré a la policía! —
En eso, la voz de un niño la distrae...
—¿Mami, qué sucede? — dijo el niño, frotándose un ojo con un osito blanco en una mano.
Cloui se aleja de la ventana del pasillo para encargarse de su hijo. Ella le sonríe y acaricia su cara.
—No pasa nada, cariño. Vuelve a dormir. Perdón por despertarte, mami bebió mucho jugo de manzana esta noche. —
Antes de acompañar a su hijo a su habitación, echa un último vistazo por la ventana y el hombre se había ido.
—Venga, mi amor, ya es muy tarde. —
Cloui guía a su hijo hacia la cama, cuando otros tres niños aparecen diciendo que escucharon ruidos abajo. El corazón de Cloui dio un brinco que le subió por la garganta...
—Bien, niños, quiero que los cuatro estén aquí y no bajen por nada del mundo, ¿ok? —
—Demian, necesito que cuando salga, pongas el seguro en la puerta y cuides a tus hermanos, ¿entiendes? Puedes hacer eso por mami... —dijo Cloui a su hijo mayor de 8 años.
Antes de salir de la habitación, Cloui marca al 911. El operador atiende y pregunta cuál es la emergencia, a lo que Cloui responde:
—Hay un ladrón en nuestra casa, vivimos en la calle Admunsen 2495, zona Merlo. —
—Muy bien, señora, escóndase en una habitación, ¿se encuentra sola o con alguien? —
—Con mis cuatro hijos, por favor apúrense. —
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Concurso de Escritura "Halloween 2024"
Horror¡Bienvenidos al Concurso de Escritura de Halloween 2024! Este año hemos reunido a escritores talentosos de todas partes de mundo, quienes se han sumergido en los rincones más oscuros de su imaginación para traernos relatos espeluznantes y llenos de...